Ayer, cuando leía el discurso inaugural de Barack Obama, echaba de menos una frase que pasara a la historia, equivalente a la famosa "No te preguntes qué puede hacer tu país por tí, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país" de Kennedy. No la hallé. Luego pensé que esa fase ya existe, es el "Yes, we can" que se ha convertido en lema y enseña de la Obamanía.
A mí me da un poco de miedo, si voy a ser sincero. Esta devoción, esta entrega por una persona me produce una cierta desazón, a veces semeja una cierta reminiscencia de nuestras características más ancestrales y tribales. El casi mesianismo que genera Obama me hace preguntarme constantemente si no estaremos ante los comienzos de una religión, más que de un movimiento político.
Seguramente es bueno cultivar estos temores pues la democracia y la libertad son frutos delicados que puede estropear cualquier helada intempestiva o un sólo día caluroso de verano; pero tampoco conviene obsesionarse con ellos. Lo importante de Obama debería ser el mensaje, y en este sentido sus palabras están llenas de contenido positivo. Parece que tiene una idea, un planteamiento, y que ese planteamiento es mejor que el que nos estuvo rigiendo en los últimos ocho años; así que bienvenido sea. Si, además, sabe articular un discurso, domina la retórica y transmite la suficiente credibilidad como para hacernos confirar en él, estupendo. El tiempo nos dirá dónde le coloca la historia.
Obama es un político excepcional, no cabe duda; pero con esto sólo no bastaría para generar la expectación que ha creado. Yo creo que -como ha sucedido con todos los grandes nombres de la Historia hasta ahora- estaba en el sitio correcto en el momento adecuado. El Mundo cruzó una frontera invisible hace unos años; algún caprichoso escolar de dentro de unos siglos fijará quizá como inició de una nueva era el año 1989 (caída del Muro de Berlín), 1991 (disolución de la Unión Soviética) o 2001 (11-S). Yo propondría 1993 (conclusión de la Ronda de Uruguay y creación de la OMC); pero no creo que prospere. Sea como sea, el caso es que el contexto en el que vivimos ha cambiado, el Mundo es diferentes, los referentes culturales, políticos, sociales, internacionales han variado... y todavía no nos hemos adaptado a ello. En estas circunstancias, cualquiera que aparente ofrecer una cierta seguridad, aunque sea al coste de exigir sacrificio y responsabilidad será bien recibido ¿cuánto aguantará sobre la ola?
Seguramente es bueno cultivar estos temores pues la democracia y la libertad son frutos delicados que puede estropear cualquier helada intempestiva o un sólo día caluroso de verano; pero tampoco conviene obsesionarse con ellos. Lo importante de Obama debería ser el mensaje, y en este sentido sus palabras están llenas de contenido positivo. Parece que tiene una idea, un planteamiento, y que ese planteamiento es mejor que el que nos estuvo rigiendo en los últimos ocho años; así que bienvenido sea. Si, además, sabe articular un discurso, domina la retórica y transmite la suficiente credibilidad como para hacernos confirar en él, estupendo. El tiempo nos dirá dónde le coloca la historia.
Obama es un político excepcional, no cabe duda; pero con esto sólo no bastaría para generar la expectación que ha creado. Yo creo que -como ha sucedido con todos los grandes nombres de la Historia hasta ahora- estaba en el sitio correcto en el momento adecuado. El Mundo cruzó una frontera invisible hace unos años; algún caprichoso escolar de dentro de unos siglos fijará quizá como inició de una nueva era el año 1989 (caída del Muro de Berlín), 1991 (disolución de la Unión Soviética) o 2001 (11-S). Yo propondría 1993 (conclusión de la Ronda de Uruguay y creación de la OMC); pero no creo que prospere. Sea como sea, el caso es que el contexto en el que vivimos ha cambiado, el Mundo es diferentes, los referentes culturales, políticos, sociales, internacionales han variado... y todavía no nos hemos adaptado a ello. En estas circunstancias, cualquiera que aparente ofrecer una cierta seguridad, aunque sea al coste de exigir sacrificio y responsabilidad será bien recibido ¿cuánto aguantará sobre la ola?
Exacto, cree el mundo que llegó su salvación.. qué ingenuos somos, qué lejos está de que sea cierto, al tiempo me remito.. menuda losa de responsabilidad ajena y propia le ha caído..
ResponderEliminarCarme
Hola Carme, hay ahora tanta necesidad de creer que alguien como Obama, que se impone sorpresivamente a Hillary Clinton, que habla bien y que goza de un curriculum tan atractivo como el suyo tiene todos los números para que pase lo que está pasando. El problema es qué sucederá de aquí a un par de años. Quisiera creer que responderá a las expectativas creadas; pero me cuesta. Ojalá nos equivoquemos.
ResponderEliminarGracias por pasarte y por el comentario.
hola soy christian creador de futbolargentinosolo.blospot.com y queria proponerte un intercambio de link haci nos visitamos mutuamente bueno espero que me agreges a tus enlaces avisame asi te agrego
ResponderEliminarnos vemos.saludos
Suceden estas cosas, cuando los paìses han sido profundamente decepcionados y traicionados, y suceden tambièn, por la evidente falta de liderazgo en el mundo...Pesada carga la que recibe este hombre, especialmente habièndole dejado - el innombrable - el paìs patas arriba...debemos y deben los gringos, medir sabiamente el agua a la sopa...esperar demasiado de una persona, irremediablemente nos lleva a la decepciòn...nadie es jamas como esperamos, especialmente si lo idealizamos ...ahora,de que a muchos nos da un "fresquito" de satisfacciòn ver entrar a la Casa Blanca un hombre meztizo...NOS DA...JAJAJA..
ResponderEliminarUN ABRAZO