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lunes, 25 de agosto de 2008

Valencia

Pues tampoco ha sido hoy. Tras cada gran premio me apresuro a leer la columna de Joan Viladeprat en El País, esperando que, finalmente, haga un pronóstico sobre quién será el campeón del mundo de Fórmula 1. Hoy esperaba que se decantara por Hamilton o Massa. Si la previsión se hubiera realizado en favor de Hamilton es casi seguro que Massa sería el campeón; y si Viladeprat apostase por este último mi propia apuesta sería por Hamilton. Hasta ahora ha sido un valor seguro el que descartaba el señor Viladeprat. En el año 2005 su apuesta era Raikkonen, y acabó ganando Alonso; en el 2006 apostaba por Schumacher, y ganó Alonso; en 2007 creía que ganaría Alonso, y -como todos sabemos- gano Raikkonen. En fin, cosas que pasan.
Como digo, deberemos, sin embargo, seguir esperando, porque en su colaboración en El País de hoy, 25 de agosto, no hace un pronóstico, sino que se limita a señalar que Ferrari tiene un problema de fiabilidad. Pero como él no se moja, pues lo haré yo; y creo que ganará Massa. ¿En qué me baso? Pues, en primer lugar, en que el Ferrari es más rápido. En Valencia Massa hizo pole, vuelta rápida y se alzó con la victoria final. Los McLaren no tuvieron posibilidades reales de arrebatarle la victoria en ningún momento. En segundo lugar, creo que a partir de ahora Ferrari apostará claramente por Massa. Es cierto que Raikkonen está a "sólo" 13 puntos de Hamilton; pero a falta de seis carreras seguir jugando a dar igualdad de oportunidades a sus dos pilotos sería suicida; sobre todo porque en McLaren Kovalainen trabajará claramente para Hamilton, y para probarlo no hace falta más que recordar lo que pasó en Hungría hace tres semanas.
Ciertamente, el vaticinio que hago es arriesgado. McLaren tiene un coche rápido y fiable, y Hamilton está pilotando muy bien. De hecho, tras Australia opinaba que Lewis era un firme candidato al título y así se está demostrando en una temporada que, en principio, parecía muy igualada; pero mi pálpito es que al final serál los coches rojos los que se lleven el gato al agua.
¿Y en cuanto a la carrera de Valencia? Pues que fue aburrida. No hubo adelantamientos ni tensión por las estrategias. Solamente las desventuras de Raikkonen, primero atropellando a un mecánico y luego rompiendo el motor, perturbaron un Gran Premio bastante anodino. Todo el mundo habla maravillas del circuito de Valencia; pero a mi, he de confesarlo, no me impresiona. Puede que sea bonito de conducir; pero para que ese disfrute del piloto se traslade al espectador debe haber acciones arriesgadas que no se han producido. Como decía Joan Viladeprat en su comentario los muros imponen y los pilotos no han querido arriesgar.
Sí que me pareció interesante el entorno del circuito, frente al glamour empalagoso de Mónaco, Valencia se presentaba como un circuito más rudo, más industrial, más auténtico. Los boxes parecían colocados en una lonja o en un almacén y los alrededores del circuito transmitían ese aire casi abandonado de las inmediaciones de los grandes puertos. No esperarías encontrarte por allí un play-boy con gorra de capitán de yate; sino marineros con mirada perdida tras semanas en un petrolero. Ya está bien que, aunque solamente sea en eso, la Fórmula 1 se acerque a los mortales.

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