sábado, 29 de abril de 2017

Problemas internos que se convierten en internacionales

Publica hoy "La Vanguardia" una noticia que debería hacernos reflexionar.
En ella se nos explica que el Foreign Office ha difundido algunos documentos en relación a la crisis secesionista catalana. Algunos de ellos pueden encontrarse en el link que publica La Vanguardia y también en la página web del Gobierno británico. Ahora bien, lo más interesante no es lo publicado, que, al fin y al cabo son resúmenes de prensa, sino que resulta más relevante la carta en la que el Foreign Office explica qué otros documentos tiene sobre el tema y que, de momento, no va a hacer públicos. En La Vanguardia no he podido acceder a esa carta, pero está en la página del gobierno del RU que citaba hace un momento. Puede consultarse aquí.
En esta carta se explica que algunos documentos no se hacen públicos porque "potencialmente podría dañar la relación bilateral entre el Reino Unido y España", y esos documentos cuya divulgación podría dañar dicha relación bilateral incluyen lo siguiente


Traduzco:
"La Sección 27(2) del FOIA reconoce la necesidad de proteger información proporcionada confidencialmente al Gobierno del RU por otro gobierno. En este caso, la información que permanece  reservada se refiere a conversaciones confidenciales mantenidas entre funcionarios del Gobierno [del Reino Unido] y representantes del gobierno de España, del gobierno de la Generalitat de Cataluña y de la delegación de Cataluña para el Reino Unido e Irlanda".

Repárese en que las conversaciones entre el Gobierno del RU y la Generalitat están amparadas por la reserva prevista en la legislación británica para las conversaciones con otros gobiernos. Luego volveremos sobre ello; pero ahora reparemos en que este documento del gobierno británico constata que existen conversaciones entre la Generalitat y un gobierno extranjero, en este caso el del Reino Unido, en relación al proceso secesionista. Desde luego, no es una novedad, porque existen abundantes indicios de ello, incluso en palabras de los responsables de la Generalitat; pero como parece que a estos nadie les hace caso, al menos cuando manifiestan que están cometiendo delitos o que piensan cometerlos; detengámonos en esta confirmación que no viene de un actor irrelevante, sino del Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido.
¿Esta habilitada la Generalitat para estas conversaciones? Evidentemente, no. La Generalitat no tiene competencia en materia de relaciones internacionales y su acción exterior tiene que limitarse a las competencias autonómicas, tal como ha recordado en varias ocasiones el Tribunal Constitucional, la última con ocasión del análisis de la suspensión del Decreto de la Generalitat que crea el Departamento de Asuntos Exteriores en el Gobierno de la Generalitat (ATC 130/2016). Es evidente que la Generalitat, en tanto que Gobierno autonómico, no puede llevar a cabo actuaciones que escapan a su marco constitucional de actuación, y que el debate sobre la secesión de Cataluña y la creación de un nuevo Estado en el territorio de la Comunidad Autónoma no está cubierto ni directa ni indirectamente por las competencias autonómicas.
Creo que resulta innecesario recordar que esta búsqueda de aliados o apoyos para la secesión en el ámbito internacional supone también una actuación contraria a la Constitución y a las decisiones del Tribunal Constitucional que se han ocupado del denominado "proceso".

Así pues lo que tenemos que preguntarnos es cómo es posible que esta actuación claramente contraria a la Constitución y fuera de las competencias autonómicas siga desarrollándose pese a la evidencia de su existencia, evidencia que ahora viene de la mano de documentos del Departamento de Asuntos Exteriores del Reino Unido.
Que el tema es grave no plantea dudas. Vemos como en la carta referenciada el gobierno británico explica que desvelar el contenido de estas conversaciones podría afectar a las relaciones entre el Reino Unido y España. Lo que vale en una dirección vale también en la otra. Es decir, se trata de conversaciones cuyo contenido puede afectar a las buenas relaciones de España con el Reino Unido.
¿Cómo es posible que se mantenga una actuación de la Comunidad Autónoma que, como reconoce el gobierno británico, puede afectar a las relaciones entre nuestro país y un Estado extranjero como el Reino Unido?



