Ayer me comentaban que algunas empresas de Barcelona habían decidido no contratar a quienes vivieran fuera del municipio de Barcelona, aunque se tratase de núcleos separados por unos pocos kilómetros del centro de la ciudad. La razón es que con el actual caos en el transporte del área metropolitana es previsible que tales trabajadores lleguen sistemáticamente tarde a sus oficinas, talleres o fábricas.
No se trata de una anécdota. Es el primer síntoma claro de la fragmentación del área metropolitana. El primer indicio de que corremos el riesgo de que la "gran Barcelona" quede rota, desde una perspectiva económica y sociológica, en una docena de núcleos aislados entre sí. De suceder esto nos encontraríamos ante un escenario que tendría que preocuparnos.
Desde hace años vengo comentando que echo en falta una auténtica red de transporte público del área metropolitana. Las infraestructuras existentes permiten conectar -más mal que bien, como se está viendo- la periferia con el centro de la ciudad; pero las conexiones entre puntos diferentes de la periferia son lamentables (véase, por ejemplo, la experiencia de viajar desde Granollers hasta Bellaterra que relato en una entrada anterior). Tengo la intuición de que esta falta de integración perjudica gravemente el desarrollo económico de la región, pues impide aprovechar todas las ventajas que ofrecería una auténtica conurbación en la que las empresas, los trabajadores y los consumidores pudiesen desplazarse, elegir y ofrecer servicios fácilmente en todos los puntos. Es claro que a mayor integración mayor desarrollo, y es por eso que la falta de ambición a la hora de plantear la mejora de las infraestructuras de transporte impide que veamos cuál es nuestro auténtico potencial.
Ahora bien, en estos momentos estamos asistiendo a los inicios de la fase de aislamiento del núcleo del área metropolitana, ya no hablamos de cómo podemos mejorar lo que tenemos, sino de que corremos el riesgo de hacer quebrar la situación actual. No se trata sólo de molestias para los usuarios o de cabreo, sino de un problema con graves consecuencias económicas y sociales.
No se trata de una anécdota. Es el primer síntoma claro de la fragmentación del área metropolitana. El primer indicio de que corremos el riesgo de que la "gran Barcelona" quede rota, desde una perspectiva económica y sociológica, en una docena de núcleos aislados entre sí. De suceder esto nos encontraríamos ante un escenario que tendría que preocuparnos.
Desde hace años vengo comentando que echo en falta una auténtica red de transporte público del área metropolitana. Las infraestructuras existentes permiten conectar -más mal que bien, como se está viendo- la periferia con el centro de la ciudad; pero las conexiones entre puntos diferentes de la periferia son lamentables (véase, por ejemplo, la experiencia de viajar desde Granollers hasta Bellaterra que relato en una entrada anterior). Tengo la intuición de que esta falta de integración perjudica gravemente el desarrollo económico de la región, pues impide aprovechar todas las ventajas que ofrecería una auténtica conurbación en la que las empresas, los trabajadores y los consumidores pudiesen desplazarse, elegir y ofrecer servicios fácilmente en todos los puntos. Es claro que a mayor integración mayor desarrollo, y es por eso que la falta de ambición a la hora de plantear la mejora de las infraestructuras de transporte impide que veamos cuál es nuestro auténtico potencial.
Ahora bien, en estos momentos estamos asistiendo a los inicios de la fase de aislamiento del núcleo del área metropolitana, ya no hablamos de cómo podemos mejorar lo que tenemos, sino de que corremos el riesgo de hacer quebrar la situación actual. No se trata sólo de molestias para los usuarios o de cabreo, sino de un problema con graves consecuencias económicas y sociales.
1 comentario:
Creo que tienes toda la razón, el diseño ferroviario es completamente absurdo, todo pasa por el centro, en lugar de hacer una trama en la cual se muy sencillo viajar de un lugar a otro. Y lo peor es que con un coste bajísimo se podría conseguir un sistema similar. En relación a esto recuerdo el sistema del BART (Bay Area Rail Train), que une San Franciso y su área. Han aumentado la frecuencia con los mismos trenes, y la única desventaja es unos transbordos instántaneos. La "hipótesis inconclusa" para els Ferrocarrils catalans, sería en lugar de trazados paralelos en forma de "Y", hubiera dos trazados en forma de "U" que coindiesen en St. Cugat.; de este modo no habría un tramo (St. Cugat-BCN) hipercubierto por tres con destino a Sabadell y Terrassa, y los dos tramos finales (St. Cugat-Sabadell, y St. Cugat-Terrassa) restantes cubiertos en frecuencia sólo al 50%, pues se produce la división de vías. Haciendo coincidir las dos líneas en U en St. Cugat se tardaría un instante en el transbordo, y se duplicaría la frecuencia si alterar el tiempo de recorrido. Y como debe ser una hipótesis sin concluir aquí me paro.
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