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jueves, 14 de noviembre de 2013

DUI e independencia. No son lo mismo

Esta mañana se publicaba en "Puerta de Brandemburgo" un trabajo del que soy autor sobre las relaciones entre una declaración unilateral de independencia y la creación de un nuevo Estado ("Declaración unilateral de independencia e independencia"), considerando de forma particular la situación en Cataluña. Intento con él contribuir a un intercambio de ideas que ha de ser riguroso pues afecta a cuestiones de una importancia singular. De hecho, "Puerta de Brandemburgo" pretende ser un espacio de debate que permita crear opinión y conocimiento sobre el proceso secesionista catalán y sobre las propuestas de reforma territorial del Estado español -tal y como se indica en su documento fundacional-con la ilusión de acoger planteamientos ideológicos diversos.

Reproduzco aquí la introducción y las conclusiones del trabajo que se ha publicado en "Puerta de Brandemburgo". Puede leerse en su totalidad en la página web del colectivo (http://www.puertadebrandemburgo.com/):

"I. INTRODUCCIÓN



Desde hace tiempo se viene hablando y escribiendo sobre una posible Declaración Unilateral de Independencia (DUI) proclamada por el Parlamento de Cataluña. Hace unos años era una mera hipótesis, luego pasó a contemplarse como una posibilidad real en determinadas circunstancias y actualmente parece estar ya en la agenda política, como muestra la advertencia de Duran i Lleida en el Congreso de los Diputados hace unas semanas. El escenario que parece dibujarse es el de que en caso de que no pueda llevarse a cabo la consulta sobre la independencia de Cataluña que reivindican determinadas fuerzas políticas, el Parlamento de Catalunya realizaría tal Declaración, presumiblemente tras unas elecciones en las que se planteara directamente esta posibilidad (lo que algunos denominan unas elecciones plebiscitarias; término que no se corresponde a ningún concepto jurídico en el ordenamiento español. Puede consultarse sobre esta perspectiva el Informe número 1 del Consell Assessor per a la Transició Nacional de la Generalitat de Catalunya (“La consulta sobre el futur polític de Catalunya”, pp. 142-148).
La impresión que uno saca de determinadas opiniones y análisis, incluido aquí el Informe del Consell Assesor per a la Transició Nacional (CATN), es la de que la DUI es una manifestación más de la dinámica parlamentaria que supondría la efectiva independencia de Cataluña. Esto es, que la independencia sería una consecuencia directa de la DUI. En este punto no es infrecuente la cita de la Opinión Consultiva de la Corte Internacional de Justicia sobre la conformidad con el Derecho internacional de la declaración unilateral de independencia relativa a Kosovo (Decisión de 22 de julio de 2010, Naciones Unidas, Asamblea General, A/64/281).
Se trata de planteamientos que incurren en algunas imprecisiones que, creo, han de ser puestas de relieve y matizadas si queremos tener una idea ajustada a la realidad de lo que es una DUI y de sus consecuencias desde la perspectiva internacional e interna. A continuación nos ocuparemos de estas cuestiones.

(...)

V. CONCLUSIÓN

            De lo que se ha examinado hasta ahora se derivan algunas conclusiones:

1-    La DUI no implicaría la efectiva independencia de Cataluña. Se trata tan solo de una declaración que por sí sola no supone el nacimiento de un Estado.
2-    La DUI no es contraria al Derecho internacional, pero éste no prohíbe que el Estado español adopte las medidas que resulten adecuadas según el Derecho interno para impedir la secesión de una parte de su territorio.
3-    La DUI solamente sería efectiva si consigue que tanto la administración estatal presente en Cataluña como las administraciones locales y la administración autonómica acepten el nuevo orden legal que pretende imponer la DUI. Los que promueven la DUI habrán dejado de estar integrados en el orden vigente una vez producida ésta y se situarían en una posición de conflicto con el Estado por el control efectivo del territorio y la población catalanes.

