jueves, 24 de febrero de 2022

UPF, 23 de febrero de 2022

Ha vuelto a suceder Hoy ha sido en la UPF. Los integrantes de S'ha Acabat! han sido agredidos, su mesa informativa atacada y ellos echados por la fuerza de la universidad. Por las imágenes mi impresión es que se trata del ataque más violento que ha sufrido hasta la fecha esta asociación. Como veremos, esto es significativo y requiere una reacción que, hasta ahora, no se ha producido. Debería preocuparnos.



I. Lo que ha pasado

Pero antes de entrar en valoraciones veamos lo que ha sucedido. No he estado presente y, por tanto, el relato se basa en las imágenes que se han compartido a través de Internet; pero creo no equivocarme mucho en lo que ha sucedido, porque me recuerda bastante episodios anteriores.
En este caso se celebraba una feria de entidades en la Universidad Pompeu Fabra (UPF). Las ferias de entidades permiten que cada grupo de los que existen en el campus, instale una mesa informativa a fin de que quienes estén interesados reciban información sobre las actividades del grupo. Puede haber desde asociaciones dedicadas a los bailes tradicionales a entidades con carácter político, amigos de la cultura asiática o de los cómics; una ocasión para ver toda la actividad que hay en la universidad al margen de los programas reglados.
Entre estos grupos estaba S'ha Acabat!, una entidad juvenil constitucionalista que defiende los valores de la Constitución de 1978 y la no ruptura de Cataluña con el resto de España. Habían instalado su mesa en el espacio que se les había concedido dentro del campus de la UPF en la Ciutadella. Es la mesa que puede verse en la imagen superior. Estaba atendida por unas pocas personas, ya que este tipo de eventos (las ferias de entidades) no son manifestaciones. Vas allí a compartir información y con tres o cuatro personas debería ser suficiente. Conozco a muchos de los que salen en las distintas imágenes, entre ellos la actual presidenta de S'ha Acabat!, alumna, precisamente de la UPF. Me imagino la ilusión tanto suya como de sus compañeros al "presentar" la entidad en su propia universidad.
No duró mucho. Tal como se puede ver aquí, los encapuchados, que ya conocemos de otras ocasiones, entraron en el patio de la UPF donde se encontraba la mesa de S'ha Acabat! con el fin de poner fin a su presencia allí.


Que el objetivo era echar a los integrantes de S'ha Acabat! no plantea excesivas dudas. No tenían problema los violentos en anunciar su propósito por las redes sociales.




Los encapuchados rodean la carpa de S'ha Acabat! (la imagen con la que inicio esta entrada) y comienzan a hostigarlos, amenazarlos y exigirles que se vayan. Tras esto se van acercando a la mesa y les roban el material. Abajo dejo un vídeo e imágenes que permitirán hacerse una idea del ambiente que se vivía.





No me duelen prendas en reconocer que la imagen de los jóvenes de S'ha Acabat! rodeados por los autodenominadnos "antifascistas" me ha emocionado. Cuatro jóvenes, solos, sin seguridad ni policía que les proteja, rodeados por varias docenas de personas que les amenazan y les conminan a irse.
Y, sin embargo, no se van.
Esto es importante. Como había comentado en otras ocasiones, el objetivo de estos ataques es hacer expreso que el espacio público está vedado a quienes no comulgan con el nacionalismo; y es por eso importante quedarse y mostrar que no se cederá ni ante las coacciones ni ante las amenazas.
Es importante, pero no es fácil; por eso todo mi reconocimiento a estos jóvenes, que han demostrado una convicción democrática y un valor enormes.
A estas alturas imagino que ya estarían avisados los Mossos d'Esquadra de la situación que se estaba viviendo (algunos me comentan que, de hecho, los Mossos estaban presentes en la UPF y que, por tanto, eran testigos directos de lo que sucedía); pero el caso es que no acudieron. Esto, como veremos, es especialmente grave, porque dejó indefensos a los jóvenes de S'ha Acabat! y esto permitió a los que les rodeaban llegar hasta ellos y empujarlos hasta hacerles abandonar el lugar. Puede verse aquí.



Rodear y empujar para acabar echando. Me imagino la situación, la rabia y la indignación de los que allí estaban siendo privados de su derecho, forzados mediante la violencia a dejar el lugar en el que tenían derecho a estar y todo eso permitido por la policía, que había abandonado su función de garante de los derechos fundamentales de los ciudadanos. En los vídeos que siguen se verá cómo los jóvenes de S´ha Acabat! son empujados fuera del recinto.




II. Lo que implica

Estamos ante un nuevo ataque a S'ha Acabat! que se une a otros que ha padecido la entidad. Hace unos meses daba cuenta del sufrido en la UAB el 6 de octubre de 2021. En el relato de este incluyo la referencia a otros anteriores. Y es un ataque significativo por varias razones.

1) El ataque está protagonizado por grupos que, como hemos visto, se vinculan al SEPC, quien no tiene problema en reivindicar en redes el ataque.


El SEPC está presente en, me parece, todas las universidades públicas, sin que sus equipos de gobierno hayan planteado objeción alguna a su clara reivindicación de la violencia contra quienes discrepan de sus planteamientos. Aquí encontramos ya una anomalía, porque tras los reiterados ataques que desde el entorno de este sindicato se dirigen hacia otros estudiantes lo normal sería que se iniciara algún tipo de acción por parte de la administración universitaria orientada a defender los derechos de los estudiantes agredidos. Esto, sin embargo, no ha sucedido. De esta forma, podemos inferir que esta violencia contra los estudiantes constitucionalistas cuenta, al menos, con la tolerancia de los equipos de gobierno de las universidades donde actúan.
En mi propia universidad, la UAB, donde el SEPC ha reivindicado varios ataques a estudiantes constitucionalistas, se permite que las siglas del sindicato figuren en un edificio de la propia universidad.


