Páginas
Artículos en "The New York Times"
Artículos en "El País"
Artículos en ABC
Artículos en "El Periódico"
Artículos en "El Mundo"
Artículos en "El Español"
Artículos en "Crónica Global"
Artículos en "Te interesa"
Artículos en "El Universal"
Artículos en "La Razón"
Páginas
jueves, 24 de diciembre de 2009
Nihilantropía
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Revisitando la Transición
sábado, 28 de noviembre de 2009
Ya no entiendo nada
Lo que más me sorprende es que los que están hablando estos días sobre la necesidad de que el TC respete el Estatuto no mantienen que éste sea compatible con la Constitución. De hecho, de algunas de las cosas que se dicen más bien se desprende que se reconoce que es incompatible; pero que existen razones políticas para que, pese a ello, el TC mantenga su constitucionalidad. Lo último que he leído en esta línea es el artículo de Francesc Vallès en El País del día 27 de noviembre. En este artículo se sostiene que el Estatut supone un nuevo pacto constitucional, y que esta circunstancia debe ser tenida en cuenta por el TC. Copio el fragmento que me interesa para que nadie piense que hago decir al autor lo que no dice:
"Significa [el Estatuto catalán y todos los Estatutos que se han reformado recientemente] la plasmación de una voluntad mayoritaria de reescribir las bases de nuestra arquitectura institucional. Es una voluntad cuasi-constituyente. Es un pacto originario de derecho. Un nuevo pacto constituyente que el TC no puede ni debe ignorar"
Ahora es cuando ya no entiendo nada. Hasta ahora había pensado que PSC (partido del que es diputado el Dr. Vallès) mantenía que el Estatut era constitucional, que no suponía -como sostiene el PP- una modificación encubierta de la Constitución. Y ahora, justamente cuando parece faltar poco para la sentencia y toda la sociedad se está movilizando, ahora nos enteramos de que nos has estado engañando, que en realidad el Estatuto sí que supone un nuevo pacto constitucional.
Y, claro, si el Estatuto es un nuevo pacto constituyente es claro que es inconstitucional. La Constitución prevé su modificación, nada impide que se cambie y, de hecho ya ha sido modificada, al menos en una ocasión (seguro que los constitucionalistas como el Dr. Vallès lo saben con más precisión que yo). Ahora bien, para proceder a la reforma de la Constitución hay que utilizar el procedimiento previsto en la misma. De acuerdo con dicho procedimiento todo es posible; desde convertir España en República hasta la sustitución del actual régimen parlamentario por un sistema presidencialista o una teocracia. La Constitución no impone ningún límite material a su reforma; pero sí establece unos determinados cauces para proceder a la misma. Y, desde luego, el Estatuto de autonomía de Cataluña no ha sido tramitado como una reforma constitucional por lo que, si el Dr. Vallès está en lo cierto y es un nuevo pacto constituyente es claro que debería ser declarado inconstitucional. Es tan obvio que causa casi reparo hacerlo explícito.
Ahora bien, lo anterior no quiere decir que no sea posible un cambio de la Constitución que no se ajuste a los mecanismos previstos en la misma. Tal cosa es posible, desde luego; pero en ese caso nos encontraríamos ante un cambio no ajustado a la legalidad vigente. De hecho se habría sustituido el sistema vigente por uno nuevo, utilizando para ello no los mecanismos que rigen actualmente nuestra convivencia, sino la vía fáctica. Técnicamente nos encontraríamos ante una revolución, tal como adelantaba hace dos días. Mantener que el Estatuto supone un nuevo pacto constituyente y, a la vez, pedir que el TC no lo declare inconstitucional es tanto como pedir al Tribunal Constitucional que se una a la revolución, que sea cómplice de la misma (o partícipe, según se mire). Hace tan sólo unos meses la defensa del Estatuto se basaba en su constitucionalidad, hoy el planteamiento de que el Estatut ha de estar por encima de la (todavía) vigente Constitución porque de otra forma... de otra forma ¿qué pasaría?
