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sábado, 25 de junio de 2022

Deseo, peligro (色,戒) o el arte de la actuación

I. Introducción



"Deseo, peligro", de Ang Lee es una de las películas más fascinantes que he visto. Me parece una obra de arte extraordinaria.
Quizás lo que acabo de escribir pueda parecer exagerado, pese a que no creo que nadie dude de la calidad ni del director ni de la película. Ang Lee se ha ganado el derecho a ser indiscutible, con varias películas que han pasado, por unas y otras razones, al fondo de armario de la cultura. "Sentido y sensibilidad", "Brokeback Mountain", "Tigre y Dragón"... y "Deseo, Peligro", una película que ganó el León de Oro del Festival de Venecia. Desde luego, palabras mayores que hacen que plantearse cualquier duda sobre la calidad de la obra carezca de sentido.
Pero aún así, cuando se elaboran listas, por ejemplo, de las mejores películas del siglo XXI (ya no hablo de las mejores películas de la historia), "Deseo, peligro" se encuentra ausente. Es una película que no ha calado ni en el público ni en la crítica con la fuerza que, creo, se merece. A mí, en cambio, tal como decía, me parece una obra de arte en la que descubro nuevas cosas en cada visionado y que, además, se mantiene en una delicada ambigüedad que permite siempre dotar de nuevos sentidos a episodios y escenas, sin llegar nunca a agotar el caudal de sugerencias que brotan de la película. El propósito de esta entrada es explicar el por qué de esa fascinación y, a partir de ahí, animar a disfrutarla, para quien no la haya visto aún; y a volver a ella para los que la hayan visto y no hayan quedado prendados de la historia y de la forma de narrarla.
Y antes de entrar en ello, es preciso adelantar que lo que más llama (o me ha llamado) la atención en la película es que se trata del homenaje más profundo, sentido y logrado del que tengo memoria al arte de actuar, de fingirse otro con el fin de conseguir transmitir o provocar emociones en el espectador. Creo que la película va de eso, y toda ella es una reflexión sobre el sentido y consecuencias del teatro (en sentido amplio) o, quizás, del arte; de todo el arte.
A lo anterior se une que, de alguna forma -y quizás no de forma querida por el autor- la película se ha convertido en una de esas obras en las que no es que la realidad se refleje; sino en las que la realidad se confunde; lo que a mi me parece el escalón supremo del arte, aquel en el que la obra pasa a integrarse en la realidad. Ejemplos de esto son "Las Meninas" de Velazquez, "La Comedia" de Dante o "El Quijote" de Cervantes; obras en las que por unas u otras razones la obra y el autor o el espectador acaban confundiéndose. Volveremos sobre ello al final de la entrada.

II. El arte de actuar

La película, como decía, es un homenaje y, a la vez, una reflexión, sobre la actuación. La historia, muy resumida es como sigue: durante la Guerra chino-japonesa de 1937 a 1945, un grupo de estudiantes universitarios de Hong Kong, en el año 1939, antes de que Hong Kong fuera ocupado por las tropas japonesas montan un grupo de teatro aficionado que representa una obra patriótica crítica con los japoneses. La representación de la obra entusiasma al público, que acaba levantándose y gritando "¡China no caerá!"


