lunes, 26 de julio de 2010

Que parezca un accidente

Ayer, cuando veía el Gran Premio de Alemania de Fórmula 1 me acordaba del chiste aquél, tan conocido, en el que el hijo de un mafioso le entrega las notas del colegio a su padre. El padre, al ver el desastre de calificaciones de su hijo se pone a gritar: "¡Pero qué es esto! ¡Mañana mismo voy a hablar con tu profesor de esto!" A lo que el hijo le contesta, impertérrito: "Vale, papá; pero que parezca un accidente, por favor".
Hay ocasiones en las que las cosas no tienen que parecer lo que son, y en la Fórmula 1 eso pasa con las órdenes de equipo. Se prohibieron hace ya unas cuantas temporadas a raíz del escándalo que se levantó cuando Barrichello frenó ostensiblemente delante de la línea de meta para que Schumacher, que veía detrás, le adelantara y ganara la carrera. Todo el mundo criticó aquello. Es cierto que Schumi era el candidato mejor colocado para ganar el Mundial; pero lo de ver cómo un piloto se para delante de la línea de meta para que le pase otro, aunque sea su compañero de equipo, hace daño a los ojos.
A partir de ahí se introdujo una norma en la reglamentación que establece que están prohibidas las órdendes desde el equipo que interfieran con el resultado de la carrera. En fin, la norma no hay por dónde cogerla. De hecho, viendo lo que ha pasado este fin de semana y lo que llevamos padeciendo toda la temporada se me viene a la cabeza que sería una buena idea que se encargara a algunos juristas una revisión de la normativa, porque es claro que la que hay ahora crea más problemas que los que resuelve.
La prohibición de las órdenes de equipo es ambigua, no es capaz de evitar los supuestos escandalosos y, a la vez, puede hacer que comportamientos legítimos pasen por prohibidos. Porque, claro, lo de "órdenes que interfieran con el resultado de la carrera" es muy amplio, la orden de entrar en boxes para cambiar neumáticos interfiere en el resultado de la carrera, la orden de cambiar el programa del motor para consumir menos gasolina interfiere en el resultado de la carrera, la orden de poner primero las ruedas blandas y luego las duras interfiere en el resultado de la carrera. Todo interfiere en el resultado de la carrera. El supuesto de hecho de la norma no está, por tanto, bien definido.
Por otro lado nos encontramos con que las órdenes de equipo siguen estando presentes, aunque sea de forma disimulada. Siempre se puede pactar antes de la carrera algunos "códigos" que permiten transmitirlas sin que pueda probarse que se trata de una orden. Cosas como eso de "ahorra gasolina" que tanto oímos últimamente puede interpretarse de muchas formas. Además, va contra la lógica que se prohíba absolutamente la posibilidad de que el equipo oriente la estrategia de los pilotos. Ya vimos lo que pasó entre Webber y Vettel en Turquía. Si tienes a dos pilotos que están dispuestos a quedar ambos fuera antes de ceder ante el otro es razonable que el equipo imponga cierto orden. Bien se le puede decir al que es más rápido (y va detrás) que no asuma riesgos innecesarios al intentar adelantar o al más lento (que va delante) que no cierre la puerta de forma agresiva. Desde luego son órdenes de equipo; pero, al fin y al cabo, los coches no son de los pilotos, sino del equipo, y es lógico que el dueño esté preocupado porque los "juguetitos" no acaben ambos destrozados.