Lamento que este análisis no pueda eludir conceptos como conflicto, competencia e, incluso, enfrentamiento; tan alejados en ocasiones de planteamientos que presentan la DUI como un mecanismo parlamentario más, casi en el mismo plano que cualquier otra declaración institucional o que una proposición no de ley; pero es que no se puede olvidar que una declaración unilateral de independencia lleva en su propia naturaleza uno de los conflictos más graves que se pueden dar tanto en el ordenamiento interno como en el internacional: la ruptura por procedimientos no previstos legalmente del orden constitucional dirigida a la alteración de la integridad territorial de un Estado. Casi nada."

lunes, 4 de noviembre de 2013

Alonso y el centímetro cardinal

Ayer vi el adelantamiento más emocionante que recuerdo en la Fórmula 1. No digo el mejor, porque los he visto mejores desde una perspectiva técnica; pero para mi el más emocionante es el que vivimos entre Alonso y Vergné a la salida de boxea del primero en la parte final del Gran Premio de Abu Dhabi.
Para empezar ni siquiera sabemos si podemos llamarlo propiamente un adelantamiento. Lo mismo da.
Alonso sale del pit lane. Ese pit lane de Abu Dhabi que se retuerce por debajo del circuito e incluye una subida empinadísima que acaba en la curva 3, una curva de alta velocidad en la que no hay margen más que para apretar y evitar que la fuerza centrífuga te saque por el lado izquierdo de la curva (la curva es de derechas).
Precisamente por ese lado izquierdo es  por donde se produce la incorporación a la pista desde el pit lane. Por ahí aparece Fernando Alonso emparejado con Vergné, que viene por la pista más rápido que Alonso porque aquél, Vergné, no sale del pit lane. Vergné viene más rápido, pero Alonso está delante y tiene el exterior de la pista. Y hace lo imposible: pisa a fondo el acelerador.
Alonso dispone solamente de un corto espacio de asfalto, el que queda entre el coche de Vergné y el exterior de la pista. Además sabe que ese espacio se hará más estrecho porque Vergné irá yéndose hacia el exterior al trazar la curva. Es inevitable, o Vergné frena o se irá hacia el exterior de la curva echando a Alonso hacia afuera, hacia el piano, hacia el cartel que indica los cincuenta metros hasta la siguiente curva. Solamente queda un carril estrecho en el que se circula a más de 250 kilómetros por hora, y Alonso sigue con el pie clavado en el acelerador empujando con todo lo que tiene.
Efectivamente, Vergné no cede y Alonso se tiene que ir hacia afuera. El coche llega al piano, salta, chispas desde el fondo, traqueteo sobre el piano y de nuevo en la pista por delante de Vergné. Ha pasado la curva tres y la cuatro y frena en el sitio justo para hacer la curva cinco. Está por delante de Vergné y de Massa.
Han sido diez segundos, tan solo diez segundos; pero ¡qué diez segundos! Es de esas maniobras que diferencian a los pilotos de Fórmula 1 del resto. Todo indicaba que era imposible mantener la posición y sin embargo se mantiene. Parece una locura pero no lo es. El piloto de Fórmula 1 debe ser arrojado y, a la vez, calcular al milímetro los riesgos, llegar justo hasta el borde del abismo y ahí detenerse. Cuentan que Ayrton Senna apostaba con sus mecánicos que partiría con el coche las cerillas que ellos colocaban en los guardarraíles de Mónaco. Ese centímetro escaso que separa la cabeza de la cerilla del guardarraíl es el que mide la capacidad de ser uno de los mejores pilotos del mundo. Un centímetro más allá el coche se estrella, un centímetro más acá y no se va lo suficientemente rápido. En ese centímetro es por donde circulan los campeones. Pocas veces se puede ver ese centímetro ideal en carrera con la claridad con la que lo vimos ayer en Abu Dhabi. Es de esos momentos que justifican que nos tiremos hora y media delante del televisor viendo una carrera de Fórmula 1.