Los estudiantes, entonces, deciden dar un paso más en su apoyo a China frente a Japón y planean matar a un agente chino que se encuentra en Hong Kong y que forma parte del gobierno títere puesto por los japoneses en las zonas que controlan de China. Para lograr su propósito cuentan con una joven estudiante que había interpretado el rol protagonista en la obra que comentaba antes, Wong Chia Chi, quien debería hacerse pasar por Mai Tai-Tai, la esposa de un hombre de negocios (representado por otro estudiante) para acercarse a la esposa del agente al que quieren eliminar (el señor Yee) y, a través de ella, acceder a él; llegando, si fuera preciso, a convertirse en su amante.
El plan fracasa y la acción da un salto de tres años hacia adelante. En 1942, Wong Chia Chi está en Shanghai. Los japoneses ocupan tanto Shanghai como Hong Kong y ella estudia en la Universidad en una ciudad llena de privaciones y sometida al racionamiento. Allí Wong Chia Chi es contactada por el líder del grupo de estudiantes aficionados y luego conspiradores de Hong Kong de tres años antes (Kuang). Kuang le propone retomar el papel que había interpretado en Hong Kong de esposa de un hombre de negocios para intentar llegar al señor Yee, que ahora era jefe de la policía secreta en el gobierno chino títere que los japoneses habían instalado en Shanghai. Wong Chia Chi acepta y se convierte de nuevo en Mai Tal-Tai para conseguir llegar a su objetivo, el señor Yee.
A partir de aquí, Wong Chia Chi/Mai Tai-Tai se acerca a Yee, flirtea con él y se acaba convirtiendo en su amante, llevándolo hasta una trampa en la que lo asesinarán. Finalmente, sin embargo, Yee consigue evitar ser asesinado y tanto Wong Chia Chi como el resto de implicados, entre los que están Kuang y otros integrantes del grupo de teatro aficionado que conocimos al comienzo de la película, son detenidos y ejecutados.
Aparentemente, es una historia de espías; pero, como avanzaba, en realidad el auténtico centro de la película es la relación entre actriz y personaje. Y digo actriz y no actor, porque todo el peso de la obra recae en el personaje de Wong Chia Chi, una joven -muy joven- estudiante que acepta un papel que le cambiará la vida y la llevará a la muerte. El núcleo de la película es la relación, enormemente dura y difícil entre Wong Chia Chi y Mai Tai-Tai; la forma en que la primera ha de dejar su cuerpo y sentimientos a la segunda con el fin de poder llevar a cabo la misión en la que se ha comprometido.
En esto se distingue "Deseo, peligro" de otras películas sobre la actuación. En ellas el marco es el mundo del espectáculo, el cine o el teatro. Aquí, en cambio, la actuación se sitúa al margen del entretenimiento. Como veremos hay un nexo, pero precisamente ese nexo permite diferenciar la actuación que sirve para entretener o provocar un sentimiento y la actuación que transciende ese punto para convertirse en un desplazamiento de la persona. Aquí, la actuación está al servicio de un propósito "mayor", el servicio al país, la lucha contra el enemigo, la defensa de los tuyos, la venganza por los arrebatados; aquí la actuación es un arma más como una pistola o un cuchillo.
Ahora bien, la actuación es siempre actuación. Así, no por casualidad al comienzo de la película somos testigos de la representación patriótica del grupo de teatro de los estudiantes universitarios de Hong Kong. En este caso, como en otros de "teatro dentro del teatro" (pensemos, por poner un ejemplo clásico, la representación que se organiza en "Hamlet, príncipe de Dinamarca), la clave está en marcar la diferencia entre la actuación enfática y forzosamente irreal que a veces se requiere, y la forma en que todos nos desenvolvemos en nuestra vida cotidiana. Un contraste que se ve mejor que en ninguna otra parte que yo conozca en el fragmento de "El viaje a ninguna parte" en el que el personaje de Fernando Fernán-Gómez es rechazado para decir una frase en la película que se está rodando (por ser incapaz de actuar sin la impostación que se utilizaba en el teatro de entonces) y el actor, hundido, dice, con un sentimiento extraordinario "Esto del cine es una mierda".


Algo de eso encontramos en "Deseo, peligro" cuando pasamos de la representación de la obra en el teatro al intento de utilizar esa misma herramienta, la capacidad de convertirse en otro; para matar a un colaboracionista con el régimen japonés. En la película este momento se marca con solemnidad. Unos días  después de la representación Wong Chai Chi entra en el escenario (se supone que habrán quedado en el teatro para ensayar). Sus compañeros están en el palco del teatro y le piden que suba. Será allí, en el palco y no en el escenario donde acuerden llevar adelante su plan para matar al señor Yee. Se hace explícito que salen del escenario para ir a otro lugar. La importancia de la escena se remarca cuando al final, cuando van a ser ejecutados, se recupera ese momento. De alguna forma, ese salir del escenario será el principio y el final de su aventura.




