Páginas

Artículos en "The New York Times"

Artículos en "El País"

Artículos en ABC

Artículos en "El Periódico"

Artículos en "El Mundo"

Artículos en "El Español"

Artículos en "Crónica Global"

Artículos en "Te interesa"

Artículos en "El Universal"

Artículos en "La Razón"

Páginas

lunes, 6 de diciembre de 2010

La Constitución de Cádiz

Hace unos meses escribía sobre la proximidad del bicentenario de la Constitución de Cádiz. Entonces planteaba que sería una buena ocasión para reflexionar con rigor y profundidad sobre la estructura del Estado. La Constitución de Cádiz es, y se ha destacado poco este punto, el punto de inicio de España como Nación. Antes de la Constitución de Cádiz jurídicamente solamente existían distintos reinos y territorios unidos dinásticamente. Antes de 1812 España era un concepto geográfico y político, no una realidad jurídica.
Es cierto que desde hacía siglos España era dada por sentada como objeto y objetivo. Los ejemplos son muchos, pero aquí no me resisto a recordar el bando final de Rafael Casanova en Barcelona justo antes de la rendición de la ciudad a las tropas de Felipe V (Felipe IV en Catalunya); la negrita ha sido añadida por mí:

"Se hace también saber, que siendo la esclavitud cierta y forzosa, en obligación de sus cargos, explican, declaran y protestan los presentes, y dan testimonio a las generaciones venideras, de que han ejecutado las últimas exhortaciones y esfuerzos, quejándose de todos los males, ruinas y desolaciones que sobrevengan a nuestra común y afligida Patria, y extermine todos los honores y privilegios, quedando esclavos con los demás españoles engañados y todos en esclavitud del dominio francés; pero así y todo se confía, que todos como verdaderos hijos de la Patria, amantes de la libertad, acudirán a los lugares señalados, a fin de derramar gloriosamente su sangre y su vida por su Rey, por su honor, por la Patria y por la libertad de toda España".

Es claro que en aquel momento los catalanes se consideraban españoles y entendían su lucha como una lucha con el conjunto de España. Es decir, existía una idea de España que permitía la construcción de empresas comunes.
A esa España aún solamente imaginada es a la que da forma la Constitución de Cádiz, convirtiendo en realidad una Nación hasta entonces inexistente. Luego vendrían los años tenebrosos, desde la llegada de Fernando VII en 1814 hasta la Constitución de 1978. En esos años se perdió en gran medida el legado anterior; pero no creo que resulte imposible recuperarlo; pero para eso es necesaria determinación e inteligencia. Aprovechar el bicentenario de la Constitución de Cádiz para lanzar esta tarea sería síntoma de inteligencia.
De momento no estoy excesivamente esperanzado. Esta mañana escuchaba en la radio un programa que se ocupaba de la Constitución de Cádiz. El presentador del mismo orientaba la charla con el alcalde de San Fernando (creo) y con un constitucionalista cuyo nombre no pude oir por derroteros que me desagradaban. Se hacía hincapié en el "gracejo andaluz" (al ponerle el sobrenombre de La Pepa por el día de su promulgación) y se pretendía descubrir su importancia, pese a su escasa vigencia, por su influencia en Constituciones posteriores, tanto españolas como extranjeras.
No señores, la Constitución de Cádiz es mucho más que eso, la Constitución de Cádiz es el acta de nacimiento de España. El equivalente para nosotros de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Ni más ni menos.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Idioma y nación en el Bachillerato

Esta tarde, después de comer, se acercó por casa un sobrino que estudia segundo de Bachillerato, aquí, en Barcelona, en un instituto público. Mientras jugábamos una partida de ajedrez me comentó que tenía que echarle un vistazo a su libro de Catalán, porque le parecía que tenía alguna cosa un tanto rara. Advierto ya que el mencionado sobrino se declara catalanista, se refiere al 2014 como el año del trescientos aniversario del inicio de la ocupación de Cataluña y no creo que le pareciera mal que Cataluña fuera un Estado independiente de España.
Me picó la curiosidad y le pedí que me trajera el libro (vive al lado mismo). Lo hizo, y realmente me quedé alucinado. Voy a transcribir dos fragmentos del mencionado libro (Teresa Guiluz i Vidal/Eduard Juanmartí i Generès. Llengua catalana. 2 BAT. Barcelona. Enciclopèdia Catalana SAU):

"El coneixement i l’ús actuals de la llengua catalana estan condicionats per diversos factors que tenen a veure amb l’evolució social i política dels Països Catalans entre el 1975, data de l’acabament de la dictadura, i el 2005:


(…)

Les dificultats polítiques derivades del fet de no disposar d’un Estat propi i de la política adversa dels Estats espanyol i francès. Només al Principat de Catalunya la majoria de les opcions polítiques intenten superar aquesta situació. La falta d’una consciència nacional definida bàsicament en funció de l’idioma, juntament amb la inèrcia estatal favorable al castellà, és el factor determinant que explica que el coneixement creixent de la llengua no s’hagi traduït més clarament en una expansió proporcional del seu ús." (p. 64).

"El sistema educatiu

La Generalitat de Catalunya ha organitzat, a partir dels anys vuitanta, un sistema educatiu que garanteix la prioritat del català com a llengua pròpia de l’ensenyament, el coneixement de les dues llengües oficials al final de l’escolarització obligatòria, la cohesió social i, en darrer terme, el manteniment de la identitat lingüística dels catalans.

Aquesta política educativa s’ha concretat en el programa d’inmersió lingüística, mitjançant el qual els alumnes reben l’ensenyament en la llengua del país independentment de la seva llengua familiar, des de la seva incorporació a l’escola fins al final de l’escolarització obligatòria. La llengua castellana i l’anglesa s’introdueixen en un segon moment. Aquesta estratègia d’ensenyament ha rebut el suport pràcticament unànime de la població catalana i, en canvi, ha estat combatuda per diferents instàncies i opcions polítiques estatals" (p. 66)


Me quedé un tanto de pasta de boniato al leer esto. De hecho, creo que me voy a comprar el libro, porque algunas de las viñetas pretendídamente cómicas no tienen desperdicio y me gustaría poder dedicarles también algo de atención. Lo que transcribo, sin embargo, creo que es suficiente para darse cuenta de que este libro de texto, utilizado en el sistema público de educación en absoluto se limita a transmitir información con objetividad y a formar en el conocimiento, la crítica y la pluralidad. La idea de la nación construida en torno a un idioma no es ni mucho menos un consenso social, ni en España ni en otros países. No puede darse por sentado como si fuera indiscutible. La idea de que si no se habla más el catalán es culpa de Francia y España carece de apoyos y ni siquiera está argumentada. En lo que se refiere al sistema de inmersión lingüística la afirmación de que la práctica unanimidad de la sociedad catalana lo apoya requeriría algún contraste en cifras; práctica unanimidad significa que el apoyo está cercano al 100% ¿es esa la situación actual en Cataluña? Por otra parte, mantener que la inmersión es "combatida" por opciones políticas estatales supone ignorar que en el Parlamento de Catalunya (no en el Congreso de los Diputados de Madrid) se sientas unos cuantos diputados que respresentan a fuerzas catalanas y que tampoco están de acuerdo con el sistema de inmersión. De hecho, éste ha sido un punto de debate durante la reciente campaña electoral.

Creo que no podemos ser indiferentes a esta forma de "enseñar"; utilizar el sistema educativo como vehículo de construcción nacional es más viejo que el andar a pie; y, además, es eficaz; por eso hay que garantizar que los valores que se transmitan sean objetivos y compartidos por todos. De hecho, una presentación equilibrada de distintas posiciones y argumentos sería más acorde con el Estado democrático en el que vivimos. Libros como el que aquí comento son más propios de otras épocas, de otros regímenes, de otros educadores también imbuidos de una misión: construir una nación y enfrentarla a sus enemigos interiores y exteriores.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Felicitaciones navideñas


Me he enterado de que en la iluminación navideña de Barcelona se desearán Felices Fiestas en seis idiomas: catalán, ruso, chino, árabe, japonés y portugués. Quizás en alguno más, porque en la foto a mi me salen siete mensajes. Si alguien me lo aclara se lo agradeceré.
El caso es que entre los idiomas elegidos no está el castellano. Antes, cuando era algo más ingenuo, estas cosas no me importaban. Pensaba que al fin y al cabo todos entendíamos el "Bon Nadal" y que así se ahorraba espacio para incluir otro idioma. Y eso me parecía bueno, porque me gustan los idiomas.
Antes pensaba que esto no tenía mayor importancia, que no había que buscarle tres pies al gato y que seguramente no había ninguna intención malévola en que no se pusiera la felicitación también en castellano.
Ahora ya no pienso así.
Ahora soy menos ingenuo y tiendo a pensar que estas cosas no son por casualidad y que el que no esté el castellano no es para que haya sitio para más idiomas, sino para que, al final, haya menos.
Ahora estas cosas me cabrean.

domingo, 21 de noviembre de 2010

¿Existe España?

Ya adelanto que comentaré algo que, en sí, resulta de una trivialidad absoluta y que, sin embargo, me parece significativo. Ayer estaba viendo los titulares de las Noticias de las 9 de la noche en la 1 y en la sección de deportes me sorprendió que la noticia de que el Barcelona iba ganando 0-5 al descanso en su partido de Almería se ilustrase con las imágenes de Raúl marcando goles en la Liga Alemana. Es más, las imágenes eran comunes para las dos noticias (el Schalke de Raúl ganaba con un hat-trick del ex-jugador del Madrid, y el Barça goleaba en el descanso al Almería) y en el pie de imagen la noticia de Raúl figuraba ¡delante de la noticia del partido entre el Barcelona y el Almería!
Ya decía que era una tontería, pero, como adelantaba, significativa. La 1 es la cadena de todos los españoles, sus noticias tendrían que asumir el punto de vista del conjunto de España y de los españoles, a ser posible que no fuera posible identificar si los redactores o presentadores están en Madrid, en La Coruña, Sevilla o Barcelona. Esto, sin embargo, no es así. En demasiadas ocasiones las noticias parecen más unas noticias de Madrid ampliadas (véase, por ejemplo, el intenso seguimiento de las Primarias en el PSM) que un auténtico intento de construcción de una visión de la realidad que sea común a todos los españoles.
Y si esto pasara solamente en las noticias no estaría tan preocupado. Tengo la sospecha, sin embargo, de que va más allá; de que en el fondo existe una concepción de España que identifica a esta con Madrid y, por desgracia, esta concepción limitadora, que ya adelantaba Ortega hace casi un siglo en su "España invertebrada", se vuelve agresiva, se levanta e intenta imponerse.
Hace unos años Mariano Rajoy dijo que España era algo más de lo que pensaban quince personas en Madrid. Me parece una frase de una extraordinaria lucidez. Ahora lo que falta es que desde distintos ámbitos se haga algo para que las cosas cambien; para que se construya, de verdad, un espacio en el que todos se puedan sentir identificados. Velar para que las noticias deportivas en las televisiones estatales se dirijan al conjunto de España y no especialmente a Madrid sería un paso, pequeñito, pero un paso. Si no somos capaces de dar ni ése ¿cómo podremos ir más allá?

lunes, 15 de noviembre de 2010

La obra del tripartito

Hace casi un año escribía que el gran vencedor del Tripartito había sido Esquerra. ERC había conseguido que tanto CiU como el PSC se escoraran hacia la independencia, defendiendo CiU posiciones que hace unos años eran las de ERC, y adoptando el PSC el discurso anterior de CiU. Este domingo Josep Ramoneda, en El País, desarrollaba una idea bastante similar.
Aprovecho la ocasión para volver sobre este tema porque creo que sería bueno que el debate larvado, implícito, poco claro, ambiguo, sobre la posible independencia de Catalunya se colocara en el centro del escenario político. No puede ser que esé ajeno al debate electoral un proceso que supondría la mayor transformación en el sur de Europa desde la unificación italiana a mediados del siglo XIX. A veces tengo la impresión de que los independentistas juegan a que la secesión se produzca sin que nadie se entere. A mi esto me parece una ingenuidad y una irresponsabilidad.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Vettel es campeón y ¿ha hecho el ridículo Ferrari?

