martes, 31 de marzo de 2020

Blanqueamientos



Esta es la cuenta oficial del PSOE. No de un militante o de un simpatizante. La cuenta oficial.
¿No habíamos quedado en que íbamos a estar todos unidos luchando contra el virus y que ya sería momento de hablar de lo que pasó en los días previos?
¿Quiere el PSOE abrir este debate ahora?
Bueno, pues sea.
En la semana del 2 al 8 de marzo fueron muchos los que advirtieron del riesgo de no tomar medidas de contención y la conveniencia de evitar aglomeraciones. Seis días antes del 8-M la UE aconsejó evitar actos multitudinarios.
Fueron muchos, como digo, los que advirtieron de los riesgos de no tomar medidas. No me incluyo. En esa semana no tenía opinión formada sobre el asunto. En mi descargo diré que soy un simple ciudadano que no tiene más información que la que puede encontrar en los periódicos o en Internet (que hoy en día es mucha si se sabe buscar). Ahora bien, hubo muchas personas que aportaron datos, informaciones y comparaciones con lo que se había hecho en Asia y que mostraban los riesgos de no tomar medidas.
Y pasó el 8 de marzo, y llegó el 9 de marzo. El 9 de marzo era evidente que la situación, al menos en Madrid, estaba fuera de control y que había que adoptar medidas ya. El 9 de marzo en Madrid había 21 fallecidos. Wuhan se cerró en China cuando había 17 fallecidos.
Los días que se perdieron entre el 9 de marzo y el 15 de marzo fueron preciosos y pueden contabilizarse en vidas. La necesidad de adoptar medidas era tan clara que fueron los ciudadanos, alentados por los sanitarios quienes lanzaron una campaña de confinamiento voluntario #YoMeQuedoEnCasa ante la inacción del gobierno.
Los ciudadanos alentando un confinamiento que el gobierno no se atrevía a decretar.
La parálisis de aquellas semanas de marzo fue letal (en sentido literal) para las personas, pero también para la economía. Al no haber localizado y aislado los focos de la epidemia al final se tuvo que decretar el confinamiento de todo el país, lo que es y será también letal (aquí en sentido metafórico) para la economía.
Y llegamos al 13 de marzo. El presidente del gobierno anuncia ¡que al día siguiente decretará el estado de alarma!
¿Estábamos entonces para perder un día? ¿Cuánto cuesta un día? Ayer un día fueron 914 fallecidos. Eso es lo que cuesta un día hoy, veremos la semana que viene. Y el coste de aquel día que se perdió se mide por los fallecidos del día en el que tengamos más fallecidos; porque cuando estamos hablando de crecimientos exponenciales esas son las cuentas, no otras.
Y el 14 aún tuvimos que esperar a la noche para que los señores Ministros decidieran lo que los ciudadanos ya habían asumido cinco días antes: que había que quedarse en casa para evitar la propagación de la epidemia. 7 horas de Consejo de MInistros. Ayer en España fallecieron 38 personas a la hora por coronavirus.
Pese a todo lo anterior (y de lo que éramos muy conscientes) casi todos respiramos aliviados cuando al fin se adoptaron las medidas que podían conducir a controlar la enfermedad. Los mensajes de apoyo al gobierno fueron mayoritarios.
Han pasado quince días y se empiezan a hacer cosas raras. En vez de buscar un consenso amplio para encarar la enorme crisis económica que se nos avecina se opta por la confusión (el esperpento de que el boe con las nuevas medidas no se publicara más que minutos antes de la medianoche, las dudas sobre lo que se había hablado con los distintos sectores antes de la adopción de dichas medidas) y por reforzar el confinamiento, con el daño que eso hará a la economía, pese a que ahora, como era esperable, ya se están empezando a notar los efectos de las medidas adoptadas en la noche del 14 de marzo. Que no exija el gobierno que se le apoye en todo también en lo económico porque aquí es muy legítimo tener otras opiniones.
Más allá de lo anterior. Desde diciembre sabíamos que estábamos en ciernes de una pandemia. Pese a la competencia autonómica en materia de Sanidad, el Estado es el competente para la prevención de epidemias (art. 40.2 de la Ley General de Sanidad). ¿Qué medidas se adoptaron? ¿Qué protocolos se elaboraron? ¿Qué material se adqurió?
Simplemente ¿no se hizo nada ante una amenaza como ésta que ha costado, de momento, más de 7000 muertos?
Que no digan que no se sabía ni se podía saber porque hay pruebas de que muchos lo venían advirtiendo desde enero.
Que no digan que era inevitable porque era evitable que hubiera tenido la dimensión que ha adquirido.
Que no digan que no se podía hacer nada porque en sus manos estaba haber adqurido con tiempo tests, haber prearado protocolos para el seguimiento y aislamiento de los infectados, haber comprado equipos de protección y respiradores.
Y no estaría escribiendo esto si no hubiera visto, gracias al muro de Manuel Moriarti, esta miserable campaña de tergiversación a la que se ha lanzado el PSOE, el mismo PSOE que pide que miremos para otro lado en tanto no se supere la crisis.
No debería ser incompatible ser crítico con el gobierno y leal con las medidas que han de adoptarse para salir de la situación; pero seguir callados cuando el partido en el gobierno pretende blanquear sus errores ante el obligado silencio de los demás no es propio de un país democrático.
Más bien nos lleva a los sistemas autoritarios de uno y otro signo.
Mientras tengamos libertad para opinar, opinemos

3 comentarios:

Unknown dijo...

Los que se anticiparon, fueron tachados poco menos que de lunáticos.
Podéis buscar algunas perlas de la Sra. Calvo en referencia a los gestores del mobile world congress barcelona 2020

Investigaciones y remos dijo...

http://blogs.uab.cat/estelasenlamaramenos/2020/04/02/cuadernos-para-un-confinamiento-xiii-la-salud-es-algo-secundario/

Investigaciones y remos dijo...

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