III. Wong Chia Chi y Mai Tai-Tai

A partir del momento en el que los estudiantes deciden intentar matar al señor Yee, la película se convierte en el torturado relato de la relación entre la actriz y su personaje. Asistimos a las diferentes fases en las que el actor (actriz en este caso) ha de pasar para convertirse en otro. Somos testigos de la entrega no solo del cuerpo, sino del alma del artista para que la recreación sea perfecta.
En otras películas sobre actores el centro quizás se pone en cómo la representación afecta al actor, y aquí también hay algo de eso, por supuesto; pero más allá de este detenerse en el cambio de Wong Chia Chi como consecuencia de la misión en la que se ha enrolado, es más relevante ver cómo ambos personajes, Wong Chia Chi y Mai Tai-Tai se reparten un solo cuerpo y un solo espíritu. Esto se consigue, sobre todo, a partir de un elemento de gran potencia: la forma en que Wong Chia Chi afronta el sexo que deberá practicar su personaje.
En la primera parte de la película, cuando los estudiantes convertidos en conspiradores se encuentran en Hong Kong y deciden que la única manera de llegar al señor Yee es que Mai Tai-Tai se convierta en su amante se enfrentan al problema de que no solamente Wong Chia Chi, sino todos los integrantes del grupo, chicos y chicas, son vírgenes; excepto un chico que frecuentaba locales de prostitución. Este muchacho será quien tenga que iniciar en el sexo a Wong Chia Chi para que pueda representar el papel de una mujer casada cuando llegue el momento de mantener sexo con el señor Yee. En este proceso, el desdoblamiento entre actriz y personaje se muestra a través de pequeños detalles, pero que no pasan desapercibidos.
Así, en un momento dado, Wong Chia Chi está en su habitación quitándose las medias cuando pide pasar una compañera. A pesar de que es otra chica y una amiga, Wong se tapa con la falda el muslo antes de que su amiga entre.


El pudor de una joven que no ha mantenido relaciones sexuales en una sociedad tradicional en la que lo normal es que los universitarios aún sean vírgenes. Esa es Wong Chia Chi.
Pero Mai Tai-Tai es una mujer con experiencia y cuando se mete en su rol, Wong Chia Chi actúa como otra persona, porque mientras actúa es otra persona. Así, contrasta la escena anterior con su primer encuentro sexual con el señor Yee, tres años después cuando ya están en Shangai, y al taparse pudorosamente el muslo ante su amiga, se corresponde el desabrocharse con decisión la raja del vestido ante el que en minutos pasará a ser su amante.