En el caso del Gran Premio de ayer la situación era clara. Alonso era más rápido que Massa. Se dejó caer a más de tres segundos y en unas cuantas vueltas ya estaba otra vez detrás de Felipe. Ante esa situación ¿qué hacer? Lo lógico es que Alonso ataque y que Massa no le cierre de manera salvaje. Al fin y al cabo el que está en situación de ganar el campeonato es Alonso, no Massa. No es plan de que siendo Massa más rápido deje pasar a Alonso, pero si es Alonso más rápido y teniendo que intentar el adelantamiento porque ahora los puntos sí que son importantes ¿tiene sentido arriesgarse a un accidente? Massa no lo entendió así y se defendió como gato panza arriba cuando Alonso intentó adelantarlo. Fue entonces cuando Alonso se alejó unos segundos, esperando, quizás, que la cosa se aclarara. Luego volvió a la carga y cuando ya estaba otra vez en disposición de atacar a Massa es cuando llega el mensaje del ingeniero, ingeniero que debe de saber mucho de motores y esas cosas, pero que no se ganará la vida como relaciones públicas o especialista en marketing. El mensaje que transmitió a Massa sonaba a orden de equipo muy claramente ("Fernando es más rápido que tú, ¿me puedes confirmar que has entendido esto?") y, para acabar de rematarlo, cuando le adelanta Alonso le dice que lo siente y al acabar la carrera aquello de "buen chico" y que "eres magnánimo"); pero, bueno ¿de dónde han sacado semejante joya?, pero si lo único que le faltó fue decir: "Atención, Charlie (Whiting, el director de carrera), a continuación voy a dar una orden de equipo". Y el mensaje final a Massa, con la carrera ya concluida sonaba a algo así como "Atención, Charlie, por si no te has dado cuenta, hemos dado una orden de equipo y el piloto perjudicado ha sido Massa".
Para rematar, Massa lo hizo fatal. En Brasil 2007, cuando se dejó pasar por Kimi para que éste fuera campeón del mundo lo hizo mucho mejor. Se lo curró. Una pasada de frenada por aquí, una curva en la que se iba largo por allá... en fin, más disimulada la cosa. Aquí, en cambio, se frenó en mitad de recta, como diciendo: "que quede claro que me dejo pasar porque me lo mandan".
Las órdenes de equipo tienen que ser más disimuladas. Por ejemplo. Se le podría haber dicho a Massa: "Felipe, Alonso es más rápido que tú, va a atacarte sin piedad, defiéndete lo que puedas pero, por favor, que no haya un accidente, tenemos que acabar la carrera como sea". El efecto sería el mismo, pero nadie podría decir que estábamos ante una orden de equipo. A partir de aquí Massa lo único que tendría que hacer es intentar ir rápido, pero sin cerrar las puertas; sin arriesgar.
Eso es lo que tendría que haber pasado en un equipo con las cosas claras; en un equipo en el que se ha hablado antes de la carrera cómo se tiene que actuar en todas las situaciones posibles y en las que todos están en lo que celebran. A estas alturas de campeonato sería suicida no tener claro quién es el primer piloto de Ferrari. Desde hace tiempo tengo claro que si en un equipo no están definidas las jerarquías es difícil que puedan ganar el campeonato. En Ferrari parecen haber dado el paso de definir quién es el primer piloto y quién el segundo; ahora hace falta que el segundo piloto también lo sepa.