El desafío secesionista comenzó como un problema interno, pero con una inevitable transcendencia internacional. En el origen está el intento de una administración autonómica de actuar más allá de sus competencias y arrogarse facultades que son exclusivas del Estado. En el final se encuentra, según el proyecto nacionalista, la creación de un nuevo Estado; esto es, un acontecimiento esencialmente internacional. Entremedio, la administración autonómica intenta ser reconocida como un interlocutor por los actores internacionales, fundamentalmente los Estados. La denominada "internacionalización del proceso", anunciada por Artur Mas en el año 2012 era tanto el intento de que organizaciones internacionales y Estados presionaran al gobierno español para tolerar un referéndum de autodeterminación en Cataluña y, eventualmente, la secesión del territorio; como el reconocimiento de la Generalitat no como una mera administración infraestatal, sino como un actor internacional.
Hasta ahora no ha habido apoyos internacionales al proceso secesionista; pero ello se ha conseguido porque la diplomacia española ha actuado, presionado y llevado a cabo una política expresa de detención de las actuaciones de la Generalitat. Quien fue hasta hace no mucho Ministro de Asuntos Exteriores de España lo reconoció hace poco para escándalo de algunos; pero era una evidencia que España debería haber pagado precio al silencio de otros Estados en relación a estos temas. En diplomacia nada es gratis.
Así pues la internacionalización del proceso en el primero de los sentidos pretendidos ha sido un fracaso evidente, y no dejan de darse muestras de ello. Ningún Estado favorecerá que se rompan las reglas del Derecho internacional permitiendo un referéndum de secesión en Cataluña y creando una crisis de incalculables consecuencias en el núcleo mismo de la Unión Europea.
Ahora bien, en el segundo de los sentidos de la internacionalización no puede negarse que el proceso sí ha tenido avances, y el documento del Foreign Office lo prueba. El gobierno de la Generalitat es considerado un gobierno y con él se habla de temas que van más allá de las competencias autonómicas; pero si esto sucede no hemos de culpar a los Estados que admiten estas conversaciones o entrevistas, pues ellos no son responsables de verificar la constitucionalidad de las actuaciones de la Generalitat. Los Estados extranjeros se encuentran con autoridades españolas (pues la Generalitat es una administración española) que ejercen sus competencias con la autorización del Estado español y que, por tanto, pueden legítimamente pretender ser escuchadas.
En cierta forma es incoherente que la diplomacia española intente evitar los encuentros internacionales de Puigdemont y de Romeva a la vez que el Ministerio de Justicia parece no ver ningún problema en que dichas actuaciones se lleven a cabo. O dicho de otra forma; si en el ámbito internacional el Ministerio de Asuntos Exteriores dificulta la actuación de la Generalitat porque es incompatible con nuestro ordenamiento ¿no sería lógico que se pusieran en marcha los mecanismos internos que impiden dicha actuación ilegal y contraria a los intereses de España de la Generalitat? ¿Por qué intentamos resolver en el ámbito internacional un problema que podría solucionarse en clave meramente interna? No me extrañaría que los servicios diplomáticos de otros países manifestaran la misma sorpresa. En cierta forma la actitud del gobierno española, la utilizar medios diplomáticos para limitar la actuación de una administración española supone un cierto reconocimiento de que no la controla totalmente; y trasladar esta percepción tiene consecuencias desde la perspectiva internacional.

sábado, 22 de abril de 2017

Referéndum y desvergüenza

Vamos a repasar algunos hechos.
El 9 de noviembre de 2015 el Parlamento de Cataluña aprobaba una resolución (Resolución 1/XI) en la que se proclamaba el inicio del proceso de "desconexión"; esto es el de creación de un Estado independiente de España en el territorio de Cataluña.
La Resolución fue impugnada por el Gobierno de España ante el Tribunal Constitucional y en un primer momento suspendida su eficacia para, finalmente, ser declarada inconstitucional por medio de la Sentencia del Tribunal Constitucional 259/2015, de 2 de diciembre. Esta Sentencia no solamente indicaba que el contenido de la mencionada Resolución era incompatible con la Constitución, sino que todo el proceso de "desconexión" que pretende una derogación de la Constitución en Cataluña por la vía de hecho y la separación de Cataluña del resto de España al margen de los procedimientos de reforma constitucional y de manera unilateral, son incompatibles con la Constitución. Reproduzco a continuación un párrafo del Fundamento Jurídico Séptimo de la Sentencia que es, en este sentido de una extraordinaria claridad:


La Sentencia, además, realiza otra indicación de gran relevancia: la de que los poderes públicos han de comprometerse a actuar de acuerdo con lo que establece la Constitución, lo que no implica una adhesión ideológica a la misma, pero sí que ajusten su comportamiento a lo que prevé nuestra norma suprema. A continuación reproduzco otro párrafo de la misma Sentencia del TC, en este caso del Fdol Jurídico 4:


Tras esta Sentencia, sin embargo, y como es obvio, las instituciones autonómicas han continuado desarrollando actividades y adoptando resoluciones que pretenden implementar el proceso secesionista y que, por tanto, son incompatibles con la Constitución y que implican desobedecer la Sentencia del TC de 2 de diciembre de 2015.
Entre estas desobediencias ahora nos interesa la que resulta de la aprobación de la resolución del Parlamento de Cataluña sobre la realización de un referéndum de autodeterminación (Resolución 306/XI, apartado I). Esta Resolución instaba a que se celebrara un referéndum de autodeterminación en Cataluña, a más tardar en septiembre de 2017. Dicha Resolución fue impugnada ante el TC por el Gobierno al entender que suponía una nueva vulneración de la Sentencia del Tribunal Constitucional de 2 de diciembre de 2015. El Tribunal Constitucional, en su Auto de 14 de febrero de 2017 anuló los aspectos de dicha Resolución que habían sido impugnados, y estableció que la celebración de dicho referéndum suponía efectivamente, una vulneración no solamente de la Constitución, sino también de las Resoluciones anteriores del Tribunal Constitucional en la materia. Uno de los párrafos del Fundamento Jurídico 9 es especialmente claro a este respecto:


Teniendo esto en cuenta, y considerando que, como hemos visto antes, los titulares de cargos públicos  han de actuar dentro del marco que fija la Constitución, no cabe excesiva duda de que ninguna autoridad puede realizar actividades orientadas a la preparación o realización del mencionado referéndum de autodeterminación. Por si no fuera ya suficientemente claro, el Tribunal Constitucional lo hace expreso en su Auto de 14 de febrero


Esta obligación de abstenerse de realizar cualquier actuación dirigida a dar cumplimiento a la Resolución 306/XI en lo que se refiere a la convocatoria de un referéndum de autodeterminación en Cataluña, así como la de impedir cualquier iniciativa "jurídica o material" que tuviera por objeto el cumplimiento de dicha Resolución, fue comunicada personalmente, entre otros, al Presidente y miembros del Consejo de Gobierno de la Generalitat de Cataluña.

Ayer, 21 de abril, el Presidente de la Generalitat, los miembros de su Gobierno y otras autoridades suscribieron el documento que puede encontrarse en este enlace. En él los firmantes se comprometen a convocar y celebrar el referéndum de autodeterminación y, en su caso, a implementar las consecuencias de su resultado.


La noticia de este compromiso para la realización del ilegal referéndum está colgada en la página web de la Generalitat.


