12 de octubre. Día de la Fiesta Nacional de España.
Me preguntaba hace unos días mi hija para un ejercicio escolar por qué no se iba a clase el 12 de octubre. Le dije que cada país tiene un día para celebrar un hecho del pasado que es importante. En el caso de España es el 12 de octubre de 1492, cuando Colón llegó a América.
Me quedé ahí, claro (mi hija tiene 11 años); pero se podrían decir más cosas.
En primer lugar que la Fiesta Nacional, con independencia de la fecha que se elija para celebrarla, es importante para sentirnos partícipes de una comunidad política que ha de permitirnos desarrollarnos como personas en libertad.
En nuestro caso esa comunidad es España, un país moderno, democrático (una de las 20 democracias plenas del mundo) y que, pese a los problemas que tenemos, sigue siendo un país con un alto nivel de vida, servicios públicos de calidad y medios para atender a los más necesitados.
No demos por descontado nada de lo anterior. No hay que caer en la autocomplacencia, y menos en los tiempos que corren; pero tampoco es sensato asumir un derrotismo que no está justificado. Tenemos muchos problemas y hay quienes están pasando por tremendas dificultades; pero el país en su conjunto está muy por encima de la media mundial y, como digo, en ningún sitio está escrito que tengamos aquí que vivir mejor que en cualquier otro lugar del planeta. Seguir teniendo una sociedad libre y rica es una tarea para cada día. Saber dónde estamos, trabajar para mejorar y ser conscientes de que sin nuestro esfuerzo y compromiso las cosas pueden ir a mucho peor.
En segundo término, la fecha elegida en nuestro caso, el 12 de octubre. No es mi preferida como Fiesta Nacional, personalmente prefiero el 19 de marzo; pero aquí puede haber tantas ideas como españoles. En cualquier caso, el 12 de octubre es un día que tienen muchos elementos para recordar.
Empecemos por lo primero, es una fecha que se conecta con la explotación y abusos protagonizados por los europeos durante varios siglos sobre otros continentes. Eso es cierto y debe siempre tenerse presente que las relaciones entre los pueblos no pueden basarse en la explotación y en la dominación.
Ahora bien, dicho esto también hay que recordar que el fruto de la colonización española en América fueron unas sociedades mestizas que aún hoy son fácilmente distinguibles. La Historia pudo haber sido de otra forma, igual que hace 2000 años Cartago podría haber derrotado a Roma y todo sería diferente; pero los hechos fueron los que fueron y son los que nos condujeron a lo que ahora somos.
Y somos, a uno y otro lado del Atlántico, una comunidad muy reconocible. Nunca me he sentido extranjero en América. Se me hace difícil pensar que no son mis compatriotas los salvadoreños o los cubanos. Hay algo que nos conecta y que nos hace próximos. Es un realidad innegable que también celebramos el 12 de octubre.
Al fin y al cabo, la Constitución de Cádiz de 1812 era también la Constitución de toda la América española, que unía a los españoles de ambos hemisferios.
Aquella comunidad política posible aún está ahí de alguna forma y deberíamos todos cuidarla, porque nada que nos haga próximos a los otros debe ser desdeñado.
Las fotos son de Cristina Casanova
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