viernes, 23 de julio de 2010

La sentencia sobre Kosovo

Me he leído, un tanto apresuradamente, es cierto, la decisión del Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) sobre la declaración de independencia de Kosovo; y estoy preocupado. No por la sentencia en sí, ni por la independencia de Kosovo; sino por la forma en que se está interpretando y difundiendo; y estoy preocupado porque o yo no sé leer o quien no sabe leer son la mayoría de los periodistas y políticos.
Cuando leo los titulares y los análisis el elemento común es interpretar que la sentencia avala la independencia de Kosovo ("La independencia de Kosovo es legal", leo en El País). Voy a la Sentencia y qué me encuentro, pues me encuentro con que la decisión es sobre "la declaración unilateral de independencia", no sobre la independencia misma. Este es un matiz que no es pequeño, porque el Tribunal deja bien claro que se pronunciará únicamente sobre la contrariedad o no con el Derecho internacional "de la declaración" sin entrar en las consecuencias de dicha declaración, esto es, sin entrar en si Kosovo alcanza o no con dicha declaración la condición de Estado independiente (número 51 de la Sentencia). A partir de aquí examina si hay una norma en el Derecho internacional que prohiba las declaraciones unilaterales de independencia y concluye que no existe tal norma, como tal norma no existe no es contrario al Derecho internacional una declaración unilateral de independencia. A continuación examina si la declaración es contraria a la Resolución del Consejo de Seguridad que establece el régimen de Kosovo tras la Guerra de 1999, y concluye que tampoco lo es, ya que en dicha Resolución no se incluye una prohibición de declaraciones unilaterales de independencia y, además, la declaración no ha sido hecha por la Asamblea legislativa de Kosovo en el marco de sus funciones como tal Asamblea determinadas por el marco constitucional resultante del régimen internacional sobre Kosovo impuesto tras la mencionada guerra.
En definitiva, la declaración de independencia no es contraria al Derecho internacional porque no hay norma en el Derecho internacional que prohiba tales declaraciones y, además, quien hizo la declaración se movía fuera del orden legal establecido, por lo que no estaba sujeto a las limitaciones que se derivarían de éste. ¿Es esto un reconocimiento de la legalidad de la independencia de Kosovo? Me parece que no, después de leer la sentencia, cuando volvía a las noticias de prensa se me ocurría que estaba en una situación kafkiana. Algo así como si hubiera sucedido lo siguiente:
1) Un fulano o fulana sale a la calle y se pone a gritar que le gustaría acostarse con Scarlet Johansson (o con Sara Carbonero o con Iker Casillas o con Zapatero).
2) El vecino del fulano o fulana le pregunta a un juez si es delito que alguien salga a la calle a gritar que le gustaría acostarse con Scarlet Johansson (o con Sara Carbonero o con Iker Casillas o con Zapatero).
3) El juez le dice que no es delito salir a la calle a gritar que a uno le gustaría acostarse con Scarlet Johansson (o con Sara Carbonero o con Iker Casillas o con Zapatero).
4) Los periódicos dan la noticia de que el fulano o la fulana en cuestión se acuesta con Scarlet Johansson (o con Sara Carbonero o con Iker Casillas o con Zapatero).
Como siempre, me preocupa más la falta de rigor y de matiz que el contenido mismo de la decisión. Y es que sin rigor ni matiz acabaremos mal, muy mal.

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Addenda, 24 de diciembre de 2013. Poco imaginaba cuando escribí esta entrada que la Opinión Consultiva del TIJ sobre la declaración de independencia relativa a Kosovo iba a traer la cola que ha traído como consecuencia de la manipulación a la que ha sido objeto desde hace un tiempo, manipulación que ha sido desmontada en los últimos días (para un relato de la manipulación y sus consecuencias me remito a este artículo en Crónica Global). Con posterioridad me ocupé con más detalle de la opinión consultiva al hilo del análisis de una hipotética declaración unilateral de independencia en el colectivo "Puerta de Brandemburgo". Dejo aquí el enlace a ese trabajo ("Declaración unilateral de independencia e independencia").