jueves, 26 de noviembre de 2009
Una mica de seny
En estos días en que parece inminente la resolución del Tribunal Constitucional sobre el Estatut de Cataluña parece que todo el mundo se está volviendo loco. Lo último, lo de hoy, es la editorial conjunta de doce diarios editados en Cataluña en la que se "aconseja" al Constitucional cómo tiene que resolver el recurso planteado contra el Estatut.
domingo, 15 de noviembre de 2009
Poder fáctico, poder político
jueves, 12 de noviembre de 2009
España y el Muro
Me ha llamado la atención lo que ha dicho Helmut Kohl estos días en que se conmemoraba la caída del Muro de Berlín. Quien era canciller de la República Federal de Alemania cuando cayó el Muro (entonces había que distinguir entre la República Federal de Alemania, RFA, y la República Democrática de Alemania, RDA; o, como se veía en los chándals de sus deportistas, DDR) ha reconocido que el único que estuvo entonces incondicionalmente con Alemania fue Felipe González. A los más jóvenes les puede causar cierta sorpresa esta manifestación o, simplemente, parecerles que se trata de una batallita del abuelo; pero no quiero dejar pasar la ocasión de destacarlo.
lunes, 12 de octubre de 2009
Ser ministro hoy
sábado, 3 de octubre de 2009
¿Madrid 2020?
jueves, 1 de octubre de 2009
Pequeños detalles
domingo, 27 de septiembre de 2009
La luz en la delgada línea roja
viernes, 11 de septiembre de 2009
Lo de Piquet
Acabo de leer la noticia de que Piquet ha declarado a un periódico que se accidentó a posta en el Gran Premio de Singapur del año pasado con el fin de facilitar la victoria de Alonso. Declara también que la propuesta de provocar el accidente justamente después de la parada de Alonso le fue hecha por Pat Symonds y Flavio Briatore.
Hasta hoy no me he acabado de creer que fuera el propio Nelson Piquet el que hubiera denunciado a la FIA esta maniobra, y no me lo creía porque, tal como lo veo yo, es tanto como suicidarse deportiva y económicamente. Veámoslo.
Piquet hace hincapié en que la propuesta partió de Briatore y Symonds; pero, tla como apuntó hace días Bernie Ecclestone, es como si Piquet asalta un banco y cuando lo detienen dice: "Eh, que fue Bernie quien me lo pidió". El hecho de que alguien te pida cometer un delito no implica que tu responsabilidad se vea disminuida en caso de que finalmente lo cometas. Con las declaraciones que acabo de leer de Piquet es meridiano que él provocó el accidente a sabiendas; dolosamente, en términos jurídicos; y esto no cambia por el hecho de que se lo pidieran, ordenaran o sugirieran sus jefes. Se trata de una gravísima actuación antideportiva de Piquet que debería suponer su sanción de por vida. No creo que haya nada peor que provocar voluntariamente un accidente, con el grave riesgo que supone para el piloto, el resto de pilotos, los comisarios y los espectadores. ¿Qué hubiera pasado si a consecuencia del accidente se hubiera producido un choque entre otros coches?
Se podrá probar o no la implicación de Briatore y Symonds en el asunto; pero la de Piquet ya está clara y demostrada, y debería tener una sanción por ello.
Pero es que, además, esta actuación voluntaria (dolosa) de Piquet supone perjuicios para terceros; en este caso los pilotos y equipos que vieron su carrera alterada por el incidente. Hay daños materiales (el dinero perdido por los puntos no conseguidos) y morales cuya indemnización podría ser exigida personalmente a Piquet. Ferrari, McLaren, Hamilton, Massa; todos ellos fueron claramente perjudicados por el accidente y no veo inconveniente en que presenten una demanda por responsabilidad civil contra Nelson Piquet; la cuantía de la demanda, teniendo en cuenta lo que se juega en la Formula 1, podría ser de varios millones de euros.
Es por esto que hasta ahora no me acababa de creer que Piquet se hubiera puesto la soga al cuello de esta manera; pero parece ser, por las informaciones que ahora tenemos que así es ¿quién le aconseja?
jueves, 10 de septiembre de 2009
Un artículo de Rafael Argullol
viernes, 21 de agosto de 2009
Poeta con bigote
¡qué extraño!
