La Generalitat ha hecho una cartografía de la intolerancia política. Su objetivo es hacer un seguimiento y valoración de la salud democrática de la sociedad catalana, es decir, el nivel de respeto y garantía de los derechos civiles y políticos. Se ve que se ha dedicado dinero (nuestro dinero) y esfuerzos a una página web en la que se dispone de hasta un mapa interactivo para seguir los incidentes que se recogen.
Hace unas semanas se daba a conocer un informe sobre violencia política en Cataluña preparado por el Observatorio Cívico de la Violencia Política en Cataluña en el que participan Impulso Ciudadano y Movimiento contra la Intolerancia.
El Informe del Observatorio Cívico de la Violencia Política se limita a los seis primeros meses de 2019. Aquí realizaba una valoración del mismo. El de la Generalitat es más ambicioso, puesto que comienza en el año 2017 (el primer incidente registrado se corresponde al 18 de febrero de 2017) y llega a septiembre de 2019. Abarca, por tanto, más de dos años y medio y se superpone, por tanto, parcialmente, con el del Observatorio Cívico de la Violencia Política en Cataluña. De hecho, en el Informe de la Generalitat se reconoce que se han utilizado datos del presentado por Impulso Ciudadano y Movimiento contra la Inolerancia.
Se discrepa, en cambio, en la metodología -y esto ya es significativo-; en el informe del Observatorio de la Violencia Política se excluye la violencia verbal en redes sociales, excepto cuando quien ejerce esa violencia verbal es un cargo público. La idea es que los cargos públicos tienen una obligación de respeto a la convivencia, también en las redes sociales, que opera en menor intensidad cuando se trata de ciudadanos que no asumen cargos públicos. Como es sabido, de incluir esta violencia el informe no tendría límite. Yo mismo guardo algunas de las "perlas" que me han dedicado en redes sociales tan solo para mantener la memoria de estos años miserables, pero sin ninguna intención de actuar o denunciar a los autores.
Esta, como digo, es la filosofía del informe preparado por Impulso Ciudadano y Movimiento contra la Intolerancia. En el informe de la Generalitat, sin embargo, nos encontramos con que, precisamente, el primer incidente que se reporta son amenazas en twitter al presidente de la Generalitat. No digo que no hayan de ser denunciadas estas cosas, por supuesto; se trata tan solo de ponerse de acuerdo en ello; pero si se recogen esos tweets amenazantes contra el Sr. Puigdemont (que era entonces el presidente de la Generalitat) ¿por qué no se recoge que en redes sociales se hizo explícito el deseo de que la señora Arrimadas sufriera una violación grupal?
Ya no digo nada de las que sufren otros colectivos. Aquí una muestra...
Todo lo anterior está ausente del documento de la Generalitat, quien, además, hace expreso que no incluye casos en los que la agresión implica a un poder público. Curioso, como digo, una divergencia grande entre el Informe de la Generalitat y el del Observatorio de la Violencia Política; y significativa, porque, como he dicho, para el Observatorio son más graves las amenazas o insultos que se dirigen desde el poder a quien no tiene el poder que las que puedan dirigir los ciudadanos a quines ejercen una función pública, mientras que para la Generalitat parece ser que es justo al contrario. Curioso.
De lo que se ha dicho hasta ahora se deriva que quizás haya un sesgo en el informe, que, por desgracia, se confirma de su lectura. Pondré un ejemplo.
Esto es lo que indica el informe sobre lo sucedido entre el 7 y el 11 de abril de 2019
Como se ve, incluye como intolerancia política un saludo fascista. No entraré aquí a discutir si es adecuado o no incluirlo en intolerancia política; porque lo que llama la atención es que incluyendo ese saludo fascista no incluya como intolerancia política el boicot al acto de S'ha acabat! en el que se inserta ese saludo. Aquí explico lo que pasó el día 11 de abril de 2019 en la UAB y, como se ve, hubo bastante más que un saludo fascista: nos encontramos con el intento deliberado de boicotear un acto sobre Europa, con un grupo de personas que formaron una cadena para impedir el acceso a la sala donde se iba a realizar el acto y que obstaculizaron el acceso de los que debíamos intervenir y de los asistentes.
Pero es que tampoco se incluye el boicot a la carpa de S'ha acabat! el día 9 de abril en la UAB y que aquí también explico. ¿Por qué se incluye como intolerancia un saludo fascista y no rodear a una carpa informativa intentando cerrarla con cinta aislante, empujando, golpeando y tirando objetos a quienes estábamos en la carpa?
Creo que el sesgo de la Generalitat es claro. Por ejemplo, tampoco figura en el informe el boicot al acto sobre Cervantes organizado en la UB por SCC el 7 de junio de 2018
Tampoco figura el ataque que aquí se relata a una carpa de SCC en la UAB el 14 de marzo de 2017
y en el que se incluyeron imágenes como éstas: se roba la bandera de la carpa y un encapuchado la quema delante de los jóvenes que en ella estaban.
tampoco figura en el informe un ataque con palos a otra carpa informativa de constitucionalistas en la UAB el 7 de mayo de 2018.
Y podría seguir...
En definitiva. Tenemos un informe que hemos pagado todos, pero en el que las agresiones contra quienes no comparten los planteamientos nacionalistas no son consideradas ni tan siquiera signos de intolerancia política. En el que el tweet en que se desea una violación grupal a la jefa de la oposición en Cataluña es pasado por alto, mientras que el informe se encabeza con un tweet amenazante contra el presidente de la Generalitat.
Pocas veces he visto un ejercicio tan desvergonzado del poder en beneficio de una determinada ideología.
Tranquilo, Rafa, están construyendo su atmósfera emocional. No les interesa en absoluto la objetividad. TE paso esta nota mínima que forma parte de la reconstrucción de los días del golpe (junto con algún poema y testimonios que ya te envié) por parte de los que estábamos en la cara oculta de la luna:
ResponderEliminarhttp://blogs.uab.cat/nocurriculum/2019/10/03/que-es-una-monarquia/
Aunque, es verdad, la memoria se la tiene que pagar cada uno, que bastante cuesta.