Hace ahora algo más de dos años escribí que había nacido una estrella, comentando la primera victoria de Vettel en la Fórmula 1, en el circuito de Monza. Han bastado dos años para que se confirmara la progresión de Vettel, porque un piloto que gana el campeonato del Mundo ya forma parte de la historia del deporte del motor. Si, además, es el piloto más joven en lograrlo está claro que podemos decir, recurriendo al tópico, que entra en la leyenda. Vettel ya ha pasado a ingresar en el club de los campeones, de los que en activo contamos con Schumacher, Alonso, Hamilton, Button y, ahora, Vettel.
Vettel ha ganado, además, el mejor campeonato que yo recuerdo, con cuatro pilotos con opciones en la última carrera. Es cierto que tiene el mejor coche; pero hay que hacerlo llegar a la meta y sobreponerse a errores (propios y ajenos), mala suerte y fallos mecánicos. En cualquier caso, al final de la temporada, como dice Alonso, la buena y mala suerte se compensa, por lo que no debe haber reservas sobre que el campeón es el mejor piloto de la temporada; al menos de los que tienen los mejores coches. Existen pilotos que, por conducir monoplazas con menos prestaciones no tienen opciones de ganar (y aquí yo incluiría este año a Kubica y a Rosberg, pilotos que, creo, estarían claramente luchando por el campeonato si sus vehículos tuvieran mejores prestaciones) pero también es cierto que parte del talento del piloto tiene que emplearse en buscar los mejores coches y subirse en ellos en el momento en el que es más factible que opten a ganar el campeonato.
Así pues, chapeau por Vettel. Me alegro de que haya tenido continuidad aquella victoria en Monza sobre el agua que tanto me impresionó en su momento.
La cruz de la jornada ha sido para Alonso, que llegaba en inmejorables condiciones para hacerse con el campeonato, y se quedó sin ninguna posibilidad cuando paró en la vuelta 15. A toro pasado parece un error grueso el que cometió Ferrari al hacer parar tan pronto a su piloto ¿por qué lo hicieron? No acabo de entenderlo. Es cierto que Webber había parado en la vuelta 11; pero en la 15 ya se había visto que estaba metido en medio del tráfico y que tenía por delante una carrera bastante complicada. Cuando Massa paró en la 13 se pudo comprobar que parar tan pronto te mandaba muy atrás, por detrás de pilotos que habían hecho su parada ya en la vuelta 1 aprovechándose del safety car. En esas condiciones hacer parar a Alonso suponía un riesgo (tal como se comprobó al final).
Talmente pareciera que Ferrari hubiera caído en una trampa hábilmente tendida por Red Bull. El ritmo por delante cae, se amaga con una degradación de los neumáticos y cuando Webber, Massa y Alonso han entrado los neumáticos blandos vuelven a ser consistentes. Los pilotos que han parado están en mitad del pelotón y los de delante se escapan. Claro está que también hay que contar con que efectivamente la degradación en Ferrari fuera más alta que en los otros equipos (al revés de lo que ha pasado toda la temporada). Si es así no hay más remedio que parar, tal como se hizo. En fin, supongo que en los próximos días tendremos más datos.
En cualquier caso, la imagen que ha dado Ferrari es muy negativa. Salían tercero (Alonso) y sexto (Massa) y acabaron séptimo y décimo, sin que Massa pudiera superar el Toro Rosso de Jaime Alguersuari y con Alonso penando tras el Renault de Vitaly Petrov. Ese resultado sin que haya habido accidentes, salidas de pista o errores de pilotaje, es consecuencia directa de una estrategia errada y, claro, cuando te estás jugando el campeonato del Mundo equivocarse de estrategia de una forma tan grave tiene delito.
En fin, lo que nos quita nadie es haber disfrutado de una temporada apasionante, de un campeonato disputado, divertido, emocionante. Ojalá el del año que viene sea, al menos, tan bueno.

Solo y sólo

Parece ser que se está planeando eliminar la tilde en "sólo", de tal forma que "solo" siempre se escribiría así, sin tilde, tanto cuando se usa como alternativa a solamente como cuando funciona como adjetivo indicando la ausencia de compañía.
Es un cambio que no entiendo. La tilde ayuda a evitar ambigüedades en la interpretación y, por tanto, resulta útil. Un amigo me ha comentado que el argumento utilizado para justificar la eliminación de la tilde es el de que del contexto se podrá determinar en qué sentido se utiliza "solo" sin necesidad de que la tilde lo precise. Este argumento no me parece convincente. Pondré solamente un ejemplo.
Hace unos meses leí en el blog de Jose Zuñiga, "Tiempo a destiempo" el siguiente poema:

"Empieza un nuevo día y hablo sólo

Las luces no se apagan nunca,
a pesar de la niebla, a pesar de la aurora,
las luces siempre están alerta,
frente al muro impasibles, como tú,
no se apaga la luz de tu recuerdo
—en la estación palomas mensajeras
destilan lágrimas—, la luz de tu recuerdo
sorbiendo, sin saciarme; bebería
de ti, de ti, de todos tus olores
y de aquellos alientos que tanto atesoraba.

Hoy debo estar sereno para pensar en ti,
la ciudad está lejos, alumbrándose
de todas las farolas de imposible reflejo,
una sonata para violín y piano, levantarme,
ya llega la mañana y acaricio una sombra,
será el humo, acallar el suspiro
que no debe escuchar el primer transeúnte,
sólo tú, debo pensar en ti,
y ya la luna opaca se retira vencida,
resbala en la ventana el penúltimo acorde,
pero las luces, míralas, qué dices,
las luces no se apagan nunca."

Tras leerlo comenté en la entrada:

"La tarea del poeta es hablar y escribir sólo, aunque nunca solo o para sí solo. Y fuera del poema sólo hablar ya puede ser bastante.
Un abrazo. "

A lo que el autor contestó:

"Sólo hablar es mucho, Rafael, morimos de silencios. Y yo hablaba solo, aunque no para mí. Perdona, la tilde en el título sobraba. Ya está corregido.
Abrazo"

Ahora puede leerse el poema ya sin la tilde en el título:

Me parece bastante claro que puede haber casos en los que el contexto no nos permitirá saber si estamos ante "solo" o ante "sólo", y condenarnos a utilizar siempre "solamente" cuando queremos decir "sólo" no es justo. Por mi parte, seguiré poniéndole la tilde a "sólo" cuando me parezca necesario, aunque sea, de acuerdo con la Academia, una falta de ortografía.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Una pregunta

Si entrevistara a Benedicto XVI y pudiera hacerle tan sólo una pregunta le pediría que me explicara en qué forma le han inspirado y le inspiran las vidas de los integrantes de la Rosa Blanca y de otros jóvenes alemanes, muchos de ellos de profunda y contrastada fe cristiana, que fueron ejecutados por su oposición activa al nazismo. Joseph Ratzinger tiene ahora 83 años. Si Sophie Scholl no hubiera sido ejecutada en febrero de 1943 ahora tendría 89. La misma generación, el mismo país, la misma fe cristiana (aunque Ratzinger sea católico y Scholl luterana) y, sin embargo, qué destinos tan diferentes.
No he leído casi nada de lo que ha escrito Ratzinger. Quizás en alguna de sus obras da ya respuesta a esta pregunta mía. Lo miraré.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Lo del orden de los apellidos

Bueno, pues ya tenemos de nuevo tema: el Gobierno propone que cuando los padres no lleguen a un acuerdo sobre el orden de los apellidos en sus hijos se coloquen tales apellidos por orden alfabético. No creo que sea una propuesta que nos vaya a cambiar la vida; pero sí que tenemos que considerarla seriamente porque puede producir algunos cambios llamativos en nuestro paisaje social.
Para empezar hay que decir que la regulación actual, que dota de preferencia al apellido del varón cuando no hay acuerdo entre los progenitores no es respetuosa con el principio de igualdad entre los sexos y, por tanto, ha de ser modificada. Cuestión distinta es que la solución de primar el orden alfabético sea la mejor. No sé si quien lo propone se ha percatado de que implicará que, a largo plazo, todos se apelliden Álvarez Álvarez o similar. El introducir el orden alfabético como criterio a la hora de decidir qué apellido va primero y qué apellido va después será un acelerador de la selección en los apellidos que hace primar a los que están más cerca de la "A". Lo lógico es que en un primer momento desaparezcan los apellidos que comienzan por "Z" (Zapatero incluido, claro). Un poco más tarde llegará el turno de los "Suárez" y más adelante el de los "López". Es probable que "García" ofrezca un sólido muro de resistencia por unas cuantas décadas; pero finalmente será sobrepasado (la selección social es inexorable) y una vez caídos los García la cosa ya será más fácil: Fernández, Domínguez... todo será progresivamente barrido.
¿Es esto lo que queremos? Que conste que no pienso que sea un desastre, los apellidos no son patrimonio de la humanidad ni forman parte de la identidad nacional. A mi no me perturba un futuro en el que todas las listas empiecen y terminen en la "A"; pero ya advierto de que yo soy muy raro y tanto me daría igualmente que se sustituyera el apellido por un código alfanumérico. en fin, quizás otros no sean tan pragmáticos.
¿Qué propongo como alternativa? Pues que el hijo tenga como primer apellido el primero del progenitor con cuyo sexo coincide. Si es una niña su primer apellido será el de la madre, si es un niño el del padre. Esto atenta contra lo que ha sido presentado como un principio sacrosanto: los hermanos tienen que tener los mismos apellidos; pero a mi no se me alcanza por qué esto es tan importante. No creo que pase nada si un hermano se apellida Fuentes Arenas y el otro Arenas Fuentes.
A mi lo anterior me parece más interesante que el rígido orden alfabético, que, como he intentado mostrar, nos puede conducir a un futuro mucho más aburrido.

viernes, 29 de octubre de 2010

Hueso y estrella

Mide el hueso y apunta.
Libreta y bata, blancas y ceras.
Luz clara de la tarde
en las estancias quedas.
Polvo bajo las uñas,
amarillo en el cielo;
se vacían las cuencas;
el tiempo corre en relojes de arena.
Hace su tarea el gusano,
deshaciendo la carne en la tierra.
Arriba pican terrones
y hablan de la guerra.
Mañana gris, aire de la sierra.
El alba ha visto
mujeres llorando
monte arriba, en el bosque,
cerca del santo.
Barro húmedo y negro
sobre corazones tibios.
Los últimos latidos
los dieron bajo tierra.
En la noche tiemblan,
buscan los ojos una esperanza,
baten los corazones,
aguantan las tibias
el peso de la carne
que aventuran ya muerta.
Repara en que en el hueso ha prendido
la punta de una estrella.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Una foto y un comentario