Todos se fijan un momento en un hombre
con bigote.
Y el poeta piensa que pensarán
que tiene respuestas
y se ríe porque sabe
que tan solo es
perito en aire,
doctor en nada
o lo que es lo mismo:
sabio de verdad.
Estas palabras surgieron como comentario en la blog "ámbar y spunk"; a la entrada titulada "¿Qué sabe el poema? (Juan Gelman)".
miércoles, 19 de agosto de 2009
Tubinga
vivir en una casa de dos pisos,
contemplar cómo crecen los narcisos
y cómo cae la nieve en Tubinga.
Me gustaría enseñar en Tubinga
los conceptos jurídicos precisos
y redactar los libros más incisos
que se hayan escrito "en Tubinga".
Me gustaría sentirme seguro
en la tranquilidad de aquel hogar,
libre del mal de ojo y del conjuro.
Me gustaría llegar a pensar
que este pantano y este bosque oscuro
no existen y voy pronto a despertar.
domingo, 16 de agosto de 2009
Afganistán
No digo yo que esté equivocado el vicedirector de La Vanguardia; me faltan conocimientos y formación para poder contradecirle; pero sí que, como decía, me sorprende el artículo; y lo hace porque el tema creo que merece algo más que brochazos, sobre todo si se va afirmar que la OTAN será derrotada sin paliativos en Afganistán y que toda la estrategia occidental en Asia Central está equivocada.
No creo que Afganistán sea, simplemente, un "miserable país asiático". Desde la Antigüedad es un país clave estratégicamente. Desde Kabul, Babur lanzó en el siglo XVI la campaña que acabó con la conquista del Norte de la India, creando el Imperio más rico del Mundo en aquel momento. Ya en el siglo XIX, Afganistán fue protagonista en "El Gran Juego", que enfrentó al Imperio Británico y a Rusia por el control de Asia Central. Actualmente es clave en una de las regiones más importantes del Mundo, por su vecindad con Pakistán (y la India), su cercanía a China y a los recursos de Asia Central. Entiendo que son circunstancias que deben, al menos, tenerse en cuenta si se plantea seriamente marcharse y abandonarlo todo.
Pero es que no se trata solamente de razones estratégicas. En los años finales del siglo XX y en el principio del XXI, antes del 11-S recuerdo la indignación con la que casi todos recibíamos las noticias de Afganistán, la forma en que se trataba a las mujeres, las ejecuciones públicas, la destrucción de los símbolos de otras culturas. Ya entonces se alzaban voces planteando si podíamos quedarnos de bazos cruzados ante atentados tan graves contra los Derechos Humanos.
Es cierto que no parece que se haya avanzado mucho en Afganistán en el tema de los Derechos Humanos desde que las tropas de la OTAN están allí ; pero ¿ha llegado ya el momento de decir, no podemos hacer nada, ahí tenéis vuestro "miserable país" (en término del Vicedirector de La Vanguardia, no mío) y morid como mejor queráis? ¿Es que no es posible hacer nada más?
Si es así, digámoslo, pero teniendo en cuenta todas las circunstancias y también todas las consecuencias. Si no tenemos voluntad o capacidad para estabilizar Afganistán, dentro de unas décadas Afganistán puede estar en nosotros, aquí.
sábado, 8 de agosto de 2009
La lógica y la egiptología
El antiguo Egipto me fascina, como a muchos; y como les sucede a muchos, mis conocimientos sobre el Reino de los Faraones son más bien limitaditos. Por eso, seguramente, a continuación diré alguna tontería y espero que alguno de los lectores me haga el favor de corregirme. Pero bueno, para eso están los blogs (entre otras cosas) para poder decir cosas sin tener que ser excesivamente riguroso.
El caso es que desde hace tiempo me sorprenden algunos argumentos, afirmaciones o conclusiones sobre el Antiguo Egipto. Mi mosqueo empezó hace más de diez años, cuando leí un libro que se titulaba algo así como "El misterio de Orión". En ese libro se desarrollaba una teoría sobre la función de las pirámides que negaba que fueran tumbas de faraones. No entraré ahora en la teoría, una más de las muchas que se han lanzado sobre tan fascinantes construcciones; porque lo que me interesa es, en este caso la teoría "ortodoxa" sobre las pirámides y la forma en que se ridiculizaba en el libro. Veámoslo a través de un imaginario diálogo entre un egiptólogo (E) y un simple curioso (C):
C: Entonces ¿cuál era la función de las pirámides?
