Los jóvenes de S'ha Acabat! habían convocado una carpa informativa en la Plaza Cívica de la UAB para hoy, 6 de octubre de 2021. La carpa tenía previsto extenderse desde las 10:30 hasta las 13:30.
A eso de las 10:30 me acerqué a saludarles. Me comentaron que explicarían su posición sobre el plan de las universidades catalanas para que al menos un 80% de la docencia se impartiera en catalán y les compartí que a mí me parecía importante que se respetara la lengua de docencia que figuraba en las guías. No duró mucho, sin embargo, el intercambio, porque creo que antes de las 11:00 ya vimos cómo se aproximaba a la carpa un grupo en formación que bien a las claras mostraba que tenía como objetivo boicotear el acto.
En la carpa no estaríamos más de diez personas, y los que pretendían rodearnos eran varias docenas. El personal de seguridad se interpuso entre ellos y nosotros y quedaron enfrentados el grupo de autodenominados antifascistas y los integrantes de S'ha Acabat!.
No era una situación novedosa. Prácticamente todas las carpas organizadas por estudiantes constitucionalistas en la UAB han sido objeto de algún tipo de agresión. Aquí he recuperado las ya muchas entradas anteriores sobre estos ataques.
El esquema es siempre el mismo. Un grupo se proclama guardian del espacio público y decide quién puede expresarse y quien no. Cuando alguien no se somete a su dictado se rodea la carpa, se boicotea el acto y, si se puede -como al final pasó hoy- se destroza el material para intimidar a quienes discrepan del pensamiento oficial. La universidad aporta personal de seguridad, pero si éste se ve sobrepasado, que Dios reparta suerte. Los Mossos d'Esquadra no intervienen, o si están presentes (hoy no lo estaban) ni practican detenciones ni garantizan que los derechos sean respetados. Hoy lo pudimos comprobar.
El acto ya no podía desarrollarse con normalidad. La función de una carpa es estar en el lugar de paso para que quien se interese pueda pedir información y así transmitir las ideas propias y escuchar las preocupaciones ajenas. Cuando se convierte en un grupo rodeado por guardas de seguridad e increpado desde pocos metros lo único que cabe es aguantar como testimonio de que a la libertad de expresión no se renuncia y que no se reconoce ninguna legitimación a los intolerantes. Durante unos minutos lo que vimos fue un embate de decibelios en los que la música desde la carpa competía con la que reproducían los boicoteadores.
Los violentos atacaron la carpa. Primero uno se acercó y robó una bandera. Otro intentó hacerse con el material que había en la mesa. Los guardas de seguridad retrocedieron y ya estaban prácticamente en la carpa.
Cuando pudieron llegar a la carpa tiraron de sus patas para destrozarla. Intentamos evitarlo, pero la carpa quedó rota.
Había pasado bastante tiempo desde que comenzó el acoso. Al menos entre media hora y una hora. Los chicos de S'ha Acabat! habían llamado a los Mossos d'Esquadra quienes no acudieron. Esto me parece extraordinariamente grave.
Lo que estaba sucediendo no era solamente un atentado a la democracia, sino que suponía también incurrir en varios delitos: se había robado una bandera, se intentaba coaccionar a unas personas para que dejaran de hacer aquello a lo que tenían derecho y se había interrumpido el acto convocado por S'ha Acabat!, lo que supone una infracción del art. 514.4 del Código Penal. Este delito se cometía, además, por claros motivos ideológicos. Aparte de esto las amenazas eran constantes, como puede verse en este otro vídeo.
Y en este otro de twitter.
No era la primera vez que pasaba. Ante las limitaciones a la libertad de expresión de los que se oponen al nacionalismo, la policía no actúa. Es realmente estremecedor comprobar cómo se permite que los violentos actúen mientras la policía mira para otro lado. En esta ocasión, además, se había denunciado en el Parlamento lo que estaba sucediendo sin que esto fuera suficiente para que los Mossos d'Esquadra intervinieran. Y, repito, se estaban cometiendo en aquel momento delitos claros. Una estrategia de sometimiento a los discrepantes de manual en el que los grupos organizados atemorizan sin que las fuerzas del orden público actúen. Nauseabundo.
Tras destrozar la carpa nos envolvieron y nos conminaron a irnos. Nos negamos. Éramos solo media docena de personas, rodeadas por guardias de seguridad y tras ellos varias docenas de autodenominados antifascistas vociferantes y amenazadores; pero no nos moveríamos. En un primer momento esperando a los Mossos d'Esquadra y luego, cuando ya vimos que no vendrían, aguardando a que se fueran quienes nos rodeaban. No les daríamos la satisfacción de salir por un pasillo de insultos ni el contento de habernos expulsado.