Leo en La Vanguardia que mientras el Alcalde de Barcelona se encuentra paseando por uno de los barrios de la ciudad "un inmigrante está orinando por donde pasará el alcalde". La foto que publica el periódico muestra a una persona en una esquina de la entrada a una entidad bancaria que, efectivamente, parece que está orinando. A su lado, en el primer plano de la foto, el Alcalde de Barcelona.
Chocante, desde luego; pero mi pregunta es ¿cómo sabemos que es un inmigrante? ¿El periodista le ha preguntado, le ha pedido el NIE? Y aún en el caso de que fuera un inmigrante ¿es eso relevante para la noticia? ¿no es verdad que encontramos en la calle orinando a hombres (en mucha menor proporción, mujeres) de todos los orígenes nacionales, étnicos, sociales, profesionales... Si se diera el caso que el "orinador" fuera un seguidor del Barça ¿se indicaría "un seguidor del Barça está orinando por donde pasará el alcalde"? En el supuesto de que fuera un votante del PP (o del PSC,o de CiU o de cualquier otro partido) ¿se escribiría "un votante del PP (o del PSC o de CiU o de cualquier otro partido) está orinando por donde pasará el alcalde"?
A mi me choca tanto o más que se incluya en la noticia la palabra "inmigrante". No puedo dejar de pensar que no es gratuito, máxime cuando me ha sido imposible incluir un comentario en la noticia mostrando la perplejidad de la que aquí doy cuenta.

domingo, 10 de octubre de 2010

Una foto


Una foto. ¿Qué nos dice una foto? Es la foto de presentación de la candidatura del PSC en Tarragona para las próximas elecciones al Parlamento de Cataluña (y, lo siento, está cortada; se puede ver entera -aunque en pequeñito- en este otro sitio). Han optado por hacer la foto una calle. Resulta un tanto sorprendente, porque la realización de la foto exige haber cortado la calle (fijaros en la tarima en la que se coloca la segunda fila). ¿Es una calle sin circulación, hecha simplemente para disimular las cifras de paro o, por el contrario, se ha suspendido su circulación durante unos minutos para que los políticos puedan hacerse la foto? ¿No hubiera sido posible hacer la foto en un lugar en el que resultase menos evidente que los políticos estorban, que se encuentran ocupando el espacio público como si éste les perteneciera, incluso, si se me permite, que están ocupándolo con cierta prepotencia?

En cualquier caso, y dejando esto de lado, la puesta en escena es un tanto pobre. Quizás hubiera quedado mejor tomada desde un poco más abajo, sin que se llegaran a ver los camiones y las señales que dominan la parte de arriba de la imagen. Como elementos simbólicos nos encontramos con una señera colocada como si fuera un candidato más, uno más de la lista producida por el aparato del partido; y con dos cubos en los que se adivinan las siglas del PSC. Los cubos casi no se ven, están tapados por los candidatos y cortados en los márgenes de la foto, parecen piezas de attrezzo de ocasión.

Entre los candidatos creo que se diferencia bien quiénes saben que van a ser elegidos y lo que están de relleno. Los hay más puestos, vestidos de forma más cuidada, con expresión satisfecha y en algún caso orgullosa, y otros que parecen menos entusiasmados. Poner su nombre en la lista les ha valido esta foto con Montilla y, aunque sea en segunda fila, merece la pena levantar y girar la cabeza para poder salir en la foto. Al fin y al cabo quizás en un futuro se pueda pasar a la primera fila. Alguno está en actitud seria, casi asustada, parece que imbuido de la responsabilidad que debiera embargar a todo aquél que aspira a representar dignamente a sus conciudadanos. El mundo de la política es tan variado que incluso algunas personas de este último tipo encuentran sitio en las listas.

En fin, aquí están, el partido ha confiado en ellos para convencernos a nosotros, el pueblo soberano (los peces, como más acertadamente nos describía un socialista madrileño hace poco al hilo del proceso de primarias en el que se vio envuelto el PSM). Veremos si lo consiguen.

viernes, 8 de octubre de 2010

En el aeropuerto


If you wish to smoke, you are kindly requested to cut yourself your throat in order to avoid the public expenses of an executioner.

domingo, 26 de septiembre de 2010

La prueba del algodón

En este mundo de la Fórmula 1 hay unos pocos circuitos que son como la prueba del algodón. Actualmente el más blanco es Singapur. Este es un circuito en el que las manos de los pilotos cuentan mucho, muchísimo. En todo el fin de semana los comentaristas han destacado que es un circuito en el que se dan diferencias no habituales entre los pilotos del mismo equipo; y como muestra ahí esta el repaso que en calificación le metió Alguersuari a su compañero en Toro Rosso, Sebastián Buemi. Además es un circuito en el que un muy buen piloto puede hacer que su coche suba un peldaño; y ahí está el podio de Alonso el año pasado con Renault.
Ahora mismo acabo de ver la clasificación de las vueltas rápidas en la carrera de Singapur de este años y me he llevado una agradable sorpresa: la primera y la segunda vueltas son de Alonso y Vettel (esto ya lo había visto durante la carrera); la tercera es de Kubica y la cuarta de ¡Schumacher! Bien, parece como si por un momento se iluminara el panel de los mejores pilotos: en los cuatro primeros puestos cuatro pilotos de cuatro escuderías distintas (Ferrari, Red Bull, Renault y Mercedes). En otros circuitos seguramente no es fácil que se de esta sucesión de pilotos de escuderías distintas porque el coche que es rápido lo es y sus dos pilotos están colocados cerca en el ranking de vueltas rápidas. Aquí, en cambio, pareciera que se puede ver, de alguna forma, el verdadero valor del piloto.
Es verdad que no puede darse un valor absoluto a este ranking, no pretendo decir ahora que Schumacher es más rápido que Rosberg, por ejemplo; pero dejadme disfrutar viendo en una clasificación a cuatro pilotos que, con independencia del coche que conduzcan en cada momento, marcan una diferencia. A Alonso no lo voy a descubir ahora; aunque con la cantidad de "antis" indocumentados que pululan por ahí a veces pareciera que es necesario andar justificando permanentemente al que ya se ha colocado como uno de los mejores pilotos de la historia (los datos están ahí, en la wikipedia misma, para el que los quiera ver). Vettel es otra de mis debilidades, ya incluso desde antes de ganar en Monza ¡con un Toro Rosso! hace dos temporadas. Kubica es otro piloto que me gusta mucho, antológico su adelantamiento hoy, que hizo soltar un "que fort!"que salía del alma a alguien que ha visto ya tanto en la Fórmula 1 como es Villadelprat. Y Schumi es Schumi, claro. Te podrá gustar más o menos, este año no está fino; pero el palmarés que tiene no ofrece lugar a dudas. Quizás no sea más rápido que Rosberg; pero en Singapur ha hecho la cuarta vuelta rápida en carrera. Eso no está al alcance de cualquiera, desde luego.
Comenzaba hablando de Alguersuari y su extraordinaria calificación. Luego en la carrera tuvo mala suerte; pero este fin de semana ha sido significativo. El año pasado sufrió lo indecible en Singapur. No podía mantener el ritmo de carrera, iba superlento. Llegué a dudar de sus posibilidades en la Fórmula 1. Un año después, sin embargo, fue capaz de sacarle casi un segundo a su compañero en la calificación. Creo mucho en las tendencias, y si la de Alguersuari se mantiene creo que podremos encontrarnos con un piloto puntero en las próximas temporadas. Ojalá se cumplan los pronósticos y Singapur sea profético.

sábado, 25 de septiembre de 2010

¿A dónde vamos?

Pone los pelos de punta leer el reportaje de El País sobre los (pre)parados. Una generación que ha hecho lo que se suponía que tenía que hacer (estudiar, formarse, aprender idiomas) y que, sin embargo, no recibe de la sociedad lo que se suponía que ésta tenía que darle: muchos no tienen trabajo estable, los sueldos son insuficientes para vivir y la ayuda de las familias sigue siendo imprescindible. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿En qué nos hemos equivocado? ¿A dónde nos dirigimos?
Desde luego, es un problema complejo, que tiene muchas facetas y que, sin duda, es difícil no solamente de resolver, sino de diagnosticar y analizar. Lanzo aquí algunas ideas deslabazadas que me preocupan en torno a esta situación.
Lo primero creo que es darnos cuenta de en qué punto se encuentra nuestra sociedad, nuestro país en cuanto a nivel de desarrollo económico. Es un tópico afirmar que la economía española el sector de la construcción y el de la hostelería tienen un peso excesivo. Y seguramente es verdad. Antes justo del estallido de la crisis un albañil podía ganar fácilmente el doble que un ingeniero informático; un escayolista, el triple que un economista; un fontanero el doble que un profesor de universidad. A mi me parece que esta situación no es deseable; algo deberíamos cambiar para que las actividades que potencialmente pueden generar más desarrollo para el país esten más gratificadas. De otra forma lo que conseguiremos es que en la siguiente generación (ya está pasando) nadie quiera formarse, visto que la formación no es vía para el éxito personal. Así llegamos fácilmente a la generación "Ni-ni".
Hasta ahora este desequilibrio entre formación y retribución venía enmascarado por la Administración. En las distintas administraciones seguía funcionando (sigue todavía, no sé por cuánto tiempo) la regla de que a mayor formación mejores salarios, manteniéndose en los niveles superiores de la administración (escalas A y B) unas retribuciones dignas. Mucho me temo que en los próximos años esto cambiará: la depauperación de los títulos alcanzará también, por desgracia, a la Administración y es probable que en unos años los funcionarios de los niveles superiores sean también "mileuristas" (o equivalente).
¿Es esto lo que queremos? Me imagino que no, que la mayoría querrá un país en el que sobre la base de un nivel de vida digno para todos, aquéllos que estén más formados obtengan mayores retribuciones. Ahora bien, ¿qué tendríamos que hacer para conseguirlo?
Es claro que la formación no es suficiente. Ahora mismo tenemos muchos profesionales bien formados; pero la sociedad no es capaz de sacarles todo el partido posible, no es capaz de transformar la formación en dinero. ¿Por qué? Quizás fuera necesario conseguir que, ya que la clase empresarial actual no es capaz de transformar nuestra economía, potenciar una nueva clase de empresarios. Empresarios que estén dispuestos a buscar el beneficio a base de la calidad y no de la pillería. Para eso es fundamental facilitar los trámites para la constitución de empresas; permitir que quien tenga una idea sea capaz de llevarla a cabo sin grandes problemas. Ahora bien, esta facilitación de la normativa tiene que ir acompañada de una exigencia estricta de cumplimiento de las exigencias legales existentes. Esto es, no puede permitirse que quienes operan de forma fraudulenta adquieran una ventaja, porque si se permite eso al final prevalecerán los tramposos y quienes cumplen con lo exigido se ven perjudicados. En definitiva, tenemos que instaurar en España aquello que envidiamos de los países del norte: la cultura del rigor.
En segundo lugar, tenemos que profundizar en la formación. En ese sentido, el pensamiento dominante en la enseñanza no es una gran ayuda. Creo que no debe transmitirse el mensaje de que aprender es fácil, de que cuarenta horas de trabajo a la semana han de ser suficientes para superar un curso universitario y, al contrario, debe potenciarse la competencia como una forma de mejorar.
En tercer lugar, dado que la globalización es una realidad es fundamental que las empresas y los profesionales puedan moverse fácilmente en ese mundo global; para eso es imprescindible un muy buen conocimiento del inglés. Esa es una asignatura pendiente para la educación en nuestro país. No se acaba de conseguir que al llegar a los dieciséis o dieciocho años los españoles dominen el inglés. Sería preciso adoptar las medidas necesarias para que todos los estudiantes tuvieran un muy buen conocimiento del inglés al acabar la educación obligatoria y un nivel alto de conocimiento de otra lengua extranjera antes de empezar sus estudios universitarios. Creo que esto nos daría una tremenda ventaja sobre otros países y nos permitiría competir en igualdad de condiciones con aquellos países en los que sí se da esta buena formación en idiomas (Holanda, Dinamarca, Noruega, Suecia...).
Quizás alguien se pueda extrañar que la receta para conseguir sueldos más dignos pase por mejorar el inglés, la vieja receta desde hace treinta años; pero estoy convencido de que es así. A nivel individual quien tenga un buen nivel de inglés podrá irse al extranjero a trabajar si aquí no encuentra un puesto de trabajo decente y a nivel colectivo la internacionalización real de nuestras empresas no puede traer más que beneficios. Espero.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Sin comentarios