En la primera escena es Wong Chia Chi; en la segunda, Mai Tai-Tai. Un solo cuerpo compartido por dos personajes.
Y sin que esto suponga que Wong Chia Chi se convierta en Mai Tal-Tai. Ese es otro tópico del que huye "Deseo, peligro". En otras películas hemos visto cómo alguien acaba "creyéndose su personaje", transformándose en él. No es lo que aquí sucede, y esta es una de las claves que hacer original, diferente, especial, esta película. Wong Chia Chi no se olvida nunca de quién es y de por qué hace lo que hace. Para que no haya dudas sobre ello, tenemos una escena que es también capital en la película en la que Wong Chia Chi se entrevista con el jefe de la resistencia que dirige la célula en la que ella se integra. En esa entrevista ella explica cómo se siente cuando tiene que tener intimidad con el señor Yee y cómo espera angustiada que en cualquier momento aparezcan quienes tienen que matarlo para librarla de aquella pesadilla. En esa escena, además, se da otra clave importante para la película: el jefe de la célula de la resistencia (el viejo Wu) le dice a Kuang que lo que diferencia a Wong Chia Chi de otras chicas de la resistencia que con anterioridad habían intentado acercarse a Yee, es que Chia Chi "es" Mai Tai-Tai. La clave de su éxito es la perfección en su actuación, la entrega al personaje, con todo lo que ello implica.
Es por esto por lo que decía antes que la película es una reflexión sobre la posición del actor y la forma en que ha de convivir con el personaje. Al extraer el conflicto de una representación teatral o de la filmación de una película para llevarlo a un escenario en el que un error en la interpretación supondría el fracaso de una misión en la que se comprometen vidas se sublima el oficio teatral y se dota de transcendencia a esa lucha entre persona y personaje que, quizás, viven de una manera u otra todos los actores y todas las actrices.
Desde esta perspectiva creo que se explica la escena clave de la película, aquella en la que Mai Tai-Tai y el señor Yee se encuentran en la joyería en al que va a ser asesinado. Están allí porque Yee le ha regalado a Mai Tai-Tai un diamante de enorme valor que acababa de ser engarzado y pasan a recogerlo. En el momento en el que ella ve el anillo en su dedo suplica a Yee que huya. Él entiende inmediatamente lo que eso implica, sale corriendo y escapa.
Esta escena sorprende en un primer visionado de la película y sigue sorprendiendo en cada ocasión. ¿Cómo es posible que Wong Chia Chi estropee el plan que llevaban preparando durante años (si contamos el intento previo en Hong Kong) con todos los sacrificios que había supuesto para ella. ¿Sintió ternura por el señor Yee? ¿De alguna forma se había enamorado de él? Creo que no es nada de eso. Simplemente, en aquel momento hizo lo que haría Mai Tai-Tai. No fue capaz de desconectar del personaje en ese instante. Cobra así sentido lo que había dicho el viejo Wu: "Wong Chia Chi es siempre Mai Tai-Tai". Sí, era lo preciso para llegar a donde había llegado; pero actuar a ese nivel no es algo que uno pueda apagar como se desconecta un ordenador dándole a un botón. Para mí, esa escena es la que da la clave de toda la película y la aleja definitivamente de una historia de espías para convertirla en lo que decía antes, una reflexión sobre la actuación y, quizás, también sobre el arte en su conjunto.
No es Wong Chia Chi quien avisa a Yee de que van a matarlo; es Mai Tai-Tai; pero la que muere como consecuencia de ello es la primera, aunque su muerte lleve irremediablemente a la de la segunda, aunque la de ésta, en realidad, es anterior, pues deja de existir en el momento en el que el plan fracasa. En esta clave también tiene sentido el rechazo de Yee a entrevistarse con Chia Chi una vez que ha sido detenida. ¿Qué sentido tendría que Yee se viera con Wong Chia Chi? Wong Chia Chi es nada para Yee, es absolutamente irrelevante excepto como vehículo para dar vida a Mai Mai-Tai. Yee sabe que en la celda en la que se encuentra Chia Chi ya no encontrará a Mai Tal-Tai, un fantasma que desapareció en el mismo instante en el que culminaba su actuación con el ruego de que huyera de la joyería.