Así seguimos por un tiempo que se nos hizo -he de reconocerlo- largo. Quizá una hora o más. De pie, rodeados y convencidos de que no nos iríamos antes de los que nos increpaban. Un poco después de las 13:30 llegaron a la UAB varios diputados de Cs. Se habían enterado de lo que había pasado y Carlos Carrizosa había denunciado en el Pleno del Parlament la inacción de los Mossos. También lo hizo Alejandro Fernández. Cuando les indicamos que pese a sus denuncias seguíamos rodeados y sin la presencia de los Mossos mostraron su disposición a venir a apoyarnos. Aceptamos de inmediato, claro. Eramos, como explicaba, medida docena de personas rodeadas y cualquiera que se quisiera sumar a nosotros sería muy bienvenido.
Cuando ya estaban próximos, acompañados de cámaras, los que nos rodeaban se disolvieron. En pocos segundos se alejaron. Era como volver a respirar. Cuando llegaron, sin embargo, fueron increpados y a Carlos Carrizosa y a la presidenta de S'ha Acabat!, Júlia Calvet, alguien les tiró una botella de refresco por encima cuando se dirigían a hacer declaraciones a los medios.
Yo me fui poco después de aquello. Sé que unos minutos más tarde llegaron también a la Plaza Cívica varios diputados de Vox que también fueron increpados.
Ya por la tarde, el equipo de gobierno de la UAB difundió un comunicado en relación a lo que había sucedido. Es éste:
Es un comunicado coherente con lo que ha sido la línea que siguieron equipos de gobierno anteriores: tras una proclama vacía hacia la necesidad de que el campus pueda ser lugar donde se expresen todas las ideas y reivindicaciones "democráticas" (¿determimará el equipo de gobierno qué es democrático y qué no? Es bueno recordar aquí que los tribunales ya establecieron en una ocasión que el equipo de gobierno de la UAB había discriminado por razón de ideología a los estudiantes constitucionalistas). A continuación rechaza "la situación de tensión" ¿qué situación de tensión? había unos agresores y unos agredidos, unos que querían expresarse y otros que no les dejaban, había una carpa y quien la destrozó, había unos que rodeaban y amenazaban y otros que eran rodeados y amenazados. Concluye lamentando "la instrumentalización ideológica que se hace del campus". No hace falta indagar mucho para ver que esta frase va referida a la visita de los diputados.
Esto último es lo que más me indigna, porque ante la pasividad de la policía y de las autoridades académicas fue, precisamente, la llegada de los diputados la que puso fin a nuestro encierro. Pero es que, además, no deja de ser cínico que el equipo de gobierno hable de instrumentalización ideológica del campus cuando hace no mucho los rectores firmaron un comunicado criticando la detención de Puigdemont en Italia.
Que las autoridades públicas utilicen sus cargos y las webs de las universidades para exponernos cuáles son sus posturas políticas no es instrumentalización del campus y sí lo es que los diputados acudan a apoyar a quienes han visto vulnerados sus derechos, retirado su derecho a expresarse líbremente, robadas sus pertenencias, amenazados y rodeados.
No tengo calificativos.
Seguiremos. Durante aquellas horas nos preguntaron muchas veces que por qué no nos íbamos. En una ocasión a uno le contesté que si se lo tenía que explicar no lo entendería.
Nos quedamos porque no se puede ceder a los violentos, porque lo que defendíamos con nuestra presencia allí era la libertad de expresión de todos, también de los que son minoría, también de los que discrepan, de todos sin distinción. Por eso nos quedábamos y por eso seguiremos.
8 comentarios:
Pues muy bien que se hayan quedado. Si yo hubiese sabido me hubiese unido, porque no puede ser que en un espacio académico universitario, un derecho angular como la libertad de expresión se vea pisoteado. Hoy es esto mañana que será? Critican a Franco? Dejenme decirles que han caído en la misma vulneración en la que él recayó, vulnerando la libertad aporovechando el poder que tenía. No sois distintos a Franco.
Gracias Rafa por el relato!
Todos mis respetos y agradecimientos a usted y a los valientes de "S'ha acabat!". Muchas gracias por su fuerza y perseverancia. Esta sociedad les necesita a ustedes y a muchos más como ustedes.
Vergonzoso, mucho ánimo a los que defendeis la libertad
Magnífica crònica.
Molt curiós, aquest país, on no es pot parlar amb calma d'un tema que afecta de forma central la vida universitària i la vida social en general. Només s'admeten la consigna i el tabú.
J.Amenós.
¡Gracias, Dr. Arenas! Ud. Y esos jóvenes de "S'ha acabat" aportan un rayo de esperanza sobre la negra visión de la Universidad catalana que empecé a gestar en 1970.
Rafael, gracias por involucrarte y no ponerte de perfil. Desde Cataluña y el resto de España os mandamos toda la fuerza del mundo.
Muy bien por tu valentia Rafael , esta gentuza no tiene solucion , pobre de la gente horada.
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