Convivencia Cívica Catalana ha publicado un informe que muestra que el conocimiento del castellano de los alumnos catalanes es inferior al de los alumnos de otras comunidades autónomas.
Este no es un tema menor. Recuerdo que
cuando llegué a Cataluña, hace veinte años, preguntaba cómo era posible que sin
apenas recibir clases en castellano los alumnos catalanes tuviesen un dominio
del español no solamente similar, sino superior (según me contaban) al de
alumnos de comunidades autónomas que recibían toda su enseñanza en castellano
(o casi toda, descontamos las horas de idioma extranjero).
La respuesta que me daban es que
simplemente funcionaba: el alumno recibía prácticamente toda sus enseñanza en
catalán, tenía tan solo un par de horas de castellano a la semana, pero según
decían eso era suficiente.
La experiencia personal, que siempre es anecdótica,
indicaba lo contrario. Faltas y errores gramaticales en textos escritos incluso
por estudiantes universitarios eran más frecuentes que en otras partes, y todos
hemos visto alguna vez la incomodidad con la que se expresan en castellano
algunos jóvenes procedentes de zonas fundamentalmente catalanoparlantes.
La lógica nos debería indicar que en el
área metropolitana de Barcelona y en otros lugares en los que la utilización
del castellano es amplia no deberían existir dificultades para aprender el idioma
incluso aunque no se impartiera en la escuela; aunque lógicamente el lenguaje
culto o técnico y el dominio gramatical junto con la corrección ortográfica
serían más difíciles de conseguir. Es lógico. En mi familia utilizamos casi
exclusivamente el castellano y mi hija a veces pregunta cuál es la palabra en
esa lengua para términos técnicos que tan solo conoce en catalán (seno y coseno
en matemáticas, por ejemplo).
Esta misma lógica debería conducirnos a
pensar que en las zonas catalanoparlantes donde la educación es casi
exclusivamente en catalán el nivel de castellano debería ser menor que el de
alumnos educados en comunidades castellanoparlantes donde la escuela es
mayoritamente en español.
Frente a esta lógica los apóstoles de la
inmersión lingüística repiten sin cesar que los resultados de los alumnos
catalanes en castellano superan los de comunidades en los que la enseñanza es
únicamente en castellano ¿milagro?
No, no se trata de un milagro, sino de
una mentira. Tal como se indica aquí en realidad no se realizan pruebas
homogéneas en las diferentes comunidades autónomas que permitan hacer
comparaciones. Las últimas que se realizaron datan del año 2003 y muestran lo que
la lógica adelanta: que el nivel de castellano de los alumnos catalanes es inferior
al de los alumnos de otras partes de España.
Pero aún más. En otro informe, en este
caso de la Fundación Jaume Bofill (a partir de la p. 208) se muestra que los resultados en ciencias o
matemáticas de los niños que tienen como lengua materna el castellano son
peores que los resultados de los niños que tienen como lengua materna el
catalán. Lógico, por otra parte, ya que en todo el mundo se sabe que la
educación en la lengua materna es una ventaja, por lo que no debería
sorprendernos que los alumnos catalanes que tienen como lengua familiar el
catalán se vean favorecidos por el sistema educativo frente a quienes tienen
como lengua materna el castellano... que es la primera lengua de más de la
mitad de la población de Cataluña,
En definitiva, tenemos un sistema que no
permite que los estudiantes catalanes alcancen el mismo nivel de dominio del
castellano que los alumnos de otras Comunidades Autónomas y que, además,
conduce a que los alumnos con lengua materna castellana tengan peores
resultados en materias como ciencias o matemáticas.
Frente a estos datos quienes defienden la
inmersión solamente saben repetir un mantra: la inmersión es un modelo de éxito
reconocido internacionalmente que garantiza la cohesión social.
Pues bien, ni es un modelo de éxito, como
acabamos de ver; ni está reconocido internacionalmente, pues en prácticamente
en ningún lugar se da que los alumnos no puedan estudiar en su lengua materna
que, además, es una de las oficiales del territorio, ni garantiza la cohesión
social, porque conduce a que los resultados educativos de los
castellanoparlantes sean peores que los de los catalanoparlantes.
¿Hay alguien al otro lado que esté
dispuesto a debatir en serio sobre el modelo educativo en Cataluña?
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