IV. De Wong Chia Chi a Tang Wei

No sé si he logrado explicar las razones de mi fascinación por esta película; que incluyen otros elementos  de los que no me he ocupado por no recargar la entrada y, también, porque hay cosas que intuyo pero que no soy capaz todavía de formular con precisión. Como decía, la película, como toda obra de arte que se precie, deja elementos en el aire, ambiguos e inefables que permiten volver a ella una y otra vez.
Pero todavía hay más, y tiene que ver con lo que explicaba al comienzo de la confusión entre realidad y ficción que es la marca distintiva de las obras de arte mayores. Aquí hay algunos elementos que nos llevan a ello, aunque en este caso son externos a la propia obra, no quiero dejar de mencionarlos.
En primer lugar, y esto, por lo que diré, no es lo más importante, pudiera ser que la historia estuviera basada en hechos reales. Se ha planteado que el relato corto que sirve de base para la película está basado en la vida de Zheng Pingru, una esta china que había intentado asesinar al jefe de seguridad del gobierno chino marioneta de los japoneses en Shanghai. Pudiera ser, pero nada indica que en la realidad se hubiera planteado la tensión entre actriz y personaje de la que me ocupaba un poco más arriba. El hecho de que hubiera una base real para lo que se cuenta en la película es, a mi juicio, irrelevante, porque ésta transciende esto para entrar, como he intentado mostrar, en el terreno del arte.
Ya desde esta perspectiva, hay en la película varias escenas de un contenido sexual explícito en las que se narran los encuentros entre Mai Tai-Tai y Yee. A mi juicio, estas escenas -que motivaron problemas de clasificación de la película en varios países- tienen un sentido profundo, porque la desnudez explícita del señor Yee y de Mai Tai-Tai dota de mayor fuerza al conflicto entre Wong Chia Chi y su personaje. Antes me quedaba en la forma en que se desabrochaba el lateral de su vestido en el primer encuentro con el señor Yee; pero a partir de ahí la cosa va a más, a mucho más, con lo que se aprecia con claridad la tensión entre lo que haría (no haría) Wong Chia Chi y lo que hace el personaje que interpreta. Por otra parte, es destacable que estas escenas, como digo de sexo bastante explícito, no resultan eróticas. Ang Lee recurre a distintos mecanismos para convertirlas en elementos dramáticos alejados de cualquier veleidad sentimental. De alguna forma nos trasladan al pozo en el que debía sumergirse Chia Chi para ser fiel a su personaje y a su misión. La dura conversación que tiene con el viejo Wu sobre sus encuentros con Yee acaba de dar la clave sobre esas escenas.
Pero, y aquí viene el punto llamativo. No podemos olvidar que la película es eso, una película, hecha por actores. A quien vemos en la pantalla no es a Wong Chia Chi representando el papel de Mai Tai-Tai. A quien "realmente" vemos es a una actriz llamada Tang Wei y que, como consecuencia de esas escenas, se vio incluida en una lista negra en la República Popular de China y vetada por tres años.
Me parece sorprendente. Al fin y al cabo Tang Wei es una actriz, en esas escenas no solamente salía ella, sino también su compañero, el actor Joan Chen, quien interpretaba al señor Yee; y el diseño y responsabilidad última de ellas era del director, Ang Lee. ¿Es que las autoridades chinas se habían "creído" el personaje y pensaban que Tang Wei era realmente Wong Chia Chi?
Sea como fuera, creo que ha de ser destacado que de la misma forma en que Wong Chia Chi acaba pagando las consecuencias de los actos de Mai Tai-Tai, la actriz que encarna a la primera acabe pagando las consecuencias de lo que hace el personaje. La continuidad entre el personaje en la película (Mai Tai-Tai) y quien en ella lo representa (Wong Chia Chi) alcanza también a quien interpreta a ésta, Tang Wei; y al dar este paso la ficción se conecta ya directamente con la realidad.
Esto que he contado no es parte de la película, es consecuencia de la decisión de las autoridades chinas; pero ¿no añade esto un elemento de realidad a la película? Una película sobre cómo la ficción acaba afectando a la realidad en la que lo que se inventó para la pantalla acaba dañando a la actriz protagonista en su vida real.

IV. Conclusión

No me cansaré de ver "Deseo, peligro", una película en la que cada detalle es evocador. Desde la partida de Mahjong con la que comienza hasta las escenas de la vida de estudiante en Hong Kong; desde las escapadas al cine de la protagonista hasta la relación apenas esbozada (¡qué poco necesita Ang Lee para dibujar un drama!) entre Wong Chia Chi y su padre. Solamente los diez primeros minutos, en los que se desarrolla una partida entre cuatro mujeres sin que podamos saber qué es lo que está pasando, pero en los que la intuición de que la relación entre esas mujeres está llena de misterios no hace más que crecer; bastaría para justificar una carrera cinematográfica; porque no importa que solamente sean diez minutos. Si no se tiene un enorme talento no se puede rodar eso.
Ahora bien, con toda su riqueza, me quedo con ese tema eterno que, me parece, Ang Lee ha tratado mejor que nadie: la actuación dentro de la actuación, una reflexión desde el arte sobre cómo éste cambia la vida. Pocos temas hay más grandes que éste.
Y pocas películas hay tan sugerentes como 色,戒.

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