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viernes, 10 de febrero de 2023

El índice de democracia de "The Economist". Edición de 2022

Como siempre, el índice de democracia de "The Economist" aporta datos interesantes. Como todos los índices, por supuesto, ha de mirarse con cierto escepticismo; porque medir la calidad democrática de un país implicará siempre cierto grado de subjetividad y la posibilidad de discutir los criterios que se utilizan y cómo se ponderan. En cualquier caso, esta es información que se puede encontrar en este enlace de wikipedia.
El resultado del informe correspondiente al año 2022 es que 24 países entran en la categoría de "democracias plenas"; esto es, aquellos que, en la puntuación del estudio obtienen 8 puntos o más (el máximo es 10). Por debajo de estas democracias plenas nos encontramos con 48 países que son democracias defectuosas. Tras estos están los países que no pueden ser considerados democráticos, y que se dividen en dos subgrupos: regímenes híbridos (36 países) y regímenes autoritarios (59 países).



Por continentes, Europa es el que más países aporta a las democracias plenas (14), mientras que Asia cuenta con 3 (Taiwan, Japón y Corea del Sur); Oceanía con 2 (Australia y Nueva Zelanda); Sudamérica dos también (Uruguay y Chile), y uno cada uno América del Norte (Canadá), América Central (Costa Rica) y África (Mauricio).


El mundo anglófono es el más representado. Teniendo en cuenta idiomas que hable más del 50% de la población del país, nos encontramos con que entre las 24 democracias plenas hay 5 países en los que la lengua principal es el inglés (Nueva Zelanda, Irlanda, Canadá, Australia y Reino Unido), mientras que en Mauricio, este papel de lengua principal se lo reparten el inglés y el francés. Los países hispanos también están bien representados, con cuatro (Uruguay, Costa Rica, Chile y España) y también los de habla alemana (Alemania, Austria, Suiza y Luxemburgo). Luxemburgo también ha de ser incluido en el grupo francófono (en el país se hablan ambas lenguas, francés y alemán, además de luxemburgués); en el que también se encuentran Francia y la ya mencionada isla Mauricio.


En los 24 países que son democracias plenas vive tan solo un 8% de la población mundial (635 millones de personas). Los países que son democracias defectuosas añaden casi 2900 millones de personas, pero aún así, más de la mitad de la población mundial vive en países que o son regímenes híbridos o directamente autoritarios


Finalmente, en lo que se refiere a la consideración global de los datos; es también interesante ver la forma de gobierno de los países en función de su calidad democrática. De los 24 países que son democracias plenas, 10 son monarquías y 14 repúblicas.


En los regímenes autoritarios no se aprecia esta significativa presencia de las monarquías. De los 59 países que son considerados regímenes autoritarios, 49 son repúblicas


Es un dato que muestra la falacia de vincular la república con una mayor democracia. No hay nada que impida que las monarquías pueden ser más democráticas que las repúblicas. Los datos parecen corroborarlo y, además, hay razones que lo explican.



Volviendo al índice. Este año, España recupera la posición de democracia plena que tan solo había perdido en el año 2021.


Conviene destacar, sin embargo, que España no ha estado nunca en la posición de aquellos países que llegan al "sobresaliente" en democracia; esto es, los que alcanzan una puntuación de 9 sobre 10. En el año 2022 lo consiguen nueve países: Noruega, Nueva Zelanda, Islandia, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Suiza, Irlanda y los Países Bajos. Creo que deberíamos marcarnos como objetivo mejorar la calidad de nuestra democracia con el fin de superar el nivel actual. El diagnóstico de las cosas que han de cambiarse es relativamente sencillo de hacer: respeto escrupuloso a la ley por parte de los poderes públicos, independencia de los tribunales respecto al poder ejecutivo y al legislativo, respeto máximo a la libertad de prensa, de expresión y de opinión y al resto de derechos fundamentales. Hay cosas que podemos hacer en cada uno de estos ámbitos, así como en otro muy relevante: la independencia de los medios de comunicación. Creo que debería ser objetivo que se marcaran los partidos políticos de cara a las próximas elecciones y sería deseable que los ciudadanos nos lo tomáramos en serio y fuera un elemento relevante a la hora de decidir el voto.

Lo anterior no quita para que no nos congratulemos de la posición que ocupa España en el ranking. En el mundo hay muchos países, y estar entre las democracias plenas es algo reservado -como veíamos antes- a menos del 8% de la población mundial.
Incluso dentro de la UE la posición de España es buena; y eso que la UE en su conjunto tiene un alto nivel en el índice democrático, situándose la media de puntuación de los 27 países en un 7,89; muy cerca del nivel de la democracia plena. En el grupo, España ocupa la posición 10 de 27; por delante de países como Bélgica, Italia o los países bálticos.


No puede dejar de señalarse, sin embargo, que en la UE hay cuatro países que ni siquiera alcanzan una puntuación de 7 sobre 10 (Hungría, Bulgaria, Croacia y Rumanía). Como digo, el índice ha de mirarse con un cierto escepticismo; pero no debería dejar de preocuparnos que en un bloque que explícitamente se fundamenta en el respeto a los principios democráticos y a los derechos humanos, haya varios países que están más cerca de caer al grupo de los regímenes híbridos que de alcanzar el nivel de democracia plena.

En conclusión, como todos los rankings, hay que mirarlo con distancia, pero siempre preguntándose qué razones explican que no se tenga una posición mejor de la que ahora disfrutamos.


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