Tomado del libro de Pilar Rahola La máscara del rey Arturo. El enigma Artur Mas, Barcelona, RBA Libros, 2010, pp. 145-146. Una conversación entre P.R. y A.M. en el que éste le cuenta los inicios de la relación con la que es su mujer, a quien conoció en una boda y con la que empezó hablando en castellano (ella "venía de familia murciana y castellana", p. 145):

A.M. "...la dejé en su casa y a partir de ahí, pues nos empezamos a llamar. Yo dejé a la chica que medio salía conmigo en aquel momento y me enrolle con ella. Al cabo de pocos meses le dije, al ver que la cosa iba mucha más seriamente, porque nos veíamos casi a diario, terminé la mili después de pocas semanas, y al final le dije, oye, yo tengo un problema y es que, si esto va de veras, yo a mis hijos no les hablaré en castellano. Yo, a mis hijos, les hablaré en catalán, por lo tanto...

P.R. ¿Y te lo aceptó?

A.M. Sí, le costó un pelín, pero hizo el esfuerzo. Pocos meses duró eso. ¡Y te hablo de treinta años atrás! Desde entonces siempre en catalán. Por lo tanto, el mito aquel, otra coña que han ido divulgando, que Artur habla castellano con su mujer..., es una mentira absoluta. Eso lo han hecho correr Carod y compañía para desacreditarme y causarme daño.

P.R. Sí, es un mito de Esquerra. Lo he oído toda mi vida.

A.M. Para ponerme al mismo nivel que Pascual Maragall, que él sí que habla con Diana en castellano.

P.R. Y con los hijos.

A.M. Y con los hijos. Pero, coño, yo no."

Fin de las comillas. Ahora imaginémonos el siguiente texto (completamente inventado):

Tomado del libro de Pedro Regente La máscara del rey Antonio. El enigma Antonio Martínez, Barcelona, RBA Libros, 2010, pp. 145-146. Una conversación entre P.R. y A.M. en el que éste le cuenta los inicios de la relación con la que es su mujer, a quien conoció en una boda y con la que empezó hablando en catalán (ella "venía de familia de Tarragona y Mallorca", p. 145):

A.M. "...la dejé en su casa y a partir de ahí, pues nos empezamos a llamar. Yo dejé a la chica que medio salía conmigo en aquel momento y me enrolle con ella. Al cabo de pocos meses le dije, al ver que la cosa iba mucha más seriamente, porque nos veíamos casi a diario, terminé la mili después de pocas semanas, y al final le dije, oye, yo tengo un problema y es que, si esto va de veras, yo a mis hijos no les hablaré en catalán. Yo, a mis hijos, les hablaré en castellano, por lo tanto...

P.R. ¿Y te lo aceptó?

A.M. Sí, le costó un pelín, pero hizo el esfuerzo. Pocos meses duró eso. ¡Y te hablo de treinta años atrás! Desde entonces siempre en castellano. Por lo tanto, el mito aquel, otra coña que han ido divulgando, que Antonio habla catalán con su mujer..., es una mentira absoluta. Eso lo han hecho correr Carlos y compañía para desacreditarme y causarme daño.

P.R. Sí, es un mito de "Empuje". Lo he oído toda mi vida.

A.M. Para ponerme al mismo nivel que Pablo Menéndez, que él sí que habla con Dolores en catalán.

P.R. Y con los hijos.

A.M. Y con los hijos. Pero, coño, yo no."

Sin comentarios.

domingo, 12 de septiembre de 2010

¿Federalismo?

Recomiendo el artículo-entrevista de Enric Juliana que se publica hoy en La Vanguardia; pese a que no es muy extenso en él se lanzan tres o cuatro ideas de gran calado. La primera de ella es la de que la independencia de Cataluña puede estar más cerca de lo que se piensa; y la segunda que la única alternativa a la desintegración del Estado sería un replanteamiento en clave federal de su estructura. Esta segunda idea es la que más me interesa. Los que me conocen saben que es una de mis (muchas) obsesiones.
Me parece que, como ya dije en alguna ocasión, no es coherente que habiendo asumido las Comunidades Autónomas el grueso de la gestión de lo público (Sanidad, Educación, Infraestructuras en buena parte) la competencia recaudatoria sea casi exclusivamente estatal. Lo lógico es que las Comunidades Autónomas tengan competencia fiscal para, de esa forma, poder decidir el nivel de recursos que desean para la gestión de las competencias que tienen atribuidas. De esta forma tendríamos impuestos autonómicos e impuestos estatales. Los primeros irían destinados a cubrir las necesidades de gasto que se derivan de las competencias autonómicas y los segundos las cargas que resultan de las competencias estatales. Esto, evidentemente, no es incompatible con la creación de "un fondo de solidaridad" que permitiera dotar de ayudas temporales y limitadas a las Comunidades Autónomas que careciesen de recursos propios para cubrir las necesidades mínimas de su población.
Lo que planteo no es un concierto económico tipo el concierto económico vasco; ya que no parto de que todos los impuestos sean recaudados por las Haciendas de las Comunidades Autónomas, transfiriendo ésta la parte pactada al Estado; sino que la recaudación debe ser tanto de las Comunidades Autónomas (en relación a las competencias que les son propias) como del Estado (para cubrir las necesidades que se derivan de las competencias estatales). Es un sistema que me parece más claro y limpio que el actual. Cada cuál sabría lo que paga a cada uno y el control por el ciudadano de lo que se hace con su dinero sería más fácil. Acabaríamos con las eternas discusiones, que tanto enconan los ánimos, acerca de que Comunidad Autónoma recibe más y qué Comunidad Autónoma recibe menos en términos absolutos o en términos per cápita.
La pregunta siguiente es la de ¿por qué no se hace esto? Yo veo dos dificultades para llevar adelante este planteamiento. La primera es la desconfianza del Estado hacia una mayor descentralización. Me explico. La vida política en España se explica, en gran manera, por la tensión entre los partidos independentistas y los centralistas. Y con partidos independentistas me refiero a todos aquellos que se plantean como una posibilidad real, aunque no inmediata la independencia de alguna parte del territorio español. Evidentemente en esta lista están el PNV, Convergència Democràtica de Catalunya (la "C" de "CiU"), ERC, EA, BNG... Con frecuencia, el reparto de competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas es fruto de los pactos entre unos y otros (las negociaciones actuales entre el Gobierno de España y el PNV para la aprobación de los Presupuestos es buena prueba de ello). De esta forma, la asunción de nuevas competencias por parte de las Comunidades Autónomas es percibida no como una mejor estructuración del Estado, sino como un avance hacia la independencia. Con esto quiero decir que una ampliación de las competencias en materia fiscal por parte de las Comunidades Autónomas sería utilizado por los partidos independentistas como un elemento más en su estrategia desintegradora. Esto hace que soluciones que serían racionales y eficaces vean dificultada su aprobación.
Lo anterior ¿cómo se puede resolver? Pues integrando dichas soluciones en un consenso real y efectivo entre las fuerzas más significativas en lo que se refiere a la estructura definitiva de España. Esto es, si el pacto se alcanza debería ser con el compromiso de quienes lo firmen de que renuncian a la independencia como objetivo. Después de treinta años de cambio constante quizá fuera bueno que se pusiera fin al debate sobre la estructura del Estado. Estamos dedicando una cantidad ingente de esfuerzos, tiempo y bilis a una cuestión que en otros países no se plantea; y sería bueno que nos pudiéramos centrar en otros problemas que también son muy relevantes.
Lo anterior no es la única dificultad con la que nos encontramos. Evidentemente, hay intereses en mantener la situación actual. En cuanto se habla de concierto económico o cosas semejantes siempre hay unos cuantos políticos, de ciertas Comunidades Autónomas, que saltan a la yugular ¿por qué, me pregunto? Cualquiera que viaje se puede dar cuenta de que Comunidades como Andalucía o Asturias están llenas de autopistas, hospitales modernos, colegios públicos modélicos y polígonos industriales activos. Ciertamente motivos de queja siempre habrá. Ahora tenemos en Asturias el tema de la minería, en Catalunya la deslocalización de las fábricas de automóviles, en Madrid la saturación de la sanidad pública y en Andalucía seguro que también hay algún problema; pero quizás fuera bueno que todos asumiéramos que la solución a nuestros problemas está más cerca que lejos, y que las transferencias "porque sí" se tienen que acabar.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Sobre procedimientos de independencia

