tag:blogger.com,1999:blog-7467583109232749333.post8929881430715794758..comments2024-03-20T09:20:14.674+01:00Comments on El jardín de las hipótesis inconclusas: Sobre la oficialidad del asturianoRafael Arenas Garcíahttp://www.blogger.com/profile/10316354183836491912noreply@blogger.comBlogger4125tag:blogger.com,1999:blog-7467583109232749333.post-15067023135451210602018-11-14T11:41:07.466+01:002018-11-14T11:41:07.466+01:00Se suele tratar la regulación de las lenguas como...Se suele tratar la regulación de las lenguas como si fueran seres vivos con derechos propios, supra naturales e indiscutibles a los que hay que supeditar una parte de los derechos y de los intereses de las personas. Yo creo que no debe ser así. Siendo el idioma el principal elemento de representación, de cohesión y de convivencia de una sociedad, su uso, regulación y oficialidad no puede ser dejado a libres y múltiples elecciones subjetivas o a tendencias políticas temporales disfrazadas siempre de “derechos culturales o históricos”, sino que debe ser determinado principalmente y de forma razonada y objetiva por lo que sea más conveniente para conseguir una sociedad justa de ciudadanos iguales en derechos y en oportunidades, pensando principalmente en los más jóvenes.<br />Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7467583109232749333.post-77064525055854657052018-02-13T18:07:23.499+01:002018-02-13T18:07:23.499+01:00Tras varias reposadas lecturas a tu, como todos, i...Tras varias reposadas lecturas a tu, como todos, interesante post, tras ordenar ideas, intentar estructurar los argumentos y con la mayor ponderación posible de las valoraciones, me decido a enviar este comentario. Quizá este proceso, en los tiempos que vivimos de los 140 caracteres y de la forja inmediata de una opinión, sea “rara avis”, pero me resisto a dejarme arrastrar hasta la categoría de ignorante satisfecho de sí mismo sin siquiera haber opuesto algún tipo de resistencia. Al lío Rafa.<br />Uno de los argumentos sobre los que edificas tu razonamiento es la “creación académica” de la Llingua. Es un axioma con el que tenazmente ilustran a la opinión pública quienes se presentan como contrarios del bable. La Academia de la Llingua aparece como un tétrico laboratorio de oscuros quirófanos en los que se perfilan inventos lingüísticos artificiales. Convendrás conmigo en que el español que habla un estudiante de Sevilla se parece bien poco al que emplea una administrativa de Valladolid, o que un fiscal de Zaragoza le costaría hacerse entender por una jueza de Badajoz, por ejemplo. Si esas diferencias orales no se dan actualmente en el español escrito se debe a la tarea que desde el XVIII emprendió la RAE para dotar de unidad e inteligibilidad al idioma, sistematizando normas ortográficas y procedimientos gramaticales. Esa misma labor de sistematización de una lengua, llevada a cabo en este caso por la Academia de la Llingua, es lo que en la coyuntura actual desde determinados ámbitos se cataloga como invento. Ya en el lejano 1791 el propio Jovellanos (de tanta querencia por parte de ciertos santones ya en la cuesta abajo de su carrera política) plasmaba la idea de crear una especie de Academia de la Llingua y redactar un diccionario de la Llingua Asturiana (en este enlace te pongo un interesante artículo sobre ello http://www.lne.es/gijon/2010/01/20/llingua-xixon-1879-br/861798.html) <br />Interpreto de lo que escribes que no pones en duda en absoluto que desde un punto de vista filológico el asturiano es una lengua que, al igual que el castellano, surge en la Península tras la dominación romana a partir de ciertas deformaciones del latín vulgar y que acaban adquiriendo rango de lenguas. Te añado por mi parte que el propio Estatuto de Autonomía del Principado lo recoge como lengua, con el término de “bable” eso sí, siendo ese reconocimiento el que luego posibilita el desarrollo de la Ley de Uso y Promoción (por cierto, aprobada por el gobierno que presidía Sergio Marqués, que, sin duda, de algo le sonará a la señora Mercedes Fernández). Una ley, por cierto, que ya reconoce, siempre atendiendo a principios de voluntariedad, todo eso que desde algunos ámbitos políticos se asocia con la llegada del Apocalipsis.<br />Nunca he sido “asturparlante” (creo que acabo de inventar un término) más allá de, al igual que tú reseñas en tu post, los giros y expresiones que yo también escuché de pequeño en el ámbito familiar. Incluso me siento extraño ante términos toponímicos en asturiano de mi entorno geográfico más cercano porque nunca los he expresado de esa manera. Sin embargo, no creo que el reconocimiento de la cooficialidad del asturiano entrañe ningún peligro y/o perversión. Sinceramente Rafa, no creo que el bilingüismo entrañe una subyugación al nacionalismo, por lo menos en mi caso y creo que en el de la mayoría de quienes abogan por la cooficialidad.