2) Los Mossos no protegieron a los estudiantes atacados. No es ninguna novedad. Tal como he relatado en otras ocasiones, es habitual que los Mossos se nieguen a acudir cuando se denuncia que se está coartando la libertad de expresión de los constitucionalistas. No acudieron el 6 de octubre de 2021 a la UAB, cuando la carpa quedó destrozada y nosotros rodeados y tampoco lo hizo en diciembre de 2019, cuando fuimos atacados con palos. Mejor dicho, en esa ocasión sí que estaban presentes, pero ni intervinieron ni practicaron detenciones ni formularon denuncias contra quienes nos acosaban.
Esto es de una especial gravedad. La policía ha de velar porque todos puedan ejercer sus derechos, máxime cuando estamos hablando de derechos fundamentales como son la participación política o la libertad de expresión. El papel de la policía no se limita a impedir que te causen lesiones graves (está por ver si en ese caso actuarían), sino que se extiende también a garantizar, como digo, el ejercicio de los derechos. Esta última perspectiva está ausente en Cataluña, al menos cuando se trata de los constitucionalistas, quienes parece que debemos soportar los actos de acoso o agresión que los nacionalistas quieran practicar sobre nosotros. dando por descontado que la policía no nos protegerá.
Como puede comprenderse fácilmente, estamos ya ante una situación que supone una quiebra democrática importante, pues el poder público tolera el ejercicio de la violencia sobre quienes no comparten la posición política de quien ejerce el poder. Que esto esté sucediendo ante la indiferencia del gobierno español y de muchas instituciones es, como digo, preocupante.

3) Así pues, lo más grave no es el ataque a S'ha Acabat! por parte de los violentos; sino la pasividad de las autoridades y, sobre todo, la falta de actuación de la policía. Esta falta de actuación supone la complicidad -no en sentido técnico jurídico, quizás, pero sí en términos políticos- del poder público, incluida la policía, con quienes ejercen la violencia. En esta situación hace falta, como digo, tener una gran convicción democrática para seguir defendiendo los valores constitucionales, ya que la creciente sensación de desprotección podría conducir, lógicamente, a un menor activismo antinacionalista.
No es descartable que esto sea lo que se persiga. La impunidad de los totalitarios hace que la violencia se incremente. El 6 de octubre pasado ya percibí una mayor agresividad que en ocasiones anteriores, y Júlia Calvet, que estuvo presente tanto en la carpa del día 6 de octubre en la UAB como en la de hoy en la UPF, confirmaba que la violencia había sido peor hoy que entonces.


Esta es la situación a la que nos enfrentamos: una creciente violencia contra el constitucionalismo que aumenta ante la pasividad de quienes deberían garantizar el ejercicio de nuestros derechos. Sería necesario que los responsables directos de la seguridad en Cataluña, el gobierno de la Generalitat, diera explicaciones de esta incomprensible pasividad; pero perdida la esperanza de que estas explicaciones se den, es preciso acudir a otras instancias.
Obviamente, al gobierno de España, quien ha de garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales en todo el territorio nacional; pero también a la Fiscalía, quien ha de velar porque no sucedan cosas como las que padecemos constantemente los constitucionalistas en Cataluña. Es el momento ya no solamente de exigir responsabilidades a quienes emplean directamente la violencia, sino también a las fuerzas de seguridad que incurren en una clamorosa dejación de funciones.

4) Pero esto va más allá. La encomiable actitud de los jóvenes de S'ha Acabat! (su foto rodeados por los violentos que acabarían echándolos de la UPF es un símbolo) no puede quedar en el vació. Estos jóvenes están defendiendo valores que no solamente son comunes a todos los españoles, sino también a toda la Unión Europea. Ésta ha insistido en los últimos lustros en la necesidad de que los derechos fundamentales sean respetados en todos los estados miembros y se ha dirigido con determinación hacia aquellos países en los que entendía que esos derechos básicos y las exigencias del Estado de Derecho no eran respetadas ¿como es posible que permanezca en silencio ante cosas como las que hemos visto hoy? Ya digo que aquí no pongo el acento en la violencia de los encapuchados sino en la inacción tanto de las autoridades académicas, que ni sancionan ni condenan la violencia, como, sobre todo, de la policía que ni protege ni lleva ante los jueces a los responsables de delitos claros como los cometidos hoy.
Europa no pude seguir callada. Si la UE es selectiva en la defensa del Estado de Derecho, si arbitrariamente acusa a unos mientras deja hacer a otros, dejará de ser el referente que muchos queremos. Si no modifica su actitud ante la permanente vulneración de los derechos en Cataluña, que no se sorprenda dentro de unos años -pocos- si ve que las opciones euroescépticas acaban siendo también opciones de gobierno en España.
Estamos cansados, con mucha convicción, como se ha visto hoy, y con muchas ganas de seguir defendiendo los principios y valores democráticos; pero el crédito que se ha puesto en unas y otras instituciones va disminuyendo. Cada ataque que queda sin defensa ni sanción nos quita parte de la esperanza en que las instituciones que deberían actuar (policía, gobierno, fiscalía, jueces, Unión Europea) lo hagan.
Confío muchísimo en los jóvenes que hoy han estado en la UPF y que en otras muchas ocasiones han mostrado su valor y convicción; pero no se les puede dejar solos, y algunos silencios retumban como bombas.
Seamos conscientes de que nos estamos jugando la democracia y la libertad.