Perdóneseme la autocomplacencia; pero de una de las entradas de este blog de las que estoy más satisfecho es de la titulada España sí se rompe, publicada hace ya dos años y medio. Mi tesis era la de que vivíamos un proceso estructural de descomposición del Estado que no tenía marcha atrás. Entonces todavía se consideraba esta afirmación como una mera exageración interesada de la Derecha (así, con mayúscula) falta de rigor y propia de alarmistas con escaso conocimiento de la realidad.
Dos años y medio después, y, al menos, desde Cataluña no creo que pueda negarse seriamente que la independencia de Cataluña está mucho más cerca de lo que pensaba la mayoría entonces, hace tan sólo algo más de dos años. Tras las convulsiones de los últimos meses un apretado resumen sería que en relación a este tema la posición del PSC es bastante parecida a la que tenía CiU hace diez años; CiU tiene una posición cercana a la de ERC de hace unos lustros, y ERC está en la fase de poner fecha a la independencia (ya se habla del 2014), acuciada por los grupos que están naciendo y que reclaman ya, directamente, que el Parlamenteo de Catalunya realice una declaración unilateral de independencia estilo Kosovo. En este contexto, la llamada del presidente Montilla a la participación en unas elecciones que, en sus palabras, decidirán el futuro de Catalunya durante al menos una generación, son perfectamente coherentes.
Ciertamente, cuando hablas con unos y con otros y les planteas el tema de la independencia todavía hay quien esbozan una sonrisa escéptica: "eso es imposible", "no sueñes", "eso son ganas de crear crispación", etc. Muchos, en cambio, no se toman el asunto en broma y no descartan que se puedan dar pasos decisivos hacia la independencia en los próximos años o, incluso, en los próximos meses.
Y es que en todo este follón habría que diferenciar varios aspectos: en primer lugar, está el análisis las ventajas e inconvenientes de la independencia desde la perspectiva española y catalana. Será algo en lo que no me detendré ahora. En segundo término, sería preciso estudiar el procedimiento de consecución de la independencia y, finalmente, en tercer lugar, creo que podría ser sano debatir sobre la forma en la que el debate está afectando a Cataluña y a España.
Sobre el primer aspecto ya empiezan a existir análisis; aun insuficientes teniendo en cuenta la transcendencia de la operación; pero, como decía, no me voy a detener en ello. Prefiero ocuparme mínimamente del segundo aspecto, el procedimiento, entre otras cosas porque creo que se le dedica una atención bastante insuficiente. Quizás esta insuficiencia se deba, al menos en parte, a la calculada ambigüedad de algunos independentistas, que parecen querer llegar a la culminación del proceso "como si no hubiera pasado nada". No deja de sorprenderme de que, en ocasiones, basta plantear como hipótesis los problemas que supone el proceso de independencia para ser mirado con animadversión, como si uno fuera un aguafiestas o, peor aún, un fascista, que es el término comodín que se emplea para todos aquellos que no comparten el ideario nacionalista independentista.
Sea por las razones que fuere, es necesario reflexionar sobre las vías por las que podría conseguirse la independencia de Cataluña. No estamos hablando de un tema menor, sino de un cambio en Europa Occidental de gran calado y, por tanto, no es indiferente la forma en que se haga. En este punto existen varias posibilidades.
La menos traumática sería un acuerdo pleno entre España, el resto de países de la UE y Cataluña. Solamente de esta forma podría darse que Cataluña tras su independencia ingresara inmediatamente en la UE. Si previamente a la independencia se negocian las modificaciones precisas en los Tratados Constitutivos de la UE para adaptarlos a la incorporación de Cataluña sería posible que el mismo día en que Cataluña se constituyese en Estado pasase a ser miembro de la UE. No sé si algunas de las propuestas que se hacen sobre el procedimiento de independencia son conscientes de esto. Todos parecen asumir que la Cataluña independiente formaría parte de la UE automáticamente y no se menciona que esto solamente sería posible si existe un previo acuerdo sobre este punto entre Cataluña y todos los Estados miembros actuales de la UE, España incluida, claro.
Es decir, mi planteamiento es que una declaración unilateral de independencia plantea serios problemas; y es por ello que no deja de asustarme que ya se haya propuesto que el Parlamento de Catalunya realice dicha declaración una vez que su composición lo permita. Este escenario, una declaración unilateral de independencia sin el acuerdo previo con los Estados miembros de la UE (incluida España, repito) sería enormemente peligrosa. Para ello no tenemos más que visualizar qué sucedería al día siguiente de dicha declaración.



Imaginémonos, es un suponer, que, pongamos por caso, el 12 de septiembre de 2011 el Parlamento de Cataluña declara unilateralmente la independencia. Yo me imagino que al día siguiente (13 de septiembre, martes) los mercados internacionales no iban a reaccionar de una manera muy favorable. Estos mercados tan sensibles, a los que un mero rumor sobre un crecimiento insuficiente del PIB de algún país hace tambalear ¿cómo reaccionarían ante una hipotética reducción en un 25% del PIB de la octava (o novena o décima, qué mas da) economía del Mundo? ¿Sería fácil colocar deuda española en caso de necesidad? ¿Se inundarían los mercados financieros internacionales con la deuda española de la que todos querrían desprenderse? Me imagino que la crisis a la que se enfrentaría España dejaría chiquita esta última que nos ha obligado a reducir en un 5% el sueldo de los funcionarios y a congelar las pensiones.
Las consecuencias no serían malas únicamente para España sino también para Cataluña porque, declarada la independencia ¿de qué fondos se surtiría la Generalitat y los Ayuntamientos catalanes (al menos los Ayuntamientos que no declararan su voluntad de seguir siendo parte de España; que este sería otro tema)? Si se quiere mantener el euro como moneda está claro que no se puede recurrir a la máquina de imprimir para crear dinero para el nuevo Estado. Si, por el contrario, se pretende sustituir el euro por una moneda propia ¿qué consecuencias tendría ese cambio para la economía catalana? Si se pretende recurrir a la emisión de deuda ¿cómo reaccionarían los mercados? ¿Nos enfrentaríamos, tras la quiebra del Estados español, a la quiebra también de las finanzas catalanas?
En este punto es bueno recordar que Cataluña no es Kosovo. El PIB catalán es del orden de cincuenta veces el de Kosovo, cinco veces el de Lituania, un 50% más que el de Escocia o un 25% más que el de Ucrania; por ejemplo. Y esto que pudiera parecer bueno es, en realidad, un problema en el momento inicial, puesto que es mucho más costoso para una potencia que tutele la independencia asumir ésta. Sostener económicamente a Kosovo está probablmente al alcance de, al menos, media docena de países en el Mundo, garantizar la emisión de deuda pública necesaria para Cataluña supone un esfuerzo significativo para cualquier país (Estados Unidos incluido) y es, probablemente, inasumible por cualquier potencia europea.
Así pues, una declaración unilateral de independencia no pactada previamente con los países integrantes de la UE implicaría, bastante probablemente, un serio temblor en los mercados financieros internacionales que colocaría en una muy mala posición a España y también a Cataluña; pero, probablemente, las consecuencias irían más allá. En los últimos meses hemos visto como la crisis griega puso en serio peligro al euro ¿podría la moneda única soportar la tensión que se derivaría de la crisis ibérica que, tal como hemos visto, seguiría casi inevitablemente a una declaración unilateral de independencia? En caso de que se activara el fondo de rescate del euro ¿dicho fondo beneficiaría únicamente a España o también a Cataluña? Creo que pocas dudas hay sobre la imposibilidad de que Cataluña accediera a dicho fondo de rescate. A partir de ahí ¿cuál sería la situación de Cataluña en las semanas y meses posteriores a la declaración de independencia? ¿cuál sería la situación de un país que carecería de recursos financieros y monetarios? Es obvio que si no se tiene un padrino poderoso que sostenga en esos primeros momentos a Cataluña la independencia implicaría serios trastornos para la vida diaria de los catalanes.
Así pues, una declaración de independencia unilateral, no pactada con España y el resto de países miembros de la UE, supondría, seguramente, serios trastornos en la economía catalana, española y europea. ¿Compensarían? Probablemente algunos piensen que sí compensan. Al fin y al cabo no son pocos los catalanes que se sienten incómodos en España, ninguneados y tratados como ciudadanos de segunda. Cuando los sentimientos entran en juego puede asumirse un daño al bolsillo, sobre todo si se piensa que se trata de una situación coyuntural que se resolvería una vez que Cataluña fuera reconocida internacionalmente, se reorganizase su sistema monetario e, idealmente, fuese admitida como Estado miembro de la UE. Lo que no es de recibo es que se plantee una declaración unilateral de independencia como si fuese una cuestión retórica o un experimento inocuo. Es un tema muy serio y como tal ha de ser tratado.
Sería exigible, por tanto, mucha claridad en los políticos independentistas y planes claros para eventualidades como las que aquí describo. Por desgracia no percibo ni una ni los otros. Me temo (y espero sinceramente equivocarme) que en unos meses o años se producirá esa declaración unilateral de independencia y entonces lamentaré profundamente haber acertado en mis pronósticos.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Enseñar y aprender

Gracias a que soy seguidor de Eduardo Rojo en Twitter he llegado a este artículo que vuelve sobre el tema de las clases "a la boloñesa" y su oposición a la clase magistral. He de confesar que es un tema que me cansa un poco, y ello porque, en general, el debate es tan esquemático y maniqueo que es poco probable que de él puedan sacarse elementos útiles.
Vaya por delante que Bolonia, en su origen muy poco tenía que ver con el debate sobre métodos de enseñanza al que tan hábilmente lo han conducido algunos pedagogos. El planteamiento inicial de Bolonia se vincula al análisis del diferencial de productividad entre Europa y Estados Unidos, diferencial que se había acentuado en los años ochenta del siglo XX, lo que disparó algunas alarmas que tuvieron como resultado un intento de armonizar la estructura de los estudios superiores en Europa con el propósito de conseguir un acortamiento en la duración de los estudios que facilitara un acceso más rápido al mercado laboral. Además se pretendía la creación de un espacio de educación en el que fuera posible competir, asumiendo que dicha competencia conduciría a una mejora en la calidad de la educación. La supresión de la clase magistral no estaba entre los propósitos iniciales de Bolonia, siendo, en todo caso, la competencia entre Universidades la que determinaría cuáles son los mejores métodos de enseñanza y aprendizaje. Es poco compatible con el objetivo de competencia perseguido por Bolonia una rígida orientación en cuanto a los métodos de enseñanza que supondría un límite a la libertad de alumnos, profesores y centros para, en sana rivalidad y en permanente contraste e imitación, ir elevando el nivel de los estudios superiores en Europa.
Pero bueno, ahora todo esto ya es historia pues en España (y en otros países) el proceso de Bolonia ha sido utilizado como pretexto para forzar a las Universidades a zambullirse de lleno en esto de la innovación docente, asumiendo que las formas tradicionales de docencia son antiguallas que han de desaparecer. El artículo que cito en el comienzo de esta entrada es buena prueba de este discurso. Resumiendo lo que ya se presenta muy resumido el argumento sería el siguiente: ¿de qué sirve una clase magistral cuando el alumno ya puede leer lo que el profesor va a explicar en un libro? A partir de aquí la clase ya no podrá ser, como había sido fundamentalmente hasta ahora, un mero discurso del profesor (soliloquio, me parece que se dice en este artículo) sino que tendrá que ser algo distinto. El artículo se queda aquí, pero todos los que nos dedicamos a la enseñanza universitaria podemos fácilmente seguir la historia: la clase será un cúmulo de power points, trabajos en grupo, exposiciones de los alumnos, debates, etc. En fin, lo que estamos viviendo de unos años para esta parte.
Yo soy un tanto escéptico con este acercamiento. Para empezar, la clase en la que el profesor habla, explica, no tiene por qué ser un soliloquio como pretende el autor del artículo. Es cierto que habrá profesores que se limiten a recitar como papagayos, pero buenos y malos profesores los ha habido, los hay y los habrá. Se asume sin argumentarlo que los profesores que defienden la clase magistral son "los malos", los de los apuntes polvorientos; mientras que los modernos del power point son los buenos. Esto es falso, un power point también puede ser muy malo, y no es la primera vez que algún alumno se queja de lo soporífera que resulta una clase de power point. De igual manera, un debate o una exposición por parte de los alumnos puede resultar tan soporífera o inútil como una mala clase magistral.
Sentado lo anterior veamos qué tiene de malo una clase magistral. Para empezar lo del soliloquio es también falso. En una clase el profesor está, o ha de estar, en permanente interacción con los alumnos; y eso incluso aunque los alumnos no hablen. Cualquiera que haya dado una clase o se haya dirigido a un grupo amplio de personas conoce ese sentimiento tan particular que surge cuando los que escuchan conectan con quien habla o, por el contrario, esa angustia que nace de la constatación de que el discurso del orador se está perdiendo en el aire sin que nadie lo recoja. Esta experiencia no puede ser sustituida por la lectura de un libro. Un libro no se da cuenta de si quien está leyendo entiende o no, y mucho menos puede preguntar para saber si lo ha entendido. En una buena clase magistral la interacción entre profesor y alumno debe implicar que se cambie el ritmo de la clase en función de la respuesta, que se interrogue a los alumnos sobre si lo entienden o no, que se planteen casos para comprobar si efectivamente se ha entendido. Y yo me pregunto ¿qué tiene esto de malo? ¿no son estos buenos métodos de enseñanza y de aprendizaje? ¿por qué razón tenemos que mandarlos al baúl de los recuerdos después de habernos servido durante siglos? ¿tan sólo porque se nos diga que son poco modernos, porque se caricaturice lo que es la verdadera clase fijándose únicamente en aquéllas que dan los malos profesores?
Yo, por mi parte, seguiré intentando que mis alumnos aprendan, y que, además, lo hagan de la forma más fácil y divertida posible para ellos. No pienso tratarlos peor que a mi hija de siete años, que cuando me pide que le explique cómo desaparecieron los dinasaurios quiere oír mi relato, no que la mande a buscar un artículo en la wikipedia. Ya llegará el momento de la lectura, de la profundización, de la investigación por parte de quien quiere aprender; pero de momento nadie me ha convencido de que sea preferible que el primer encuentro con el saber, el inicial contacto con una materia o problema, se realice a través de una hoja impresa y no por medio de la palabra, que nos identifica como humanos.

