Hace tiempo que no cuelgo aquí rimas. Ahora casi todas ellas van al blog "Impresiones Rimadas". Hoy, sin embargo, me apetece juntar aquí cinco intentos de soneto que ya tengo por ahí publicados.
Esmeralda
El sentimiento viene en un instante:
fresco olor de una tarde de verano,
luz excelsa de un perfume cercano,
corriente interior, fría y penetrante.
Hondo placer y dolor lacerante.
En la herida del pecho hundes la mano,
con rabia buscas anhelado arcano
mientras te apaga la llaga sangrante.
Rozar deseas la fría esmeralda
cuyo brillo sospechas en el centro.
Suave, exangüe, la vida ya se salda;
pero tienes fuerzas y miras dentro,
contemplas de estrellas una guirnalda
mientras viene la muerte para adentro.
fresco olor de una tarde de verano,
luz excelsa de un perfume cercano,
corriente interior, fría y penetrante.
Hondo placer y dolor lacerante.
En la herida del pecho hundes la mano,
con rabia buscas anhelado arcano
mientras te apaga la llaga sangrante.
Rozar deseas la fría esmeralda
cuyo brillo sospechas en el centro.
Suave, exangüe, la vida ya se salda;
pero tienes fuerzas y miras dentro,
contemplas de estrellas una guirnalda
mientras viene la muerte para adentro.
Mar
Si dejaras que el mar los pies te bese,
que se empapen tus muslos de sal y olas,
que se llene tu vientre de amapolas
y que el agua tu pecho sumergiese;
si nadaras a donde nada hubiese,
donde habitan las almas que están solas
y lucen a la noche agrias farolas;
si el rostro un beso helado recibiese
y el frío del océano quemara
la piel que envuelve el corazón durmiente;
si algún día tal cosa te pasara,
y sólo te encontraras, impotente;
abre los ojos para ver la cara
del que en la mar nos mata, complaciente.
¿Dónde están?
Este escalofrío que ahora siento
¿es de esta vida? o, por el contrario,
recuerdo del frío aire estepario,
del océano helado o de aquel viento
que en lo alto henchía mi sentimiento.
Tiemblo ante la imagen de un sagrario,
un cuadro, el tañido de un campanario.
Si pudiera llenarme en un momento
de amores, muertes, lágrimas y risas;
de todo lo que sé que ya he pasado;
de labios y muslos; de suaves brisas;
de los instantes que me han embriagado
y de las negras horas indecisas;
si pudiera ¿sería iluminado?
¿es de esta vida? o, por el contrario,
recuerdo del frío aire estepario,
del océano helado o de aquel viento
que en lo alto henchía mi sentimiento.
Tiemblo ante la imagen de un sagrario,
un cuadro, el tañido de un campanario.
Si pudiera llenarme en un momento
de amores, muertes, lágrimas y risas;
de todo lo que sé que ya he pasado;
de labios y muslos; de suaves brisas;
de los instantes que me han embriagado
y de las negras horas indecisas;
si pudiera ¿sería iluminado?
Amor indiferente
La amistad del amado mueve al llanto
de quien ni fuerzas tiene para odiar
a quien bien quisiera poder amar
igual que ama a Dios un mártir santo.
Con leve sonrisa responde al canto
de quien la vida podría entregar
por unos labios altivos besar
que son puerta del Cielo y de su encanto.
Si amor te profesa el indiferente,
y aun así quieres mostrarle amistad,
hazlo; pero has de tener muy presente
que lo que tú tienes por gran bondad
herida es que marcará su frente,
semilla de una siniestra maldad.
Coloso
Se levanta el coloso no vencido;
ni lamento ni queja en él se encierra;
la rodilla que, fuerte, hinca en tierra
de elevarle es capaz con un chasquido.
Está de pie el guerrero y un aullido
avisa al mundo. ¡Vamos a la guerra!
Ya brilla el cielo de una a otra sierra;
contempla con ternura aquel latido
que la madre natura les regala
como beso enlutado a los poetas.
De una sonrisa el cielo hace gala
y la luz atraviesa altas grietas.
De la ira olvidado, ve la bala.
Sabe ahora que somos marionetas.
ni lamento ni queja en él se encierra;
la rodilla que, fuerte, hinca en tierra
de elevarle es capaz con un chasquido.
Está de pie el guerrero y un aullido
avisa al mundo. ¡Vamos a la guerra!
Ya brilla el cielo de una a otra sierra;
contempla con ternura aquel latido
que la madre natura les regala
como beso enlutado a los poetas.
De una sonrisa el cielo hace gala
y la luz atraviesa altas grietas.
De la ira olvidado, ve la bala.
Sabe ahora que somos marionetas.
Están muy bien, felicidades. Ya sabes que me gustan los sonetos. Para mí el mejor es MAR, un aire lorquiano le he visto. Un saludo.
ResponderEliminarTambién a mí me gustan los sonetos, y MAR en especial.
ResponderEliminarMe gustaron todos, pero tal vez escojo ¿donde estan?
ResponderEliminarMis abrazos
Bueno Rafa, ya sabes que mi fuerte no es la poesía y que no me gustaría decir lo mismo que mis anterioes contertulios, pero a mí también me ha llamado más la atención (no sabría decir si es el mejor) el que has escrito sobre el Mar. Un abrazo: emilio
ResponderEliminarHola Iván. A mi Mar también me gusta mucho. Lo escribí mientras escuchaba a Mercedes Sosa cantar "Alfonsina y el mar". Ahora que lo dices quizás haya también algo de Lorca, aunque no lo había pensado hasta ahora.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Susana, bienvenida. Otro voto para Mar. Como le decía a Iván a mi es de los que más me gustan. Quizás el que más junto a Esmeralda. Saludos.
ResponderEliminarHola Adelfa, me parece que ya conocías varios de ellos. "¿Dónde están?" refleja algunas de las preocupaciones en las que tú y yo coincidimos. Me alegra poder compartirlo contigo. Abrazos, amiga.
ResponderEliminarHola Emilio. No hay que evitar coincidir. Como he dicho, "Mar" a mi también me gusta mucho, más que otros que por ahí he colgado. Y si gusta más por algo será. Sobre si es mejor o peor no sabría decirte. En los sonetos hay tantas reglas que se me escapa. No sabría decirte cuál se ajusta más a la ortodoxia. Por apostar por alguno diría que "Coloso" es el más ortodoxo. Sin embargo transmite mucho menos que "Mar". Y es que esto no es una ciencia exacta.
ResponderEliminarMe alegra especialmente que comentes cosas de poesía. Un fuerte abrazo.