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sábado, 30 de agosto de 2008

Los desastres de la educación

El otro día leía la noticia de que solamente un 30% de los alumnos de 3º de ESO (14 años) de la Comunidad de Madrid habían aprobado una prueba de nivel en matemáticas. Noticia preocupante, claro; que un 70% de los alumnos no llegue al nivel mínimo esperado es para darle vueltas al asunto. Hoy, El País publica algunos de los problemas planteados a estos alumnos, siete, en concreto y me he quedado sin palabras ¿Es eso lo que llaman matemáticas? ¿Son esos los problemas que no pueden resolver nuestros estudiantes de tercero de ESO? ¿Es ese el nivel que se espera de un alumno de 14 años? ¡Pero si son problemas que yo (y todos los de mi generación) resolvíamos con diez o doce años! Pero, ¡Dios mío! ¿a dónde vamos? ¿y son estos los problemas que no podían resolver 7 de cada 10 alumnos de tercero de ESO, lo que en mi época era 1º de BUP?
Ya sé que tras este post alguien vendrá y dirá: "Estas son las típicas críticas de los que no tienen ni idea de pedagogía ni educación, las críticas de los ignorantes que no saben que la calidad de la enseñanza en nuestro país ha subido en los últimos veinte años porque hemos conseguido integrar a un número muy importante de niños y niñas que antes estaban fuera del sistema".
Fin de las comillas y respuesta a este "argumento" que tantas veces he oído: Falso, la calidad de la enseñanza no aumenta porque se escolarice a más niños. La calidad de la enseñanza aumenta si los niños escolarizados saben más cosas, son capaces de hacer más cosas y tienen asentados mejores valores. Meter más niños en el sistema para que a los catorce años no sepan resolver problemas que no exigen más que sumar, restar, multiplicar y tener un poco de sentido común no es mejorar la calidad de la educación.
Pero ¿por qué no reaccionamos ante tamaño desastre? ¿por qué seguimos manteniendo al frente de nuestros sistemas educativos a los profetas del "aprender a aprender", "las nuevas metodologías docentes", "la armonía en el aula" y demás -permítaseme la expresión- chorradas? Ya sé que estoy haciendo puntos para que se me replique que lo único que demuestro es mi propia ignorancia en las sutilezas de la educación, ya lo sé; pero es que estoy hasta las narices de ver cómo tiramos a la basura el sistema educativo de este país, y detrás del sistema educativo va todo lo demás.
Me he cabreado.

viernes, 29 de agosto de 2008

Noche

Fría, cubierta por ceniza
sola y oscura presencia.
Inmenso espacio desolado
giran furtivos entre ruinas
sin tocarse, sin mirarse;
los ojos hacia adentro, ansiosos.
El silencio aquieta las aguas,
desciende el alma a lo profundo
y allí se deshace
fluyen oscuros los glaciares,
hielo silente que penetra
en las entrañas de la tierra.
No hay recuerdos;
tan solo una noche sin día,
sin ayer, sin mañana, sin hoy.
Una existencia vaporosa, cenagosa.
Negro en el cielo, silencio,
y, en el último rincón del pensamiento,
una risa,
verde y rojo,
la brisa.
¿Un consuelo?
No,
tan solo el eco
de por lo que allí fueron.