domingo, 29 de agosto de 2010

Lo público en "La elegancia del erizo"

Estos días estoy leyendo "La elegancia del erizo". En el libro nos encontramos con dos narradoras: una es la portera de una finca elegante en París, la otra es una niña de doce años que vive en uno de los apartamentos (de cuatrocientos metros cuadrados) de dicha finca. La niña es hija de un político importante que, incluso, había sido ministro. Ayer me llamaba la atención la siguiente frase, puesta en la boca (o en la pluma) de la niña narradora: "En mi colegio (público, eso sí, al fin y al cabo mi padre ha sido ministro de la República)"... (p. 213 de la edición que manejo: M. Barbery, La elegancia del erizo, Barcelona, Seix Barral, 2010; trad. de I. González-Gallarza de L'élégance du hérisson, Gallimard, 2007).
¿Por qué me ha llamado la atención esa frase? Porque denota que en Francia se asume con naturalidad, como una evidencia, que quien asume cargos de responsabilidad en "la República", ha de mandar a sus hijos a un colegio público. Pareciera que fuera contradictorio que quien dirige los asuntos públicos recurra a la educación privada. Supongo que esta misma reflexión podría trasladarse también a la sanidad. Y me parece una reflexión muy lógica ¿confiaríamos en el dueño de un restaurante que prefiere comer en el de la competencia? ¿imaginaríamos que el Presidente de Mercedes Benz prefiriera viajar en un Audi?
Aquí en España toleramos, sin embargo, que nuestros políticos, incluso los de izquierda (en la novela de Barbery los padres de la narradora son socialistas) manden a sus hijos a colegios privados; mostrando, además, un desconocimiento flagrante de la realidad de la enseñanza pública (todavía recuerdo a Montilla diciendo en una entrevista que la introducción de la sexta hora pretendía conseguir que la enseñanza pública alcanzara el mismo nivel que la privada ¿era consciente Montilla de que, en general, la calidad de la enseñanza pública está todavía por encima de la calidad de la enseñanza privada?. Y digo lo de todavía porque, en mi experiencia, los últimos años hemos vivido un deterioro de la calidad de la enseñanza pública que puede convertir en verdad la previsión del President: igualar la enseñanza pública con la privada; pero no por arriba, sino por abajo).
¿Por qué no seremos franceses?

lunes, 26 de julio de 2010

Que parezca un accidente

Ayer, cuando veía el Gran Premio de Alemania de Fórmula 1 me acordaba del chiste aquél, tan conocido, en el que el hijo de un mafioso le entrega las notas del colegio a su padre. El padre, al ver el desastre de calificaciones de su hijo se pone a gritar: "¡Pero qué es esto! ¡Mañana mismo voy a hablar con tu profesor de esto!" A lo que el hijo le contesta, impertérrito: "Vale, papá; pero que parezca un accidente, por favor".
Hay ocasiones en las que las cosas no tienen que parecer lo que son, y en la Fórmula 1 eso pasa con las órdenes de equipo. Se prohibieron hace ya unas cuantas temporadas a raíz del escándalo que se levantó cuando Barrichello frenó ostensiblemente delante de la línea de meta para que Schumacher, que veía detrás, le adelantara y ganara la carrera. Todo el mundo criticó aquello. Es cierto que Schumi era el candidato mejor colocado para ganar el Mundial; pero lo de ver cómo un piloto se para delante de la línea de meta para que le pase otro, aunque sea su compañero de equipo, hace daño a los ojos.
A partir de ahí se introdujo una norma en la reglamentación que establece que están prohibidas las órdendes desde el equipo que interfieran con el resultado de la carrera. En fin, la norma no hay por dónde cogerla. De hecho, viendo lo que ha pasado este fin de semana y lo que llevamos padeciendo toda la temporada se me viene a la cabeza que sería una buena idea que se encargara a algunos juristas una revisión de la normativa, porque es claro que la que hay ahora crea más problemas que los que resuelve.
La prohibición de las órdenes de equipo es ambigua, no es capaz de evitar los supuestos escandalosos y, a la vez, puede hacer que comportamientos legítimos pasen por prohibidos. Porque, claro, lo de "órdenes que interfieran con el resultado de la carrera" es muy amplio, la orden de entrar en boxes para cambiar neumáticos interfiere en el resultado de la carrera, la orden de cambiar el programa del motor para consumir menos gasolina interfiere en el resultado de la carrera, la orden de poner primero las ruedas blandas y luego las duras interfiere en el resultado de la carrera. Todo interfiere en el resultado de la carrera. El supuesto de hecho de la norma no está, por tanto, bien definido.
Por otro lado nos encontramos con que las órdenes de equipo siguen estando presentes, aunque sea de forma disimulada. Siempre se puede pactar antes de la carrera algunos "códigos" que permiten transmitirlas sin que pueda probarse que se trata de una orden. Cosas como eso de "ahorra gasolina" que tanto oímos últimamente puede interpretarse de muchas formas. Además, va contra la lógica que se prohíba absolutamente la posibilidad de que el equipo oriente la estrategia de los pilotos. Ya vimos lo que pasó entre Webber y Vettel en Turquía. Si tienes a dos pilotos que están dispuestos a quedar ambos fuera antes de ceder ante el otro es razonable que el equipo imponga cierto orden. Bien se le puede decir al que es más rápido (y va detrás) que no asuma riesgos innecesarios al intentar adelantar o al más lento (que va delante) que no cierre la puerta de forma agresiva. Desde luego son órdenes de equipo; pero, al fin y al cabo, los coches no son de los pilotos, sino del equipo, y es lógico que el dueño esté preocupado porque los "juguetitos" no acaben ambos destrozados.
En el caso del Gran Premio de ayer la situación era clara. Alonso era más rápido que Massa. Se dejó caer a más de tres segundos y en unas cuantas vueltas ya estaba otra vez detrás de Felipe. Ante esa situación ¿qué hacer? Lo lógico es que Alonso ataque y que Massa no le cierre de manera salvaje. Al fin y al cabo el que está en situación de ganar el campeonato es Alonso, no Massa. No es plan de que siendo Massa más rápido deje pasar a Alonso, pero si es Alonso más rápido y teniendo que intentar el adelantamiento porque ahora los puntos sí que son importantes ¿tiene sentido arriesgarse a un accidente? Massa no lo entendió así y se defendió como gato panza arriba cuando Alonso intentó adelantarlo. Fue entonces cuando Alonso se alejó unos segundos, esperando, quizás, que la cosa se aclarara. Luego volvió a la carga y cuando ya estaba otra vez en disposición de atacar a Massa es cuando llega el mensaje del ingeniero, ingeniero que debe de saber mucho de motores y esas cosas, pero que no se ganará la vida como relaciones públicas o especialista en marketing. El mensaje que transmitió a Massa sonaba a orden de equipo muy claramente ("Fernando es más rápido que tú, ¿me puedes confirmar que has entendido esto?") y, para acabar de rematarlo, cuando le adelanta Alonso le dice que lo siente y al acabar la carrera aquello de "buen chico" y que "eres magnánimo"); pero, bueno ¿de dónde han sacado semejante joya?, pero si lo único que le faltó fue decir: "Atención, Charlie (Whiting, el director de carrera), a continuación voy a dar una orden de equipo". Y el mensaje final a Massa, con la carrera ya concluida sonaba a algo así como "Atención, Charlie, por si no te has dado cuenta, hemos dado una orden de equipo y el piloto perjudicado ha sido Massa".
Para rematar, Massa lo hizo fatal. En Brasil 2007, cuando se dejó pasar por Kimi para que éste fuera campeón del mundo lo hizo mucho mejor. Se lo curró. Una pasada de frenada por aquí, una curva en la que se iba largo por allá... en fin, más disimulada la cosa. Aquí, en cambio, se frenó en mitad de recta, como diciendo: "que quede claro que me dejo pasar porque me lo mandan".
Las órdenes de equipo tienen que ser más disimuladas. Por ejemplo. Se le podría haber dicho a Massa: "Felipe, Alonso es más rápido que tú, va a atacarte sin piedad, defiéndete lo que puedas pero, por favor, que no haya un accidente, tenemos que acabar la carrera como sea". El efecto sería el mismo, pero nadie podría decir que estábamos ante una orden de equipo. A partir de aquí Massa lo único que tendría que hacer es intentar ir rápido, pero sin cerrar las puertas; sin arriesgar.
Eso es lo que tendría que haber pasado en un equipo con las cosas claras; en un equipo en el que se ha hablado antes de la carrera cómo se tiene que actuar en todas las situaciones posibles y en las que todos están en lo que celebran. A estas alturas de campeonato sería suicida no tener claro quién es el primer piloto de Ferrari. Desde hace tiempo tengo claro que si en un equipo no están definidas las jerarquías es difícil que puedan ganar el campeonato. En Ferrari parecen haber dado el paso de definir quién es el primer piloto y quién el segundo; ahora hace falta que el segundo piloto también lo sepa.