El Presidente de la Generalitat se compromete en público a realizar un acto ilegal, a desobedecer a la Constitución y al Tribunal Constitucional. Utiliza para ello un espacio que es de todos los catalanes y de todos los españoles, como es el Palacio de la Generalitat y lo difunde a través de una web que pagamos todos los catalanes y todos los españoles.
Y dicen que todo esto no tiene consecuencias jurídicas...
¿Cómo no va a tenerlas? ¿Es indiferente al Derecho que se formule un compromiso público de varias autoridades públicas que actúan como tales para realizar un acto contrario a la Constitución, expresamente prohibido por el Tribunal Constitucional y de cuya prohibición se informó personalmente a los que ahora se comprometen a realizarlo? ¿No tiene consecuencias jurídicas que se utilice el sello de la Generalitat para un compromiso que se sabe contrario a Derecho? ¿Es irrelevante jurídicamente que se dedique un espacio público a la escenificación de la intención de cometer una ilegalidad? ¿Carece de relevancia que se utilice la página web de la Generalitat de Cataluña para promocionar un referéndum de autodeterminación contrario a la Constitución y que supondría la derogación de ésta en Cataluña?
No, no es irrelevante jurídicamente lo que pasó ayer, no es indiferente al Derecho lo que estamos viviendo y tiene, por supuesto, consecuencias jurídicas.
Otra cosa es que algunos, por comodidad, se nieguen a asumir sus responsabilidades. Y por esta vía acabemos destruyendo nuestro Estado de Derecho.
La Historia pasará cuentas de lo que se ha hecho y de lo que se ha dejado de hacer en estas semanas.

domingo, 16 de abril de 2017

Hamlet para niños

Llevo doce años contando casi a diario un cuento para niños. Primero con mi hija mayor, Cecilia. Ahora con Amanda y Héctor, mis hijos pequeños, nacidos en 2009. Muchas veces los cuentos son variaciones sobre el mismo tema. Hay algunos personajes que se van repitiendo. Por ejemplo, Francis Bacon, un implacable asesino que invariablemente engaña a la policía y es desenmascarado por un niño que siempre está ahí para descubrir la verdad. Otros cuentos que se repiten son los de los krokut. Cuando un niño se porta mal, por la noche los krokut, una especie de monstruos parecidos a los murciélagos, los vienen a buscar para llevárselos a su cueva. Allí el niño se va transformando poco a poco en otro krokut hasta olvidarse de su familia. El cuento, invariablemente, nos habla de un niño que ya en la cueva se arrepiente de haberse portado mal y quiere escapar para no verse convertido en krokut. Evidentemente, el cuento acaba con el niño que ha recuperado su forma de niño y regresa a su hogar.
Pero todo esto acaba agotándose también, así que también recurro a los clásicos. Ya conté hace tiempo un "Macbeth para niños" y el otro día me atreví con un "Hamlet para niños". Es el relato que sigue.



Hace mucho años, en un reino llamado Dinamarca había un rey, pero un día se murió. Una enfermedad le invadió y en pocos días falleció. El rey tenía un hijo, Hamlet, de quince años de edad; pero como era todavía pequeño para reinar nombraron rey a su tío, el hermano del anterior rey. El nuevo rey decidió entonces casarse con la viuda del viejo rey, la madre de Hamlet, y así pasaron a ser el rey y la reina del país y Hamlet se sintió muy solo y abandonado.
Había pasado un tiempo desde la muerte del rey cuando Hamlet, en la noche, paseando cerca del castillo donde vivía con su madre y su padrastro, vio una figura misteriosa de color blanco que aparecía y desaparecía entre unos árboles. Hamlet tenía miedo cuando veía la figura y no se atrevía a aproximarse. Volvió al castillo, pero los siguientes días regresó al lugar donde había visto la figura. Cada noche aparecía y un día decidió avanzar hacia ella, entonces el fantasma -pues se trataba de un fantasma- se le acercó y le dijo:

- Hamlet, ¿no me reconoces?

Hamlet negó; entonces el fantasma le dijo: "Soy el fantasma de tu padre".
Hamlet se asustó y escapó corriendo; pero a la noche siguiente volvió al sitio en el que se aparecía el fantasma porque quería saber qué le podía contar.
A la hora habitual apareció el fantasma, se acercó a Hamlet y así le habló:

- Soy el fantasma de tu padre, y has de saber una cosa: mi muerte no fue natural, me asesinaron. Tu tío se acercó a mí mientras dormía y me echó un veneno en el oído. Ese veneno penetró en mi cuerpo y me provocó la enfermedad que me causó la muerte.

Hamlet se quedó estupefacto ante lo que le contaba el fantasma; y antes de que pudiera decir nada el fantasma continuó.

- ¡Es necesario que me vengues y mates a tu tío!

Y entonces el fantasma desapareció.