E: Tumbas de los faraones.
C: Y ¿en qué forma se enterraba a los faraones en las pirámides?
E: Bueno, no lo podemos saber exactamente...
C: ¿Y eso?
E: Es que no hemos encontrado el cadáver de ningún faraón en las pirámides.
C: ¿No hay cadáveres de faraones en las pirámides?
E: No
C: ¿Por qué no hay cadáveres de faraones en las pirámides?
E: Se los han llevado los ladrones de tumbas.
C: Y si no han encontrado cadáveres en las pirámides ¿cómo saben que son tumbas?
E: Ya le he dicho que no hay cadáveres porque se los han llevado.
C: ¿Quién se los ha llevado?
E: Los ladrones de tumbas.
C: ¿Tienen ustedes pruebas de ello?
E: Pues claro, si no fuera por los ladrones de tumbas los cadáveres de los faraones estarían en las pirámides.
C: Pero, si no hay cadáveres ¿cómo pueden saber que son tumbas?
E: Ya le he dicho que los cadáveres fueron saqueados hace muchos siglos...
C: Sí, ya sé, por los ladrones de tumbas.
E: ¡Exacto! Al fin lo ha entendido.
C: Así que sin los ladrones de tumbas la teoría (mejor digamos, hipótesis) de que las pirámides son tumbas de faraones se vendría abajo.
E: No le acabo de entender.
C: Quiero decir que sin tales ladrones desconocidos no podríamos sostener que las pirámides son tumbas de faraones. Si los ladrones de tumbas salen de la explicación la teoría se cae.
E: Bueno, sí.
C: Ya.
Nunca lo había visto desde esta perspectiva, pero leyendo ese libro pensé que es extraño que una teoría rigurosa descanse sobre unos ladrones de tumbas. Las pirámides son tumbas, no hay cadáver, pero si no está es porque lo han robado. Vamos, con ese argumento no vayas a juicio porque se carcajean en tu cara.
Me he acordado ahora de esto porque hace unos días estuve visitando una exposición en el Museo Marítimo de Barcelona donde se reproduce la tumba de Tutankamón. La exposición está realmente bien, muy bien montada y organizada, la recomiendo. Pero a lo que voy es a que en un par de momentos te explican que la tumba fue saqueada, lo que explicaría el desorden existente y que las puertas de la capilla donde se encontraba su sarcófago estuvieran abiertas. Esta explicación me dejó perplejo, porque cinco minutos antes nos habían dicho que Howard Carter, el descubridor de la tumba, había encontrado intactos los sellos de la entrada ¿cómo habían entrado, entonces los ladrones? De nuevo los ladrones de tumbas, cual deus ex machina salían en ayuda de los egiptólogos cuando se llegaba a un punto desconcertante.
A mi, en filosofía de COU me habían explicado algo así como que la explicación más sencilla ha de ser siempre preferida (creo que esto lo llamaban la Navaja de Ockam); en este caso, habiendo sellos intactos en la entrada de la tumba la hipótesis de que los ladrones son los causantes del desorden en la tumba no puede ser apoyada; de la misma forma que, mientras no aparezca el cadáver de un faraón en una pirámide (o encontremos e interroguemos a alguno de los famosos ladrones de tumbas que tanto parecían abundar en Egipto) no estaremos en condiciones de, con rigor, mantener que la función de tan extraordinarias construcciones fue servir de tumba a los faraones.
jueves, 9 de julio de 2009
El Tour en Barcelona
Barcelona y su área metropolitana son, probablemente, una de las zonas más delicadas de Europa en lo que a movilidad se refiere. La insuficiencia del transporte público y de las infraestructuras hacen que el número de vehículos y desplazamientos esté siempre muy cerca de la congestión. Los que vivimos por aquí lo vemos y padecemos a diario. No es extraño que un simple vehículo aparcado en el arcén en cualquiera de las rondas de la ciudad origine atascos kilométricos. La ciudad está permanentemente al borde del colapso. En estas circunstancias, la llegada del Tour en un día laborable, con los cortes de tráfico que supondrá (y que permanencen en el misterio, porque apenas se puede obtener información sobre ellos en la web del Ayuntamiento) es probable que originen un caos considerable. No hace falta ser un experto para darse cuenta de ello.