<br />Decía McLuhan que el medio es el mensaje. Tengo la sensación, y desde la amistad te lo digo, que en tu intervención del otro día en Gijón para algunos tú eras el medio. Una de las expresiones que más habitualmente utilizaba mi güela, la de Arancés, cuando los nietos éramos demasiado pesados e insistentes era “¡¡Ay, afegadesme!!” En la política asturiana actual hay algunos/as que afegadan. Un abrazo. <br />COLITOhttps://www.blogger.com/profile/06580759988262398339noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7467583109232749333.post-34582948687302621602018-02-13T14:03:07.203+01:002018-02-13T14:03:07.203+01:00Tras varias reposadas lecturas a tu, como todos, i...Tras varias reposadas lecturas a tu, como todos, interesante post, tras ordenar ideas, intentar estructurar los argumentos y con la mayor ponderación posible de las valoraciones, me decido a enviar este comentario. Quizá este proceso, en los tiempos que vivimos de los 140 caracteres y de la forja inmediata de una opinión, sea “rara avis”, pero me resisto a dejarme arrastrar hasta la categoría de ignorante satisfecho de sí mismo sin siquiera haber opuesto algún tipo de resistencia. Al lío Rafa.<br />Uno de los argumentos sobre los que edificas tu razonamiento es la “creación académica” de la Llingua. Es un axioma con el que tenazmente ilustran a la opinión pública quienes se presentan como contrarios del bable. La Academia de la Llingua aparece como un tétrico laboratorio de oscuros quirófanos en los que se perfilan inventos lingüísticos artificiales. Convendrás conmigo en que el español que habla un estudiante de Sevilla se parece bien poco al que emplea una administrativa de Valladolid, o que un fiscal de Zaragoza le costaría hacerse entender por una jueza de Badajoz, por ejemplo. Si esas diferencias orales no se dan actualmente en el español escrito se debe a la tarea que desde el XVIII emprendió la RAE para dotar de unidad e inteligibilidad al idioma, sistematizando normas ortográficas y procedimientos gramaticales. Esa misma labor de sistematización de una lengua, llevada a cabo en este caso por la Academia de la Llingua, es lo que en la coyuntura actual desde determinados ámbitos se cataloga como invento. Ya en el lejano 1791 el propio Jovellanos (de tanta querencia por parte de ciertos santones ya en la cuesta abajo de su carrera política) plasmaba la idea de crear una especie de Academia de la Llingua y redactar un diccionario de la Llingua Asturiana (en este enlace te pongo un interesante artículo sobre ello http://www.lne.es/gijon/2010/01/20/llingua-xixon-1879-br/861798.html) <br />Interpreto de lo que escribes que no pones en duda en absoluto que desde un punto de vista filológico el asturiano es una lengua que, al igual que el castellano, surge en la Península tras la dominación romana a partir de ciertas deformaciones del latín vulgar y que acaban adquiriendo rango de lenguas. Te añado por mi parte que el propio Estatuto de Autonomía del Principado lo recoge como lengua, con el término de “bable” eso sí, siendo ese reconocimiento el que luego posibilita el desarrollo de la Ley de Uso y Promoción (por cierto, aprobada por el gobierno que presidía Sergio Marqués, que, sin duda, de algo le sonará a la señora Mercedes Fernández). Una ley, por cierto, que ya reconoce, siempre atendiendo a principios de voluntariedad, todo eso que desde algunos ámbitos políticos se asocia con la llegada del Apocalipsis.<br />Nunca he sido “asturparlante” (creo que acabo de inventar un término) más allá de, al igual que tú reseñas en tu post, los giros y expresiones que yo también escuché de pequeño en el ámbito familiar. Incluso me siento extraño ante términos toponímicos en asturiano de mi entorno geográfico más cercano porque nunca los he expresado de esa manera. Sin embargo, no creo que el reconocimiento de la cooficialidad del asturiano entrañe ningún peligro y/o perversión. Sinceramente Rafa, no creo que el bilingüismo entrañe una subyugación al nacionalismo, por lo menos en mi caso en creo que en el de la mayoría de quienes abogan por la cooficialidad.<br />Decía McLuhan que el medio es el mensaje. Tengo la sensación, y desde la amistad te lo digo, que en tu intervención del otro día en Gijón para algunos tú fuiste el medio más que el mensaje. <br />Una de las expresiones que más habitualmente utilizaba mi güela, la de Arancés, cuando los nietos éramos demasiado pesados e insistentes era “¡¡Ay, afegadaisme!!” En la política asturiana actual hay algunos/as que afegadan. Un abrazo.COLITOhttps://www.blogger.com/profile/06580759988262398339noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7467583109232749333.post-10371243138460332632018-02-12T10:36:25.961+01:002018-02-12T10:36:25.961+01:00Una vez más, enhorabuena por tu explicación Rafa. ...Una vez más, enhorabuena por tu explicación Rafa. Más claro el agua.Anonymoushttps://www.blogger.com/profile/10932815394523570927noreply@blogger.com