Hamlet se quedó solo y muy angustiado. Pensaba en lo que le había dicho el fantasma, pero no sabía si creerlo. El fantasma decía que era el de su padre muerto, pero Hamlet no estaba seguro, y lo que le explicaba era muy grave ¿cómo era posible que su tío hubiera asesinado a su propio hermano?
Hamlet quería olvidarse de lo que le había dicho el fantasma, pero no podía quitárselo de la cabeza. Si era verdad lo que le decía debería vengar a su padre, pero ¿cómo lo haría? ¿cómo podía estar seguro de que el fantasma decía la verdad?
Dudaba y dudaba Hamlet hasta que tuvo una idea. Sigilosamente entró en las habitaciones de su tío a ver si encontraba una pista. En la habitación miró y buscó y encontró una cosa que le llamó la atención, un embudo que parecía muy apropiado para colocarlo en un oído. Tomó el embudo y miró su interior. Vio que había gotas de un líquido y con mucho cuidado las recogió y las metió en un frasco.
Hamlet era aficionado a la ciencia y en sus habitaciones tenía un laboratorio. Utilizó el laboratorio para analizar el líquido que había encontrado y comprobó que efectivamente era un veneno.
Aquello le hizo ver la verdad: era cierto que su padre había sido asesinado por su tío y él tenía que vengarlo, pero ¿cómo?
Hamlet se puso a pensar y encontró una solución para su venganza. Preparó lo necesario y se dirigió a ver a su tío. 

- Tío, deberías entrenarme en el manejo de la espada. Tengo edad para aprender esgrima. ¿Me puedes enseñar?

Su tío se quedó un poco sorprendido, pero no se negó. Entonces Hamlet sacó las espadas que había traído. Eran espadas con un botón en la punta para no herirse; pero en una de ellas Hamlet había dejado una pequeña arista que podía rasgar la piel. En esa arista había puesto un poco de veneno. Le dio a su tío la otra espada y él se quedó con la que estaba envenenada.
Se pusieron a luchar con las espadas. Se movían mucho y sudaban, y el rey dispuso que sirvieran agua con limón. Hamlet estaba cansado y sediento y bebió de la limonada que habían preparado.
Llevaban luchando un rato cuando Hamlet consiguió rasgar la piel de su tío. Éste se dio cuenta de que había sido herido, aunque superficialmente.
Al ver que había conseguido hacerle sangrar Hamlet dejó de luchar y le dijo a su tío.

- Ahora morirás, la punta estaba envenenada y así vengaré a mi padre.

El rey se dio cuenta de lo que había pasado y se giró enfurecido hacia Hamlet.

- Me matarás, sí, pero yo también a ti. La limonada que has bebido estaba envenenada. Te mataré a ti igual que antes maté a tu padre.

Entonces Hamlet comenzó a sentirse mal. Notaba que se le nublaba la vista por el veneno de la limonada, a la vez el rey se caía como consecuencia del veneno de la espada.
La reina que estaba viendo la escena soltó un grito: no podía creer lo que oía. Su marido había matado a su anterior marido y ahora su hijo estaba envenenado.
La reina corrió hacia su hijo mientras el rey moría. Como la reina era maga, tenía hierbas que curaban y se las puso a Hamlet en la boca para que las masticara. Al hacerlo se pasó el efecto del veneno en la limonada y se recuperó.
El rey había muerto y Hamlet fue coronado nuevo rey. Vivió muchos años junto con su madre y fue un rey justo para Dinamarca
Y cuento contado, cuento acabado.


miércoles, 5 de abril de 2017

UAB

Estremece (o debería estremecer) leer el relato que se hace en el artículo que firma Margarita Arboix, Rectora de la UAB, en "El País":

"En los últimos meses, la organización de Societat Civil Catalana a la UAB ha sido objeto de acoso por parte de un grupo reducido de jóvenes agrupados en una autodenominada Plataforma Antifascista. La parada montada por Societat Civil Catalana para hacer propaganda política fue desmantelada y se profirieron insultos contra miembros de este grupo. También se quemó alguna bandera española. Todo eso en medio de una fuerte tensión y con una notable violencia verbal y gestual".

