Comparto hoy un texto que no es mío, sino de Gracia Fuentes Cruz, "La otra mirada de La Llagosta (al otro lado de la carretera):
"La Llagosta que yo conocí en los años setenta
era un pueblo en el que convivían personas venidas de muchos lugares
diferentes, personas llenas de valor y valentía que lo arriesgaron todo por
encontrar una vida nueva, una existencia
mejor, su futuro y el de sus hijos. Toda esta población que llegaba
multiplicó de manera exponencial los pocos habitantes, campesinos en su mayoría,
que encontraron a su llegada.
La carretera, la N-152 entonces, fue testigo
del asombroso crecimiento del municipio. A un lado (derecho, bajando hacia
Barcelona) quedaron los primeros habitantes de la zona, al otro, oleadas de
inmigrantes que en pocos años fueron ocupando edificios construidos
rápidamente, con urgencia, pero tambien sin control, sin planificación, sin
servicios. El término municipal se agotó pronto entre edificaciones y polígonos
industriales. Los niños jugábamos en la calle, asfaltadas algunas si y otras
no, y las porterías de futbol se pintaban en las tapias de las fábricas que
teníamos delante de casa.
Mientras el pueblo crecía, las dos comunidades
que lo formaban, la de los “pageses” de la parte derecha de la carretera y la
de los immigrantes de la izquierda, convivían, pero sin llegar a mezclarse del
todo. Bien nos lo recordaba el cura al hacer la primera comunión: los niños de
la parte derecha de la carretera eran colocados siempre en los primeros bancos
y los de la izquierda por mucho que hubieran destacado en la catequesis se
veían desplazados a los bancos de detrás.
La Llagosta era el pueblo de todos nosotros
pero seguramente no lo veíamos igual unos y otros. Reflexiono sobre todo esto
al llegar a mis manos un libro publicado por el Ayuntamiento, Mirades LaLlagosta: Passat, present i futur. Es una publicación basada esencialmente en
fotografías. La gran mayoría de éstas reflejan las antiguas masías, los campos
de cultivo y retratos de la gente que las habitaban y faenaban en ellas. Están
ausentes los rostros y los nombres de todos aquellos que vinieron de tantos
sitios para hacer el pueblo que hoy es La Llagosta. Cierto, hay fotografías de
los bloques de viviendas que ocupábamos, la imagen que de nosotros tenían
quienes vivían al otro lado de la carretera, pero no somos nosotros. Nuestras
experiencias, nuestras vidas, nuestro trabajo, nuestras esperanzas son también
parte de La Llagosta y no nos contentamos con ser reflejo en la mirada de
otros. Hace falta la mirada sobre La Llagosta desde la parte izquierda de la
carretera."
No hay comentarios:
Publicar un comentario