domingo, 11 de julio de 2010

Hamilton - Schumacher

A mi Hamilton cada vez me recuerda más a Schumacher. Hoy casi no lo hemos visto en la retransmisión, pero ha hecho una supercarrera, corriendo cuando tenía que correr y situado siempre en posición de no pasar problemas, evitando los charcos típicos que salen de accidentes o coches de seguridad. No tiene el coche más rápido, así que se ha olvidado de ganar para sumar unos puntos valiosísimos acabando segundo. A la chita callando es líder sólido del Mundial, escoltado por Button, su compañero, que es segundo. McLaren está corriendo de una forma muy seria y, para mi, son los primeros candidatos al título, pese a que, me da la impresión, Red Bull y Ferrari tienen coches mejores.
Y es que McLaren está yendo a lo suyo sin que le afecten, de momento, los problemas que tienen sus dos grandes rivales para el título. En Red Bull, aparte de los problemas de fiabilidad que han tenido en algunas carreras, la rivalidad entre sus dos pilotos puede seguir haciendo saltar chispas. Parece ser que hoy Webber ha dicho por radio a su equipo al final de la carrera algo así como que no era un mal resultado para el segundo piloto. Hace unos años vivimos la rivalidad en McLaren entre Hamilton y Alonso, y de aquella rivalidad salió que el campeón fue Raikkonen. Quizás este año la rivalidad entre Vettel y Webber le venga bien a Hamilton.
Y en Ferrari las cosas no van nada bien. El coche va bien; pero las cosas no acaban de salir. Massa no acaba de conseguir resultados ni en calificación ni en carrera, y lo de Alonso es casi increible. Tras el desastre de Valencia, hoy sale fatal, se tiene que pelear con Kubica y Rosberg y, cuando parece que puede volver a luchar por el podio, se encuentra con la sanción que, además, al tener que cumplirla inmediatamente después de la salida del coche de seguridad, le condena a las últimas posiciones.
Seguramente habrá opiniones diversas sobre la sanción. Cuando lo vi en televisión mi primera impresión fue la de que Alonso tenía que ceder la posición a Kubica tras adelantarlo por la parte de afuera del circuito. Entiendo, sin embargo, que es discutible el tema, ya que en la pelea con Kubica a Alonso no le quedó más que salir para no chocar, y en esas circunstancias recuerdo supuestos en los que no se sancionó el adelantamiento. La mala suerte es que Kubica se hubiera retirado, porque de otra forma Alonso se tendría que haber limitado a dejarle pasar. No entiendo muy bien por qué los comisarios, ya que Kubica se había retirado, no optaron por estudiar el incidente tras la carrera, con lo que la sanción podría haber sido de una penalización en tiempo, tal como hicieron con varios corredores en Valencia por haber ido demasiado rápido con el safety car en pista. Creo que hubiera sido lo más justo, porque una sanción de cinco, diez o veinte segundos hubiera resultado mucho más proporcionada que la que finalmente le cayó a Alonso. Claro, es la misma sanción por adelantar al safety car que por saltarte una chicane en la lucha por la posición. No me parece muy razonable.
Pero bueno, sea como sea, Alonso está a una distancia de Hamilton que ya es respetable. El coche ha mejorado, pero si esa mejoría no se traduce en puntos Ferrari quedará definitivamente descolgado del campeonato. En agosto, en el descanso que sigue al Gran Premio de Hungría sabremos ya si los candidatos al título son dos (Red Bull y McLaren) o tres.

viernes, 2 de julio de 2010

No hay mal que por bien no venga

Ayer criticaba que la Ley del Cine aprobada por el Parlament prohiba la distribución en Cataluña de DVDs que no tengan el audio en catalán si la película ha sido distribuida en cines doblada o subtitulada. No me metía con la obligación misma de que se doblen o subtitulen al catalán al menos la mitad de las copias de las películas que se proyecten en los cines de Cataluña porque, aunque no estoy de acuerdo con la obligación, me parece que no es una piedra de escándalo tan grande como la que resulta de la imposibilidad de adquirir en Cataluña películas que no tengan la opción de audio en catalán (con ciertos matices en los que aquí no entraré).
Sucede, sin embargo, que no hay situación por mala que sea que no sea susceptible de tener elementos positivos. Puede parecer cínico o cruel; pero es así. En este caso ya tenemos la primera buena noticia que se deriva de la Ley recientemente aprobada: las distribuidoras advierten de que en el próximo año las películas que se estrenen en Cataluña lo serán en versión original, sin doblaje y sin subtítulos. Puede parecer un boicot o una amenaza, pero tiene cierto sentido. Hace ya un tiempo que las productoras sacan más dinero de la venta de DVDs que de las entradas de cine y, de acuerdo con la Ley del Cine aprobada, no hay ninguna limitación en la distribución de DVDs de películas que hubieran sido proyectadas en Cataluña en versión original pura y dura; esto es, sin subtítulos. De esta forma, si una película se proyecta en versión original, luego el DVD no precisa del menú de audio en catalán.
En otros países la proyección de películas en versión original sin subtítulos no es ninguna rareza. Cuando se estrenó "La Delgada Línea Roja", una de mis películas favoritas, estaba en Alemania y allí la vi en versión original sin subtítulos; y era una sala normal en un centro comercial normal, con público de lo más normal. Si se extiende la costumbre de ver las películas en versión original nuestro nivel de inglés aumentará, sin duda; y a mi me parece que el aumento del nivel de inglés de los catalanes sí que es un objetivo de primer orden para el desarrollo del país. Probablemente es una consecuencia no deseada de la Ley; pero, como decía, no hay mal que por bien no venga.