viernes, 23 de julio de 2010

La sentencia sobre Kosovo

Me he leído, un tanto apresuradamente, es cierto, la decisión del Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) sobre la declaración de independencia de Kosovo; y estoy preocupado. No por la sentencia en sí, ni por la independencia de Kosovo; sino por la forma en que se está interpretando y difundiendo; y estoy preocupado porque o yo no sé leer o quien no sabe leer son la mayoría de los periodistas y políticos.
Cuando leo los titulares y los análisis el elemento común es interpretar que la sentencia avala la independencia de Kosovo ("La independencia de Kosovo es legal", leo en El País). Voy a la Sentencia y qué me encuentro, pues me encuentro con que la decisión es sobre "la declaración unilateral de independencia", no sobre la independencia misma. Este es un matiz que no es pequeño, porque el Tribunal deja bien claro que se pronunciará únicamente sobre la contrariedad o no con el Derecho internacional "de la declaración" sin entrar en las consecuencias de dicha declaración, esto es, sin entrar en si Kosovo alcanza o no con dicha declaración la condición de Estado independiente (número 51 de la Sentencia). A partir de aquí examina si hay una norma en el Derecho internacional que prohiba las declaraciones unilaterales de independencia y concluye que no existe tal norma, como tal norma no existe no es contrario al Derecho internacional una declaración unilateral de independencia. A continuación examina si la declaración es contraria a la Resolución del Consejo de Seguridad que establece el régimen de Kosovo tras la Guerra de 1999, y concluye que tampoco lo es, ya que en dicha Resolución no se incluye una prohibición de declaraciones unilaterales de independencia y, además, la declaración no ha sido hecha por la Asamblea legislativa de Kosovo en el marco de sus funciones como tal Asamblea determinadas por el marco constitucional resultante del régimen internacional sobre Kosovo impuesto tras la mencionada guerra.
En definitiva, la declaración de independencia no es contraria al Derecho internacional porque no hay norma en el Derecho internacional que prohiba tales declaraciones y, además, quien hizo la declaración se movía fuera del orden legal establecido, por lo que no estaba sujeto a las limitaciones que se derivarían de éste. ¿Es esto un reconocimiento de la legalidad de la independencia de Kosovo? Me parece que no, después de leer la sentencia, cuando volvía a las noticias de prensa se me ocurría que estaba en una situación kafkiana. Algo así como si hubiera sucedido lo siguiente:
1) Un fulano o fulana sale a la calle y se pone a gritar que le gustaría acostarse con Scarlet Johansson (o con Sara Carbonero o con Iker Casillas o con Zapatero).
2) El vecino del fulano o fulana le pregunta a un juez si es delito que alguien salga a la calle a gritar que le gustaría acostarse con Scarlet Johansson (o con Sara Carbonero o con Iker Casillas o con Zapatero).
3) El juez le dice que no es delito salir a la calle a gritar que a uno le gustaría acostarse con Scarlet Johansson (o con Sara Carbonero o con Iker Casillas o con Zapatero).
4) Los periódicos dan la noticia de que el fulano o la fulana en cuestión se acuesta con Scarlet Johansson (o con Sara Carbonero o con Iker Casillas o con Zapatero).
Como siempre, me preocupa más la falta de rigor y de matiz que el contenido mismo de la decisión. Y es que sin rigor ni matiz acabaremos mal, muy mal.

--------------------------------------

Addenda, 24 de diciembre de 2013. Poco imaginaba cuando escribí esta entrada que la Opinión Consultiva del TIJ sobre la declaración de independencia relativa a Kosovo iba a traer la cola que ha traído como consecuencia de la manipulación a la que ha sido objeto desde hace un tiempo, manipulación que ha sido desmontada en los últimos días (para un relato de la manipulación y sus consecuencias me remito a este artículo en Crónica Global). Con posterioridad me ocupé con más detalle de la opinión consultiva al hilo del análisis de una hipotética declaración unilateral de independencia en el colectivo "Puerta de Brandemburgo". Dejo aquí el enlace a ese trabajo ("Declaración unilateral de independencia e independencia").

domingo, 11 de julio de 2010

Hamilton - Schumacher

A mi Hamilton cada vez me recuerda más a Schumacher. Hoy casi no lo hemos visto en la retransmisión, pero ha hecho una supercarrera, corriendo cuando tenía que correr y situado siempre en posición de no pasar problemas, evitando los charcos típicos que salen de accidentes o coches de seguridad. No tiene el coche más rápido, así que se ha olvidado de ganar para sumar unos puntos valiosísimos acabando segundo. A la chita callando es líder sólido del Mundial, escoltado por Button, su compañero, que es segundo. McLaren está corriendo de una forma muy seria y, para mi, son los primeros candidatos al título, pese a que, me da la impresión, Red Bull y Ferrari tienen coches mejores.
Y es que McLaren está yendo a lo suyo sin que le afecten, de momento, los problemas que tienen sus dos grandes rivales para el título. En Red Bull, aparte de los problemas de fiabilidad que han tenido en algunas carreras, la rivalidad entre sus dos pilotos puede seguir haciendo saltar chispas. Parece ser que hoy Webber ha dicho por radio a su equipo al final de la carrera algo así como que no era un mal resultado para el segundo piloto. Hace unos años vivimos la rivalidad en McLaren entre Hamilton y Alonso, y de aquella rivalidad salió que el campeón fue Raikkonen. Quizás este año la rivalidad entre Vettel y Webber le venga bien a Hamilton.
Y en Ferrari las cosas no van nada bien. El coche va bien; pero las cosas no acaban de salir. Massa no acaba de conseguir resultados ni en calificación ni en carrera, y lo de Alonso es casi increible. Tras el desastre de Valencia, hoy sale fatal, se tiene que pelear con Kubica y Rosberg y, cuando parece que puede volver a luchar por el podio, se encuentra con la sanción que, además, al tener que cumplirla inmediatamente después de la salida del coche de seguridad, le condena a las últimas posiciones.
Seguramente habrá opiniones diversas sobre la sanción. Cuando lo vi en televisión mi primera impresión fue la de que Alonso tenía que ceder la posición a Kubica tras adelantarlo por la parte de afuera del circuito. Entiendo, sin embargo, que es discutible el tema, ya que en la pelea con Kubica a Alonso no le quedó más que salir para no chocar, y en esas circunstancias recuerdo supuestos en los que no se sancionó el adelantamiento. La mala suerte es que Kubica se hubiera retirado, porque de otra forma Alonso se tendría que haber limitado a dejarle pasar. No entiendo muy bien por qué los comisarios, ya que Kubica se había retirado, no optaron por estudiar el incidente tras la carrera, con lo que la sanción podría haber sido de una penalización en tiempo, tal como hicieron con varios corredores en Valencia por haber ido demasiado rápido con el safety car en pista. Creo que hubiera sido lo más justo, porque una sanción de cinco, diez o veinte segundos hubiera resultado mucho más proporcionada que la que finalmente le cayó a Alonso. Claro, es la misma sanción por adelantar al safety car que por saltarte una chicane en la lucha por la posición. No me parece muy razonable.
Pero bueno, sea como sea, Alonso está a una distancia de Hamilton que ya es respetable. El coche ha mejorado, pero si esa mejoría no se traduce en puntos Ferrari quedará definitivamente descolgado del campeonato. En agosto, en el descanso que sigue al Gran Premio de Hungría sabremos ya si los candidatos al título son dos (Red Bull y McLaren) o tres.

viernes, 2 de julio de 2010

No hay mal que por bien no venga

Ayer criticaba que la Ley del Cine aprobada por el Parlament prohiba la distribución en Cataluña de DVDs que no tengan el audio en catalán si la película ha sido distribuida en cines doblada o subtitulada. No me metía con la obligación misma de que se doblen o subtitulen al catalán al menos la mitad de las copias de las películas que se proyecten en los cines de Cataluña porque, aunque no estoy de acuerdo con la obligación, me parece que no es una piedra de escándalo tan grande como la que resulta de la imposibilidad de adquirir en Cataluña películas que no tengan la opción de audio en catalán (con ciertos matices en los que aquí no entraré).
Sucede, sin embargo, que no hay situación por mala que sea que no sea susceptible de tener elementos positivos. Puede parecer cínico o cruel; pero es así. En este caso ya tenemos la primera buena noticia que se deriva de la Ley recientemente aprobada: las distribuidoras advierten de que en el próximo año las películas que se estrenen en Cataluña lo serán en versión original, sin doblaje y sin subtítulos. Puede parecer un boicot o una amenaza, pero tiene cierto sentido. Hace ya un tiempo que las productoras sacan más dinero de la venta de DVDs que de las entradas de cine y, de acuerdo con la Ley del Cine aprobada, no hay ninguna limitación en la distribución de DVDs de películas que hubieran sido proyectadas en Cataluña en versión original pura y dura; esto es, sin subtítulos. De esta forma, si una película se proyecta en versión original, luego el DVD no precisa del menú de audio en catalán.
En otros países la proyección de películas en versión original sin subtítulos no es ninguna rareza. Cuando se estrenó "La Delgada Línea Roja", una de mis películas favoritas, estaba en Alemania y allí la vi en versión original sin subtítulos; y era una sala normal en un centro comercial normal, con público de lo más normal. Si se extiende la costumbre de ver las películas en versión original nuestro nivel de inglés aumentará, sin duda; y a mi me parece que el aumento del nivel de inglés de los catalanes sí que es un objetivo de primer orden para el desarrollo del país. Probablemente es una consecuencia no deseada de la Ley; pero, como decía, no hay mal que por bien no venga.

jueves, 1 de julio de 2010

Una ley del cine del siglo XVII

Hace unos meses escribía una entrada sobre el Proyecto de Ley del Cine de Cataluña. Ayer se aprobaba en el Parlament la Ley. He estado buscando el texto de la misma, pero no lo he encontrado. Supongo, sin embargo, que el precepto que más me preocupaba, el art. 17.1.c), no habrá cambiado. Ojalá me equivoque y, desde luego, si cuando disponga del texto de la ley compruebo que este punto se ha modificado inmediatamente corregiré esta entrada. Ahora bien, de momento asumiré que en este punto la ley sigue el tenor del proyecto.
Si esto es así, como me temo, habremos dado entrada en nuestro ordenamiento a una norma que habría de ser piedra de escándalo para cualquiera que tuviera una mínima sensibilidad hacia las libertades de expresión, pensamiento, opinión... en definitiva, para las libertades. Me explico.
En los últimos meses se ha hablado mucho del tema de las salas de cine. Aquí no me meteré con ese aspecto de la ley, sino con aquello a lo que hace referencia este artículo 17.1.c), y que es la distribución fuera de las salas cinematográficas; esto es, las películas a las que accedemos en un videoclub, en el FNAC o en cualquier otra tienda. Y es que este precepto impide que puedan ser distribuidas en Cataluña a través de estos canales los DVDs (hablando en plata) que no incluyen en su menú de audio la versión catalana si se trata de películas que, según el art. 18 deberían haber sido distribuidas en Cataluña con al menos la mitad de las copias dobladas o subtituladas en catalán. Es decir, se prohibe la distribución de películas en Cataluña que no lleven el audio en catalán. A mi me parece inaudito. Tal como decía en el post que escribí en febrero, qué pensaríamos de una prohibición de distribución de libros en Cataluña que no fueran acompañados de su traducción al catalán. Espeluznante ¿no? pues con las películas pasa lo mismo. Si a una distribuidora le da la gana de sacar una determinada película solamente en versión original para el DVD (o solamente en versión original y en francés, o inglés o lo que sea) tal película no puede ser distribuida en Cataluña y eso quiere decir que tampoco puedes pedirla por correo a una tienda de fuera de Cataluña y que te la manden, porque, evidentemente, la distribución por correo es también distribución y está afectada por la prohibición (cosa distinta es, claro, que te pillen, pero prohibido está).
Me produce escalofríos pensar solamente en la situación: pido a una tienda de Zaragoza que me envíe la película que quiero y que no está en las tiendas de Cataluña y cuando les doy la dirección de envío, en la tienda de Zaragoza me dicen que no me la pueden enviar a Cataluña porque les pueden sancionar. ¿No nos suena a 1984 (la novela de Orwell) o, incluso peor?
Y que conste que no me preocupan tanto los problemas prácticos que se puedan plantear como la asunción con naturalidad por parte de todo el mundo de que no pasa nada. Sí que pasa, y en la medida que pueda no dejaré de denunciar lo que me parece un retroceso enorme, un retroceso de varios siglos (y de ahí el título de esta entrada), un retroceso al momento en el que se consideraba que se podían limitar las formas de expresión del arte y de la opinión.
Y, por favor, que nadie salga con el argumento de "mi derecho a ver películas en catalán...", si el derecho a ver películas en catalán tiene que pasar por la prohibición de verlas en otras lenguas mal vamos, muy mal.