Es cierto que todo acontecimiento deportivo o espectáculo es fuente de incomodidades, hágase en la ciudad del mundo que se haga; eso deben de haber pensado el Alcalde y los concejales de Barcelona; pero es que esta ciudad, como digo, es especial, pues se encuentra mucho más saturada que Berlín o Madrid, por decir dos ciudades que conozco desde dentro. Las consecuencias de una alteración del tráfico como la que se dará hoy serán, por tanto, más graves que si se dieran en otra ciudad.
Y la pregunta que me hago es ¿a quién beneficia la llegada del Tour? Todas las personas con las que hablo se quejan de la idea, algunas con mucha rotundidad porque o bien tendrán que renunciar a citas importantes o se verán obligadas a emplear varias horas extras en sus desplazamientos. ¿Será tan importante hacer la ola amarilla más grande de la historia, como pretenden los organizadores de la gente que se coloque en las calles para ver el paso fugaz de los corredores?
A veces tengo la impresión de que algo falla. Antes pensaba que la ciudad estaba al servicio de los ciudadanos, ahora me parece que los ciudadanos somos meros figurantes en lo que se pretende que sea un espectáculo permanente.
martes, 2 de junio de 2009
Torre
El segundo rapto de Europa
La imagen es el Rapto de Europa, del Escultor Oliveira. Se encuentra en la ciudad de Vigo. La fotografía ha sido tomada de http://hoxe.vigo.org/movemonos/e_europa.php?lang=cas
lunes, 1 de junio de 2009
Decepción y preocupación
Y aquí es donde viene mi preocupación. Cuando hace unos años el PSC, ERC e IC llegaron al poder en Cataluña pensé que se abría una época en la que se avanzaría en estas políticas que considero prioritarias. Mi lectura de la situación entonces era la de que se habían dedicado muchos esfuerzos a construir una identidad nacional con el objetivo puesto, a medio o largo plazo, en la independencia de Cataluña. Con el cambio de gobierno esperaba que las políticas sociales, educativas y de innovación se potenciaran.
Transcurridos ya los años suficientes como para que se pueda hacer balance mi experiencia (mi experiencia, no he consultado las grandes cifras ni los sesudos informes que puedan existir, hablo de mi experiencia personal, que no sé si será o no compartida) es la de que estamos abandonando algunos logros que se habían conseguido. La introducción de la sexta hora ha hecho que la escuela profundice su función de guardería, y paralelamente a la introducción de esta sexta hora se ha reducido el esfuerzo que se dedicaba a aulas de acogida, refuerzos y especialidades; esto es, en lugar de hacer que en la escuela se enseñe más avanzamos hacia una escuela en la que los niños están más tiempo para aprender menos.
En sanidad observo con preocupación esta misma marcha del cangrejo. Algunos de los controles que hacían los pediatras han sido transferidos a los enfermeros; algunas de las vacunas se las tienen que pagar las familias; y no tengo la percepción de que haya mejorado el tema de las listas de espera.
En la Universidad se notó una mejoría en el primer año del gobierno de Maragall. En aquel momento inicial tuve la percepción de que se habían aumentado los recursos dedicados a la enseñanza superior (nada espectacular, pero, como digo, me preocupa mucho la identificación de las tendencias). Ahora, sin embargo, en el momento en el que hay que poner en marcha el proceso de Bolonia se dice que tendrá que hacerse a coste cero; que es lo mismo que decirle a los servicios de mantenimiento del Ayuntamiento de Barcelona que, a coste cero y sin dejar de atender sus tareas habituales, han de construir una nueva ronda para la ciudad.
