sábado, 7 de enero de 2017

La otra mirada de La Llagosta (al otro lado de la carretera)

Comparto hoy un texto que no es mío, sino de Gracia Fuentes Cruz, "La otra mirada de La Llagosta (al otro lado de la carretera):

"La Llagosta que yo conocí en los años setenta era un pueblo en el que convivían personas venidas de muchos lugares diferentes, personas llenas de valor y valentía que lo arriesgaron todo por encontrar una vida nueva, una existencia  mejor, su futuro y el de sus hijos. Toda esta población que llegaba multiplicó de manera exponencial los pocos habitantes, campesinos en su mayoría, que encontraron a su llegada.
La carretera, la N-152 entonces, fue testigo del asombroso crecimiento del municipio. A un lado (derecho, bajando hacia Barcelona) quedaron los primeros habitantes de la zona, al otro, oleadas de inmigrantes que en pocos años fueron ocupando edificios construidos rápidamente, con urgencia, pero tambien sin control, sin planificación, sin servicios. El término municipal se agotó pronto entre edificaciones y polígonos industriales. Los niños jugábamos en la calle, asfaltadas algunas si y otras no, y las porterías de futbol se pintaban en las tapias de las fábricas que teníamos delante de casa.
Mientras el pueblo crecía, las dos comunidades que lo formaban, la de los “pageses” de la parte derecha de la carretera y la de los immigrantes de la izquierda, convivían, pero sin llegar a mezclarse del todo. Bien nos lo recordaba el cura al hacer la primera comunión: los niños de la parte derecha de la carretera eran colocados siempre en los primeros bancos y los de la izquierda por mucho que hubieran destacado en la catequesis se veían desplazados a los bancos de detrás.
La Llagosta era el pueblo de todos nosotros pero seguramente no lo veíamos igual unos y otros. Reflexiono sobre todo esto al llegar a mis manos un libro publicado por el Ayuntamiento, Mirades LaLlagosta: Passat, present i futur. Es una publicación basada esencialmente en fotografías. La gran mayoría de éstas reflejan las antiguas masías, los campos de cultivo y retratos de la gente que las habitaban y faenaban en ellas. Están ausentes los rostros y los nombres de todos aquellos que vinieron de tantos sitios para hacer el pueblo que hoy es La Llagosta. Cierto, hay fotografías de los bloques de viviendas que ocupábamos, la imagen que de nosotros tenían quienes vivían al otro lado de la carretera, pero no somos nosotros. Nuestras experiencias, nuestras vidas, nuestro trabajo, nuestras esperanzas son también parte de La Llagosta y no nos contentamos con ser reflejo en la mirada de otros. Hace falta la mirada sobre La Llagosta desde la parte izquierda de la carretera."




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