jueves, 1 de julio de 2010

Una ley del cine del siglo XVII

Hace unos meses escribía una entrada sobre el Proyecto de Ley del Cine de Cataluña. Ayer se aprobaba en el Parlament la Ley. He estado buscando el texto de la misma, pero no lo he encontrado. Supongo, sin embargo, que el precepto que más me preocupaba, el art. 17.1.c), no habrá cambiado. Ojalá me equivoque y, desde luego, si cuando disponga del texto de la ley compruebo que este punto se ha modificado inmediatamente corregiré esta entrada. Ahora bien, de momento asumiré que en este punto la ley sigue el tenor del proyecto.
Si esto es así, como me temo, habremos dado entrada en nuestro ordenamiento a una norma que habría de ser piedra de escándalo para cualquiera que tuviera una mínima sensibilidad hacia las libertades de expresión, pensamiento, opinión... en definitiva, para las libertades. Me explico.
En los últimos meses se ha hablado mucho del tema de las salas de cine. Aquí no me meteré con ese aspecto de la ley, sino con aquello a lo que hace referencia este artículo 17.1.c), y que es la distribución fuera de las salas cinematográficas; esto es, las películas a las que accedemos en un videoclub, en el FNAC o en cualquier otra tienda. Y es que este precepto impide que puedan ser distribuidas en Cataluña a través de estos canales los DVDs (hablando en plata) que no incluyen en su menú de audio la versión catalana si se trata de películas que, según el art. 18 deberían haber sido distribuidas en Cataluña con al menos la mitad de las copias dobladas o subtituladas en catalán. Es decir, se prohibe la distribución de películas en Cataluña que no lleven el audio en catalán. A mi me parece inaudito. Tal como decía en el post que escribí en febrero, qué pensaríamos de una prohibición de distribución de libros en Cataluña que no fueran acompañados de su traducción al catalán. Espeluznante ¿no? pues con las películas pasa lo mismo. Si a una distribuidora le da la gana de sacar una determinada película solamente en versión original para el DVD (o solamente en versión original y en francés, o inglés o lo que sea) tal película no puede ser distribuida en Cataluña y eso quiere decir que tampoco puedes pedirla por correo a una tienda de fuera de Cataluña y que te la manden, porque, evidentemente, la distribución por correo es también distribución y está afectada por la prohibición (cosa distinta es, claro, que te pillen, pero prohibido está).
Me produce escalofríos pensar solamente en la situación: pido a una tienda de Zaragoza que me envíe la película que quiero y que no está en las tiendas de Cataluña y cuando les doy la dirección de envío, en la tienda de Zaragoza me dicen que no me la pueden enviar a Cataluña porque les pueden sancionar. ¿No nos suena a 1984 (la novela de Orwell) o, incluso peor?
Y que conste que no me preocupan tanto los problemas prácticos que se puedan plantear como la asunción con naturalidad por parte de todo el mundo de que no pasa nada. Sí que pasa, y en la medida que pueda no dejaré de denunciar lo que me parece un retroceso enorme, un retroceso de varios siglos (y de ahí el título de esta entrada), un retroceso al momento en el que se consideraba que se podían limitar las formas de expresión del arte y de la opinión.
Y, por favor, que nadie salga con el argumento de "mi derecho a ver películas en catalán...", si el derecho a ver películas en catalán tiene que pasar por la prohibición de verlas en otras lenguas mal vamos, muy mal.