El asedio al que se refiere la Rectora comenzó hace un año, y ya tuve ocasión de referirme a él en varias ocasiones en este mismo blog (aquí, aquí y aquí). Entiendo que en su relato la Rectora se refiere al último episodio de violencia sufrido por "Joves SCC-UAB", un grupo de estudiantes de la UAB constituido en colectivo dentro de la Universidad, episodio que padecieron el 14 de marzo pasado y en el que la carpa que habían montado (para "hacer propaganda política", según la expresión de la Rectora) fue boicoteada y asaltada; robada la bandera española que allí había y quemada delante mismo de los jóvenes de SCC. Para acabar se roció con un extintor la carpa, lo que motivó que, finalmente, el colectivo abandonara la plaza. A continuación dejo algunas imágenes y vídeos de los hechos a los que se refiere la Rectora en el párrafo que acabo de transcribir.





Como puede verse en el vídeo, aparte de lo que indica la Rectora, nos encontramos con la utilización del extintor contra quienes estaban en la carpa y no estamos solamente ante insultos, sino ante consignas tan explícitas como "sin piernas, sin brazos, nazis a pedazos". Aparte, en el segundo vídeo se escucha claramente cómo uno de los jóvenes le pide a los servicios de seguridad del campus que llamen a los Mossos d'Esquadra.

Nos encontramos, es evidente, ante hechos de una enorme gravedad. Tanto en sí mismos como porque implican el intento de acallar una determinada voz en el espacio público; y en este caso, además, en una Universidad. No es extraño que estos hechos hayan sido condenados por personas (incluidos varios diputados desde la tribuna del Parlament) e instituciones. Entre otras, por el Ayuntamiento de Cerdanyola, el municipio en el que se ubica la UAB, y también por el Ayuntamiento de Terrassa, y que se hayan presentado iniciativas en el Parlamento de Cataluña con el fin de estudiar lo sucedido.
Quien todavía no ha condenado estos hechos es la UAB. En el artículo de la Rectora que da pie a esta entrada se dice:"El equipo de Gobierno de la UAB ha emitido diversos comunicados de condena cuando se han producido hechos como los relatados más arriba". Bien, es cierto que el equipo de gobierno de la UAB ha emitido comunicados de condena ante algunas acciones de "los encapuchados" (a quienes por su asiduidad en nuestro campus deberemos dedicar algún artículo específico de los estatutos de la UAB); así por ejemplo cuando un grupo de ellos intentó sustraer material del servicio de reprografía de la Facultad de Filosofía y Letras dos días después del ataque a la carpa de SCC



Pero nunca se han condenado los ataques a las carpas del colectivo "Joves SCC-UAB". Resulta sangrante esta condena selectiva por parte del equipo de gobierno de la UAB que, inevitablemente, traslada la imagen de que los ataques que sufre SCC no tienen la misma entidad que, por ejemplo, el intento de que unos encapuchados sustraigan material de una fotocopiadora. Me pregunto cómo es posible que en el artículo de la Rectora se pretenda confundir al lector haciendo creer que la UAB ha condenado las agresiones que sufre SCC cuando eso es radicalmente falso. Nunca se han condenado los ataques que sufren los integrantes de ese colectivo en la UAB.
Siendo Rectora Marga Arboix, las carpas de SCC fueron atacadas el 2 y el 12 de diciembre. Los hechos del día 2 han dado lugar a una instrucción penal que concluye que se produjeron delitos que merecen la apertura del juicio oral. Los hechos del 12 fueron denunciados ante la policía y están pendientes de investigación. Vídeos e imágenes de los incidentes de entonces pueden encontrarse en las entradas del blog que citaba antes. Ninguno de estos ataques fue condenado.
El día 13 de diciembre no pudo desarrollarse un cinefórum organizado por el colectivo "Joves SCC-UAB" porque los autodenominados "anfifascistas" habían ocupado el lugar en el que se pensaba desarrollar. Al final el cinefórum tuvo lugar en un aula y protegidos por miembros del equipo de seguridad de la UAB ante la presencia de "antifascistas" armados con palos que amenazaban con acceder al local donde se desarrollaba el acto. En aquella ocasión la UAB sí que emitió un comunicado en el que recordaba el derecho de todos a utilizar los espacios de la Universidad, pero en el que tampoco había una condena a quienes coaccionaban a los integrantes de SCC.