En fin, que a día de hoy mi expectativa ya no es que mejoren la sanidad, la educación y la investigación; sino, simplemente, que se mantengan. Y esto no es muy esperanzador que digamos.
jueves, 28 de mayo de 2009
Hablando de Europa en serio
He de confesar que me cansa un tanto la retórica europeista: "nuestro objetivo ha de ser fortalecer Europa", "que los ciudadanos se coloquen en el centro del proceso de construcción europea", "reforcemos las instituciones europeas, profundicemos en su carácter democrático y construyamos instrumentos que faciliten una presencia relevante de Europa en el mundo global"... Mi impresión personal es que discursos de este tipo, tan vaporosos, justifican por sí solos el escepticismo de una gran parte de la ciudadanía hacia "Europa" y lo que significa. A continuación haré el ejercicio de exponer tal como veo ya las cosas, sin tecnicismos, con sinceridad y renunciando a matices en aras de que la presentación global sea clara.
Lo primero que tiene que quedar claro es que Europa (la Unión Europea, la Comunidad Europea; ya digo que ni matizaré ni me detendré en tecnicismos) es un instrumento al servicio de los Estados. Durante 200 años, desde mediados del siglo XVIII hasta el final de la II Guerra Mundial, las Naciones Europeas compitieron entre sí para crear imperios globales que acabaron sometiendo a la mayor parte del planeta. El Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, eran los dueños del Mundo y competían entre ellos sin ningún temor a las potencias no europeas. Tras la II Guerra Mundial estos países se encuentran en una situación de extrema debilidad: economías destrozadas, sin mecanismos para conservar los imperios coloniales que aún tenían Francia y el Reino Unido y ocupados militarmente (de forma pacífica u hostil) por los Estados Unidos y por la Unión Soviética.
En este escenario las Comunidades Europeas surgen como una oportunidad para cada uno de los Estados fundadores de mantener un papel relevante en el Mundo. Tanto Francia como Alemania e Italia participaron en la creación de las iniciales Comunidades previendo que la nueva organización podría ser útil a sus propios intereses nacionales. La política interna se encuentra tras la construcción europea. De esta forma, el resultado es una estructura en la que el poder último de decisión se encuentra en manos de los Estados nacionales, sus auténticos dueños.
Esto no ha cambiado sustancialmente desde la fundación de las Comunidades. Comisión, Parlamento, Consejo, Tribunal de Justicia..., un complejo entramado en cuya cúspide real (a veces no aparente) se encuentra la reunión de los Jefes de Gobierno o de los Ministros de los distintos Estados. El paradigma que se mantiene desde hace casi sesenta años es el de que la Unión es y ha de ser un instrumento al servicio de los Estados.
Las reformas emprendidas en los últimos lustros no cambian esto. La fallida Constitución Europea o el Tratado de Lisboa no suponían (suponen) un cambio de paradigma, la Unión que diseñan sigue siendo un instrumento al servicio de los Estados. Así, por ejemplo, se crea la figura del Presidente del Consejo, que dará visibilidad exterior a la Unión; pero esta figura es elegida por los miembros del Consejo (los Estados) y no por el Parlamento o los ciudadanos.
¿Es mala esta situación, este paradigma? Yo creo que no. Lo que ha conseguido "Europa" en estos cincuenta y tantos años es impresionante: prácticamente se ha eliminado el riesgo de confrontación bélica entre los Estados europeos; se ha creado una economía auténticamente europea que es la primera del Mundo; se ha profundizado en el conocimiento y comprensión mutuos entre personas, países y culturas; se ha construido un armazón jurídico de gran complejidad y que, con independencia de su carácter mejorable, destaca por garantizar en alto grado los derechos fundamentales, la protección de los consumidores y del medio ambiente; se ha concluido el proceso de creación de una moneda única; moneda que ha sustituido, entre otras, al franco, al marco, al florín holandés. Son tantos los logros alcanzados que se me hace realmente incomprensible que se hable de crisis, falta de aliento, decepción o cosa semejante. La construcción europea es, desde el punto de vista histórico, jurídico, político y económico una de las empresas de más fuste de la Historia. Lo que tenemos es inmenso; y ahora, además, hay que añadir la incorporación de la Europa Central y del Este, palabras mayores.