martes, 29 de junio de 2010

Fallo al fin y sigo sin entender nada

Ya tenemos el fallo de la Sentencia del TC sobre el Estatut. Aún no es suficiente como para hacerse una idea cabal de la decisión, pues hay unos cuantos artículos cuya constitucionalidad se encuentra condicionada a la interpretación de los mismos que se realiza en los Fundamentos Jurídicos de la Sentencia, de los que aún no disponemos (o y no dispongo). Así pues, con las cautelas que se derivan de lo anterior, me sorprende la enorme indignación del Presidente Montilla. De verdad, ayer pensaba que el discurso estaba preparado para otra sentencia y no se había percatado del auténtico contenido de la que finalmente dictó el Constitucional. Y es que lo que realmente se declara inconstitucional o bien es literatura o se trata de cuestiones tan técnicas que dudo que puedan quitarle el sueño a nadie.
En primer lugar, se dice que la referencia a Cataluña como nación carece de valor jurídico al estar en el Preámbulo del Estatut. Esto estaba ya asumido. Cuando se redactó el Estatut la referencia a la nación catalana se introdujo en el Preámbulo para que pudiera ser objeto de esta interpretación. No entiendo el porqué de rasgarse ahora las vestiduras por ello.
En segundo término. En lo que se refiere a la lengua, se mantiene que el catalán sea la lengua de uso normal en las administraciones y medios públicos de Cataluña. Se niega, sin embargo, que esta utilización haya de tener carácter "preferente". Si se mantiene que ha de ser la lengua de uso "normal" ¿añade tanto que, además, haya de ser de uso "preferente". Además, se mantiene la obligatoriedad del conocimiento del catalán (aunque supongo que este inciso será objeto de una interpretación vinculante). Así pues, no acabo de ver el perjuicio a la lengua catalana.
El resto de cuestiones que se declaran inconstitucionales tienen que ver con las competencias del Consejo de Justicia de Cataluña; además se establece que los dictámenes del Consejo de Garantías Estatutarias no tendrán carácter vinculantes y que la competencia del Síndic de Greuges en el control de la Administración catalana no es exclusiva, sino compartido con el Defensor del Pueblo. Se matiza el régimen de las competencias compartidas con el Estado, incluidas las que se tienen en materias de entidades financieras, se niega que la Generalitat pueda regular los tributos locales y, finalmente, se elimina un inciso que obligaba a considerar si el resto de territorios realizaban un esfuerzo similar al catalán en materia fiscal.
¿Cómo se puede mantener que lo anterior constituye un agravio que merece una respuesta contundente por parte de la ciudadanía? Ya advierto de que mi opinión es la de que las reglas del juego son las que son y que, por tanto, la Sentencia del TC debería ser punto final del debate; a salvo de que se quiera volver a empezar con el tema de la reforma del Estatut (¡no, por favor!); pero es que, incluso aunque no se comparta esto último, la simple lectura del fallo (a falta de la interpretación de varios preceptos, tal como decía al comienzo) muestra que lo que se dice o bien estaba asumido desde el comienzo del proceso (falta de valor jurídico de lo que figura en el Preámbulo) o bien se trata de cuestiones de matiz o técnicas que no tienen capacidad de incidencia real en la vida de las personas; al menos no hasta el punto de justificar una movilización ciudadana.
Como ya he dicho más de una vez en relación a todo este proceso, no entiendo nada.

domingo, 27 de junio de 2010

Hamilton, ese monstruo

¡Qué gran piloto Hamilton, de qué forma ha sabido resolver una carrera que tenía complicada, con qué habilidad ha vuelto las tornas en su favor, cómo ha sabido aprovecharse de las circunstancias! Evidentemente, la clave de toda la carrera ha estado en el coche de seguridad, he visto las imágenes del incidente y me ha sorprendido la ingenuidad de Marc Gené comentándolas. Vamos con ello.
Hamilton marchaba segundo, por delante de Alonso; pero con el problema de que en su parada tendría que cambiar el morro. Los pocos segundos que cuesta cambiar el morro del coche harían que Alonso saliera por delante de él, ya que, al ir juntos, lo normal sería que entraran a la vez a realizar el cambio de neumáticos. Hamilton parecía condenado, por tanto, a que tras el cambio de neumáticos Alonso fuera segundo, con idea de atacar a Vettel, y Hamilton tercero.
Y en esto llega el coche de seguridad. Sale en el mejor momento posible. Vettel va por delante del coche, y Hamilton ve que si mantiene la velocidad que lleva le adelanta antes de que el coche complete su salida a la pista; pero, claro, le adelanta él y también Alonso. Hamilton entonces frena. Marc Gené dice que Hamilton duda; pero no duda en absoluto, es mucho piloto Hamilton como para dudar en una cosa así; simplemente intenta ajustar su paso para que él sí adelante el coche de seguridad mientras Alonso se queda detrás. Y es lo que consigue. Ha ajustado tanto que su propio adelantamiento al safety car se produce de manera irregular; pero ese el riesgo que tenía que asumir. Marc Gené es ahí donde comenta que si no hubiera dudado no le hubieran sancionado; pero eso es pensar de una forma cándida porque, como digo, lo que le pasaba por la cabeza a Hamilton en ese momento no era si adelantaba o no al coche de seguridad en situación regular, sino en qué forma podía destrozar la carrera de Alonso. El hecho de que hubiera, finalmente, incurrido en una infracción que se sanciona con un mísero drive-throug es lo de menos. Lo importante es que con su maniobra condenó a Alonso al medio del pelotón destrozando completamente su carrera y, quizás, el campeonato.
Algunos dirán que lo que hizo Hamilton no es correcto y que, además, se benefició de una sanción excesivamente benigna (¿qué hubiera pasado si le hubieran enseñado una bandera negra? No me he leído el Reglamento, pero me imagino que adelantar al coche de seguridad no es una menudencia y que, por tanto, sería posible una sanción mucho mayor); pero el caso es que la Fórmula 1 es un deporte de pillos en el que cada uno aprovecha sus cartas. Hamilton, Button, Alonso, Massa, Vettel... se aprovechan de tener coches más rápidos que el resto y Hamilton, además, de que parece tener bula para ir incumpliendo el Reglamento como le viene en gana y cuando le viene en gana (acordémonos de su coche parado tras la calificación en Canadá). Cada cual tendrá sus ventajas y no cabe duda de que Hamilton piensa rápido, es decidido y no se olvida nunca de que el objetivo es ganar, ganar y ganar.

martes, 8 de junio de 2010

Servicios mínimos en educación

Recupero hoy una entrada de hace más de dos años. Entonces escribía sobre los servicios mínimos fijados de cara a una huelga de maestros en Cataluña. Me parece que es la misma orden que regulará hoy los servicios mínimos en la educación en esta Comunidad Autónoma, así que lo que entonces decía valdrá también para hoy.

--------------------------
Acabo de leer la orden que regula los servicios mínimos durante la huelga de maestros prevista en Cataluña para mañana (día 14 de febrero). No sé de qué va la huelga, no sé si está justificada o no; pero la regulación de los servicios mínimos es, desde luego, impagable. Si alguien me preguntara sobre las claves de los problemas en la educación en nuestro país le diría: "Lea, lea usted esta orden de servicios mínimos y verá".
En una entrada anterior (sobre escuelas y ludotecas) planteaba que es preciso diferenciar la función educativa de la escuela y su función "asistencial" o de "guardería". Para muchas familias lo realmente importante es ésta segunda. Si no fuera por la escuela ¿dónde colocamos a los niños para poder ir a trabajar, a comprar, a cuidar a nuestros mayores o, simplemente, a dar un paseo? Se trata de un problema real que hemos de afrontar y, desde luego, no critico esta utilización del sistema educativo; pero tenemos que ser conscientes de que esta función de cuidado de los niños es accesoria a la función educativa. Dado que la educación exige la separación de los padres, los maestros han de cuidar de los niños durante el tiempo en el que los educan, pero de ninguna manera esta función asistencial es la que justifica a la escuela. Lo que justifica a la escuela es la educación y la formación y, por tanto, el sistema educativo debe configurarse en atención a esta función, y no para dar satisfacción a la necesidad de que los padres puedan desembarazarse durante unas horas de sus hijos.
Creo que esta perspectiva no se tiene suficientemente en cuenta, lo que incide en la calidad de la educación. Así, si es por motivos puramente educativos no se justifica la sexta hora de clase que se ha implantado en Cataluña. En Finlandia, que tan bien valorada sale en el Informe Pisa, hay menos horas docentes que aquí. De la mimsa forma, el acento que se pone en la asistencia desdibuja la imagen social de los maestros, incluyendo la percepción que de estos tienen las familias y los propios alumnos.
Pues bien, en este panorama nos encontramos con una regulación de servicios mínimos en la que se establecen estos no en atención a la función educativa de los maestros, sino con el fin de garantizar la seguridad de los niños y el derecho al trabajo de sus padres. De esta forma se establece como servicio mínimo un docente por cada cuatro unidades. Es decir, un maestro por cada 100 niños. Huelga especificar que con 100 niños por maestro la función docente no puede desarrollarse; y, de hecho, el decreto ni siquiera intenta por ahí justificarse; pero es que, incluso, el objetivo de garantizar la seguridad de los niños con un maestro por cada 100 es difícilmente alcanzable. 100 niños en un patio y un maestro para vigilarlos. En fin, sobran las palabras.
Ahora bien, para mí lo más grave es que ahora ya está negro sobre blanco que la función "esencial" de los maestros es garantizar el derecho al trabajo de los padres; y esto dicho, además, por el Departamento de Educación. Si tenía alguna esperanza de que la situación de la enseñanza mejorara en nuestro país, esta orden de servicios mínimos ha puesto fin definitivo a ella. Sigamos avanzando a pasos de gigante hacia la ignorancia, la desidia y el abandono, que allí nos encontraremos con quienes nos han precedido en este camino absurdo.

-----------------------------

Tengo mis dudas de que puedan establecerse servicios mínimos para garantizar una función que es accesoria la trabajo y no esencial (algo así como fijar servicios mínimos en bomberos para que limpien los equipos); pero como no soy de Laboral no me meto, en lo que si me meto es en que los propios responsables del Departamento de Educación consideren que la principal función que cumplen los maestros es garantizar el derecho al trabajo de los padres.