Ese mismo día 13 de diciembre, y con posterioridad al comunicado, un grupo de asistentes al cinefórum fueron perseguidos por el campus por un grupo enardecido. Esa persecución, que ha sido denunciada a Fiscalía, tampoco ha sido condenada por el equipo de gobierno de la UAB. Tampoco las pintadas contra SCC o el señalamiento con pegatinas del despacho de quien esto escribe


fue condenado por el equipo de gobierno de la UAB. Finalmente, tampoco el ataque del día 14 de marzo con el que comenzaba fue objeto de condena, pese a que, como reconoce ahora el equipo de gobierno, se produjeron los incidentes que describe el artículo firmado por la Rectora, y, como hemos visto, alguno más.

A partir de aquí la Rectora se queja de que la acuse de pasividad. Bien, creo que es una acusación que ha de mantenerse. Como hemos visto, y pese a que en su escrito quiere hacer creer lo contrario, no han existido esos comunicados de condena que dice haber realizado. En todo este asunto ha pretendido mantener una inadmisible equidistancia entre los agresores y los agredidos. Incluso en este artículo que nace para dar respuesta a las acusaciones de pasividad que pesan sobre el equipo de gobierno no puede evitar introducir esa equidistancia cuando indica que se ha de reaccionar ante este tipo de actuaciones "recriminando a los que perpetran y poniéndose al lado de quienes las padecen "siguin qui siguin els uns i els altres".
Bien Rectora, pues esto no es lo que ha sucedido. Como hemos visto no ha habido recriminación hacia quienes acosan (que son unos, no otros, basta ya de equidistancia), pero tampoco ha habido ponerse al costado de quien padece.
El 12 de diciembre, cuando estábamos rodeados por quienes querían atacar la carpa informativa en la que yo estaba, te llamé, dijiste que enviarías a la Vicerrectora de Estudiantes. Media hora después, cuando estábamos ya rodeados por los atacantes y los Mossos te volví a llamar y te pregunté dónde estaba la Vicerrectora y me dijiste que estaba ya en la Plaza Cívica, pero que no se pondría a nuestro lado, que era lo que yo esperaba de acuerdo con lo que tú misma escribes en el artículo. No creo que haya mejor metáfora de la equidistancia que ha caracterizado la actuación del equipo rectoral en este tema que la imagen de la Vicerrectora separada unos cincuenta metros de donde estábamos nosotros y contemplando desde allí como unos acosaban y otros eran acosados.

Y digo equidistancia por ser generoso, porque mientras en este artículo se califica de "propaganda" lo que hace el colectivo "Joves SCC-UAB", a la entrada de la UAB cuando se llega a la estación de los Ferrocarriles Catalanes lo que se ve es esto:


¿Es esto propaganda? La ideología dominante y la firma de sus autores (el puño y la firma: SEPC).
En el fondo lo que pasa es que quienes creían que la UAB era suya pretenden expulsar a quienes sostienen ideas diferentes, y aquí el Rectorado ha optado por no enfrentarse a quienes parecen controlar realmente la Universidad ("La UAB será siempre nuestra", dicen).
Que a estas alturas todavía no haya habido ninguna medida contra un colectivo universitario que en su twitter incluye imágenes de actos delictivos e incívicos ¿no puede calificarse como pasividad?
Que no se hubiera llamado a los Mossos d'Esquadra cuando se estaban cometiendo actos delictivos en la Plaza Cívica de la UAB, tal como hemos visto ¿no es pasividad?
Cuando se opta por la mediación entre los agresores y los agredidos ¿no es equidistancia y, por tanto, apoyo a los agresores?
Tenemos mucha tarea por delante en la UAB y me quedo con una cosa positiva en el artículo de la Rectora: si hiciera lo que en él se dice, condenar las agresiones, recriminar a los agresores y solidarizarse con los agredidos, habríamos dado pasos adelante en la recuperación de la normalidad en nuestra Universidad.