lunes, 25 de agosto de 2008

Valencia

Pues tampoco ha sido hoy. Tras cada gran premio me apresuro a leer la columna de Joan Viladeprat en El País, esperando que, finalmente, haga un pronóstico sobre quién será el campeón del mundo de Fórmula 1. Hoy esperaba que se decantara por Hamilton o Massa. Si la previsión se hubiera realizado en favor de Hamilton es casi seguro que Massa sería el campeón; y si Viladeprat apostase por este último mi propia apuesta sería por Hamilton. Hasta ahora ha sido un valor seguro el que descartaba el señor Viladeprat. En el año 2005 su apuesta era Raikkonen, y acabó ganando Alonso; en el 2006 apostaba por Schumacher, y ganó Alonso; en 2007 creía que ganaría Alonso, y -como todos sabemos- gano Raikkonen. En fin, cosas que pasan.
Como digo, deberemos, sin embargo, seguir esperando, porque en su colaboración en El País de hoy, 25 de agosto, no hace un pronóstico, sino que se limita a señalar que Ferrari tiene un problema de fiabilidad. Pero como él no se moja, pues lo haré yo; y creo que ganará Massa. ¿En qué me baso? Pues, en primer lugar, en que el Ferrari es más rápido. En Valencia Massa hizo pole, vuelta rápida y se alzó con la victoria final. Los McLaren no tuvieron posibilidades reales de arrebatarle la victoria en ningún momento. En segundo lugar, creo que a partir de ahora Ferrari apostará claramente por Massa. Es cierto que Raikkonen está a "sólo" 13 puntos de Hamilton; pero a falta de seis carreras seguir jugando a dar igualdad de oportunidades a sus dos pilotos sería suicida; sobre todo porque en McLaren Kovalainen trabajará claramente para Hamilton, y para probarlo no hace falta más que recordar lo que pasó en Hungría hace tres semanas.
Ciertamente, el vaticinio que hago es arriesgado. McLaren tiene un coche rápido y fiable, y Hamilton está pilotando muy bien. De hecho, tras Australia opinaba que Lewis era un firme candidato al título y así se está demostrando en una temporada que, en principio, parecía muy igualada; pero mi pálpito es que al final serál los coches rojos los que se lleven el gato al agua.
¿Y en cuanto a la carrera de Valencia? Pues que fue aburrida. No hubo adelantamientos ni tensión por las estrategias. Solamente las desventuras de Raikkonen, primero atropellando a un mecánico y luego rompiendo el motor, perturbaron un Gran Premio bastante anodino. Todo el mundo habla maravillas del circuito de Valencia; pero a mi, he de confesarlo, no me impresiona. Puede que sea bonito de conducir; pero para que ese disfrute del piloto se traslade al espectador debe haber acciones arriesgadas que no se han producido. Como decía Joan Viladeprat en su comentario los muros imponen y los pilotos no han querido arriesgar.
Sí que me pareció interesante el entorno del circuito, frente al glamour empalagoso de Mónaco, Valencia se presentaba como un circuito más rudo, más industrial, más auténtico. Los boxes parecían colocados en una lonja o en un almacén y los alrededores del circuito transmitían ese aire casi abandonado de las inmediaciones de los grandes puertos. No esperarías encontrarte por allí un play-boy con gorra de capitán de yate; sino marineros con mirada perdida tras semanas en un petrolero. Ya está bien que, aunque solamente sea en eso, la Fórmula 1 se acerque a los mortales.

viernes, 15 de agosto de 2008

Príncipe

Brillan las blancas piedras de la plaza
en la luz alegre de la mañana.
El príncipe dirige su mirada,
alta, altanera, clara
al bullicio que vibra,
a las chicas que pasan,
escucha las voces
de los vendedores.
Un cristal le separa en su palacio
de aquel fluir insensato.
Con fría calma estudia el escenario
buscando, sin saber, lo más cercano.
Su vista se detiene,
cesa su devaneo.
Una túnica blanca, pelo negro;
un cántaro en la cadera apoyado,
ojos vivos, prendidos.
Claridad y agua fresca,
suave brisa en el rostro.
Vida pura rebosa
en el leve ondear
de la figura hermosa.
El mundo se resume
en aquellos ojos,
en el aire que exhala,
el corazón que golpea,
la carne que lo rodea...
¡Cuánto no daría él
por sentir un instante
aquel aire en su rostro,
el latido en su pecho!
Crece en él el deseo,
la rabia.
Una vida perdida,
destrozada.
Regala una sonrisa
la muchacha
y el joven agraciado
suelta la carcajada.
El puño se crispa
junto a la ventana.
A la noche redoblan los tambores
se juntan las filas de los guerreros,
el príncipe mira con ojos fieros.
Las hogueras ya iluminan el cielo.
Muertos, gritos, prisioneros.
Muchos han pagado
del príncipe el deseo.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Esmeralda

El sentimiento viene en un instante:
fresco olor de una tarde de verano,
luz excelsa de un perfume cercano,
corriente interior, fría y penetrante.
Hondo placer y dolor lacerante.
En la herida del pecho hundes la mano,
con rabia buscas anhelado arcano
mientras te apaga la llaga sangrante.
Rozar deseas la fría esmeralda
cuyo brillo sospechas en el centro.
Suave, exangüe, la vida ya se salda;
pero tienes fuerzas y miras dentro,
contemplas de estrellas una guirnalda
mientras viene la muerte para adentro.