¿Cómo es posible, entonces, que la sensación generalizada sea la de derrotismo, fracaso, parálisis, etc.? Mi explicación personal es la de que se ha planteado como una reforma transcendental lo que no deja de ser un ajuste técnico, y las dificultades de este ajuste técnico se han magnificado. Me explico.
Tal como decía, ni la Constitución Europea ni el Tratado de Lisboa suponen un cambio de paradigma, la Unión Europea que diseñan sigue siendo un instrumento al servicio de los Estados. Las modificaciones que introduce son, por tanto, únicamente ajustes relativos al funcionamiento de esta estructura y nada más. No parece que exista tampoco voluntad de cambiar el paradigma dominante (Europa al servicio de los Estados), por lo que creo que lo que resulta más sensato es congratularnos de lo que tenemos (que no es poco, como acabamos de ver), asumirlo y dar por concluido el proceso de integración europea. De esta forma la sensación que se tendría es la de satisfacción y no la de fracaso. Deberíamos olvidarnos de las reformas y consagrar la situación actual.
Alguien podrá oponer a esto que es preciso reformar los mecanismos institucionales porque no es posible funcionar en una Unión de 27 con los instrumentos originales, pensados para tan sólo seis Estados. A esto yo digo que, de hecho, llevamos funcionando con estas "terribles dificultades" más de un lustro sin que la Unión se haya venido abajo. La complejidad comunitaria no es paralizante. El funcionamiento normal de la Unión es posible sin cambios estructurales. Es claro, sin embargo, que sin tales cambios no se podrá avanzar; pero aquí es donde sostengo que, en contra de lo que se dice abiertamente, no hay ninguna voluntad de realizar un cambio real, ya que casi nadie sostiene la conveniencia de acabar con el sometimiento de la Unión a los Estados. Si realmente no queremos avanzar ¿para qué nos empecinamos en querer cambiarlo todo?
Así pues, defiendo que mientras no se quiera convertir a la Unión Europea en un actor independiente dejemos las cosas como están. El pesimismo reinante se iría diluyendo y podríamos vivir todos un poco más tranquilos sabiendo que en las próximas décadas el escenario en el que nos movemos no se transformará.
La pregunta siguiente es la de si éste es el mejor escenario posible. Par la mayoría, sí lo es, como muestra la falta de exigencia del cambio de paradigma. Ni los Estados ni los grandes partidos se plantean un cambio en profundidad. Supongo que será porque creen que son más los riesgos que las ventajas o porque directamente no lo ven como algo positivo. Las razones importan menos que la constatación de esta falta de voluntad.
Para mi, en cambio, esta falta de ambición es suicida a medio plazo. No hay contradicción con lo que decía hace un momento. Es malo insistir en reformas que no suponen más que dar vueltas sobre uno mismo; pero me agradaría que sí que existiera una voluntad real de transformación del paradigma. Sin una Unión Europea real, esto es, independiente de los Estados que la integran; el papel de Europa en el Mundo no hará más que disminuir. No estaremos entre quienes deciden y serán otros los que impongan sus políticas y la forma de entender las relaciones internacionales. Ya lo estamos empezando a ver, pero será probablemente en la próxima década cuando acabemos de comprobar realmente que las grandes decisiones se toman de espaldas a lo que pensamos y sin tener capacidad de imponer nuestros intereses. Será un declive lento, pero continuo e inevitable.
Y si se quisieran cambiar las cosas, si se quisiera cambiar el paradigma ¿sería difícil? No, sería muy sencillo, lo único que es preciso es tener voluntad para ello. Las reformas que habría que introducir son muy sencillas:
1- Poder legislativo pleno para el Parlamento Europeo.
2- Poder fiscal pleno para el Parlamento Europeo.
3- Elección de un Presidente Europeo, bien directamente por los ciudadanos, bien por el Parlamento Europeo. Este presidente asumiría las funciones del Consejo (excluida la legislativa, que correspondería en exclusiva al Parlamento) y de la Comisión; tendría las competencias en materia de Política Exterior y de Defensa.
¡Qué fácil si se quisiera!