martes, 2 de octubre de 2018

Sobre el artículo de Victoria Camps "El valor de la contención"

Publica Victoria Camps un artículo en "El País" sobre "el valor de la contención" en el que comienza citando el libro de Levitsky y Ziblatt "Cómo mueren las democracias".
Se basa en el libro para oponer la confrontación entre independentistas en Cataluña y el PP y Cs a la contención del PSOE. En el libro de Levitsky y Ziblatt se afirma que una regla no escrita en la democracia estadounidense exige respetar al rival político, no tratarlo como un enemigo. De esta manera la actuación correcta en España, de acuerdo con los postulados expresados en "Cómo mueren las democracias" sería la que practica el PSOE, la contención frente a los independentistas, y no la confrontación que según Camps practican Ciudadanos y Populares.



Creo que es una lectura parcial y equivocada del libro.
Reproduciré algunos párrafos del libro que cita Camps:

"todos ellos [Hitler, Mussolini y Chávez] ascendieron al poder porque políticos de la clase dirigente pasaron por alto las señales de advertencia o bien les entregaron el poder directamente (Hitler y Mussolini) o bien les abrieron las puertas para alcanzarlo (Chávez)".

"Los políticos deberían evitar actos que contribuyen a "normalizar" o confieren respetabilidad pública a figuras autoritarias".

"Deberíamos preocuparnos en serio cuando un político:
1) rechaza, ya sea de palabra o mediante acciones, las reglas democráticas del juego,
2) niega la legitimidad de sus oponentes,
3) tolera o alienta la violencia o
4) indica su voluntad de restringir las libertades civiles de sus opositores, incluidos los medios de comunicación"

Lo que está sucediendo en Cataluña es lo que advierten Levitsky y Ziblatt: se ha comenzado ya a debilitar la democracia, y se dan no una, sino todas las circunstancias de la lista anterior: es una región gobernada por un presidente que tiene abundantes escritos supremacistas, donde niega incluso la condición humana a algunos de sus rivales políticos ("bestias con forma humana"), lo que entraría en el punto 2 de la lista de Levitsky y Ziblatt; y ha loado a quienes fundaron movimientos que apoyaron el racismo. Todavía ayer animaba a los violentos CDR a "seguir apretando" (véase el punto 3 de la lista anterior) y hace unos días el Conseller de Interior afirmaba que una ley catalana limitaría el derecho de manifestación (considérese el punto 4 anterior).Una región en la que los nacionalistas se han mostrado dispuestos a pasar por encima de procedimientos y principios democráticos, tal como se probó en septiembre de 2017 (lo que haría que se cumpliera la condición 1 de la lista de Levitsky y Ziblatt). Una región, en definitiva, en la que se vulneran principios democráticos básicos.
Y lo que digo no es una fantasía:
- Se han prohibido actos políticos de un determinado partido (Cs).
- Las administraciones han abandonado su neutralidad, algo que, me parece debería ser inconcebible en cualquier democracia ¿se imaginan una pancarta contra los demócratas en la Casa Blanca?).
- Los tribunales ya han declarado que se producen disciminaciones contra los no nacionalistas en las Universidades. Repito, declarado por los tribunales, no una afirmación en un artículo de opinión.
Decir que esto está sucediendo no es confrontación. ¿Hubiera sido contención negar en los años 50 y 60 que se vulneraban los derechos de los negros en algunos Estados del Sur y que no se cumplían las leyes federales que prohibían la segregación en las escuelas?
Lo que algunos llaman "confrontación" no es más que decir lo que está pasando. ¿O es que no está pasando lo que acabo de enumerar? ¿Es falsa alguna de las afirmaciónes que he hecho?
Por supuesto esto no es incompatible con dialogar e intentar entenderse. ¡Por supuesto que hay que hacerlo! Pero ningún diálogo será fructífero si se construye sobre la mentira, sin tener en cuenta lo que está pasando.
Victoria Camps, en su artículo, obvia que el problema que separa ahora mismo a los catalanes no es la independencia, la autonomía o la federación; lo que realmente nos separa es que algunos vemos cómo nuestros derechos fundamentales no son respetados. Si esto se solucionara habría base para un diálogo sobre todo lo demás. Y si se insiste en mirar para otro lado ante la vulneración de la ley y la falta de respeto a los principios democráticos no avanzaremos.
Lea, señora Camps, el libro de Levitsky y Ziblatt sin saltarse páginas, aquellas, en concreto, que advierten sobre la tolerancia hacia quienes no respetan los principios democráticos y que reproducía más arriba.

1 comentario:

Taipán del interior dijo...

El catalanismo político se equivocó -por los pelos- en la elección del momento para su gran acometida. Se ha equivocado al dejar que se transparente el fondo xenófobo (yo mismo jamás pensé que podía ser tan evidente). No tendrá éxito -tampoco lo ha logrado el constitucionalismo- en lograr una cierta unidad de acción. Como cualquier producto que logra éxito en el mercado, enseguida aparecen versiones que se pretenden auténticas, marcas blancas, etc. Sin embargo, hay algo que domina a la perfección: la fachada de respetabilidad, "aquella vella i coneguda olor", d'això els nens no parlen, la contención, seu bé a taula...Quizá la propuesta de Boadella de entrar por la vía cómica es más inteligente de lo que parece.
J.Amenós