Pensamiento crítico, pensamiento dogmático

Estoy un tanto preocupado. Hablaba el otro día con un chico de quince años (tercero de la ESO), y me comentaba que en el Instituto habían dedicado una semana al tema del cambio climático. Les habían pasado la película de Al Gore, les habían comentado los peligros del calentamiento global, las emisiones de dióxido de carbono, los males de la energía nuclear y las bondades de las energías solar y eólica. Le pregunté si les habían hablado de aquellas teorías científicas que sostienes que el calentamiento global no es responsabilidad del hombre, sino un fenómeno "natural". Me miró extrañadísimo y me dijo que no. Le pregunté si les habían comentado aquellas posiciones que mantienen que el cambio climático es irreversible y que, hagamos lo que hagamos, nos enfrentamos, al cabo de unas pocas décadas, a una crisis medioambiental de grandes dimensiones. Me dijo que tampoco les habían explicado nada de eso. En resumen, no les habían dicho nada que se apartara del pensamiento políticamente correcto: existe un problema medioambiental causado por el hombre y existen maneras de reconducir la situación; para ello debemos reducir las emisiones de dióxido de carbono, eliminar las centrales nucleares y echarnos en los brazos de las energías "limpias".
Yo no es que defienda las teorías que sostienen que el cambio climático no es obra del hombre, ni tampoco aquéllas que mantienen que el cambio es irreversible; tampoco puedo defender la tesis mayoritariamente reconocida pues no soy científico, no conozco el tema y carezco, por tanto, de argumentos para poder tener opinión fundada sobre el asunto. Me sorprendió, sin embargo, que mi interlocutor de quince años lo tuviera tan claro. Cuando le apuntaba -en plan abogado del diablo- que había habido otras etapas cálidas en la Tierra y le ponía el ejemplo de la colonización de Groenlandia entre los siglos XI y XV me decía que eso no implicaba nada y que estaba claro que la acción del hombre era clave en el cambio climático y añadía que los que sostuvieran otra cosa mentían. Después de varios intentos de hacer tambalear su fé me acabó diciendo que si es verdad que había tantas dudas, mejor que la gente no lo supiera porque podrían dejar de hacer lo que tienen que hacer (ahorrar combustible, manifestarse contra las nucleares, consumir solamente papel reciclado, etc.).




Llegados a este punto lo que menos me importaba ya era el cambio climático (aunque sea un tema importante) sino la forma en que se está educando a los jóvenes. En vez de potenciar el pensamiento crítico, el debate y el intercambio de ideas se parte del adoctrinamiento a través de eslogans fáciles de recordar. Lo que he contado es una anécdota, por supuesto, pero me llegan más indicios en este sentido, indicios de que las nuevas generaciones están llenas de seguridades asentadas en el vacío y que carecen de la capacidad de pensar críticamente, cuestionar el pensamiento dominante y sacar sus propias conclusiones.
Es un mal generalizado. Muchas veces se critica la falta de profundidad del discurso político, la falta de matices en los debates, la falta de ideas más allá de los tópicos. Mi impresión es que la educación profundiza en este carencia. Estoy sorprendido por ello, sorprendido y preocupado.

domingo, 3 de agosto de 2008

Hungría

Hasta hace tres años tenía al gran premio de Hungría por el más aburrido del calendario. El circuito es estrecho, los adelantamientos son difíciles y hay ocasiones en las que la carrera se convierte en una caravana de domingueros. En el año 2006 la lluvia hizo que la carrera de Hungría fuera una de esas que pasan a la historia. Schumacher y Alonso habían sido sancionados y salían retrasados. Ambos competían aquel año por el título y se presumía un duelo interesante en la mitad del pelotón. Llovió y todo cambió. Alonso bordó las primeras vueltas con un recital de adelantamientos enmudecedor. Iba lanzado a la victoria cuando una tuerca mal ajustada en una rueda puso punto final a su hazaña. Button aprovechó la ocasión y ganó su primera y, hasta ahora, única carrera en la Fórmula 1. Pedro Martínez de la Rosa hizo segundo, incluyendo su actuación un adelantamiento inapelable a su jefe de filas, entonces Kimi Raikkonen.
Y en el 2007 qué vamos a decir. La carrera fue aburrida, como siempre; pero la calificación ¡vaya espectáculo que dio! La paradita de Alonso en boxes, el cabreo de Hamilton, la reclamación a los comisarios, la sanción a Alonso. En fin, lo que se sabe y lo que todavía no se sabe de aquel sábado, 4 de agosto de 2007.
Y este año ha salido una carrera divertida, y sin falta de agua. La salida, sorprendente, con Massa pasando limpiamente a Hamilton. La tensión durante toda la carrera por el tema de las estrategias, el pinchazo, reventón o lo que fuera de Hamilton y, finalmente, la sorpresa de la rotura de motor de Massa a tres vueltas del final y cuando rodaba en cabeza, en solitario y sin mayores problemas. Destacables también la segunda plaza de Timo Glock y la pelea entre Alonso y Raikkonen por lo que al final sería el tercer puesto de la carrera.
Tras esta carrera queda claro que la pelea por el Mundial será cosa de dos equipos que se encuentran bastante igualados. BMW, el tercero en discordia a principio de temporada parece haber abandonado definitivamente, siendo ahora ya un equipo más del pelotón perseguidor. Supongo que se estarán centrando en el coche del año que viene, pero desilusiona ver cómo un equipo que podría haber estado ahí incordiando ha decidido seguir con lo puesto hasta final de temporada, en un declive que no le hará peligrar, seguramente, la tercera plaza del mundial de constructores; pero que limita la emoción en la lucha por el título de pilotos.
Ferrari y McLaren, los dos candidatos al título están bastante igualados. El sábado los ingleses parecían imparables; sin embargo bastó que la temperatura subiera algo el domingo para que los Ferrari recuperaran competitividad. Massa parecía tener controlado a Hamilton y, sin necesidad del pinchazo de éste, hubiera dominado la carrera sin problemas de no ser por el desfallecimiento del motor. Raikkonen, por su parte, hizo un fin de semana de los suyos. El sábado, lamentable en la calificación. El domingo tampoco muy brillante en la salida. Iba por la parte sucia y, por tanto, tendría dificultades en cualquier caso; pero no se le vio agresivo ni decidido en la primera fase de la carrera, con Alonso delante, muy cerca, pero sin intentar adelantarle. Alonso y Kimi realizan su primera parada en la misma vuelta, saliendo de nuevo Alonso por delante. A partir de ahí creo que Kimi se relajó. Debió de pensar que resultaría imposible adelantar y decidió esperar al segundo repostaje. Imagino que de ahí su salida de pista casi al final del segundo stint. Debía de estar viendo el paisaje, porque mantener el ritmo de Alonso con su Ferrari no debía ser problema excesivo. Entra Alonso y Kimi sabe que dispone de una o dos vueltas para correr... y vaya como corre. Pasa a Alonso sin problemas.
Qué piloto tan extraño Kimi. Me lo imagino dando vueltas tranquilamente detrás de Alonso, casi dormido, para, luego, en un segundo, cambiar de golpe el ritmo de su conducción para aprovechar la parada en boxes del de Renault, pasarle y comenzar a enlazar vueltas rápidas en persecución de Timo Glock. Un piloto impagable.
¿Y Renault? Pues que no va tan mal, la cuarta vuelta rápida en carrera fue del Renault... ¡de Nelson Piquet!, tan solo 44 milésimas más lento que Hamilton, y más rápido que Kovalainen, Alonso y Kubica. Hace varios grandes premios que veo que Alonso tiene coche, no un coche dominador, pero sí un coche que puede estar ahí incordiando. Suecede, sin embargo, que el asturiano no tiene suerte y no acierta tampoco con la forma de abordar las carreras desde una posición que para él es novedosa (ni es el último de la parrilla, como le sucedía con Minardi) ni está en un equipo que aspira regularmente a estar en los podios (Renault 2003 y 2004) ni en un equipo dominador (Renault en 2005 y 2006, McLaren en 2007). Me extraña el trabajo que está dedicando Renault a la progresión de este coche. Si están sacrificando el desarrollo del coche del año que viene por luchar por el cuarto puesto de constructores este año es que tienen pocas esperanzas en el coche del año que viene... o no, ¡vaya usted a saber!

Encarnación

La ola que golpea el acantilado,
el pino que en la montaña se mece,
el castaño que en el valle envejece;
simples reflejos del Mundo vedado.
Un recuerdo antiguo le ha despertado.
Ya desde lo hondo el espíritu crece;
a su paso la roca se estremece,
tiembla el aire al percibirse encarnado
Se abrazan los amantes entre helechos;
sus cuerpos desnudos, humedecidos,
descansan junto al río satisfechos.
No saben que donde yacen, perdidos,
agua, mar y fuego son de nuevo hechos
y están en su amor por un dios servidos.