Tras la superioridad mostrada por Brawn en las primeras carreras del Mundial, y una vez aclarado el tema del doble difusor; todo el mundo esperaba el regreso a Europa para comprobar en qué forma el resto de escuderías introducían las necesarias reformas en sus coches. En este sentido, Barcelona, Mónaco y Turquía eran (son) las citas clave. Si tras estas carreras Brawn continuaba mostrándose superior al resto podríamos dar el Mundial por finalizado; de otra forma, todavía quedaría competición.
Bien, pues, de momento, dos de tres. En Barcelona los Brawn se mostraron insultantemente superiores a los demás y en Mónaco, donde pensaba que las cosas se igualarían (véase la entrada "Britannia rule the race"), Brawn ha vuelto a demostrar que su coche está claramente por delante de todos los demás. Bien es cierto que Raikkonen estuvo a punto de arrebatarle la pole a Button, y que la victoria de éste se vio favorecida por el tapón de Vettel en las primeras vueltas y por la poco lucida actuación de Barrichello. Pero hay que recordar que Barrichello, con todas y con esas ¡fue segundo! Dicen que el valor de un coche lo da el resultado de su segundo piloto; si esto es así hay que concluir que el Brawn es mejor que cualquier otro coche de la parrilla, condúzcalo quien lo conduzca.
De hecho, todos parecen empezar a rendirse al prodigio surgido del estudio de Ross Brawn, y esta temporada podría pasar a la Historia como la segunda en que un equipo nuevo en el campeonato se alza con el título de pilotos y de escuderías (la primera ocasión fue, obviamente, el año de creación del campeonato). No he comprobado el dato; pero no me extrañaría nada que así fuera, que hasta ahora ningún equipo haya sido capaz de ganar el Mundial en el año de su debut.
El que esto finalmente suceda o no depende -a mi juicio- de dos circunstancias. La primera de ellas es la reacción del resto de equipos. Ferrari ha tenido una progresión muy importante: En Mónaco Raikkonen perdió por la pole por 25 milésimas, con una carga de combustible no muy inferior a la de Button; y la vuelta rápida en carrera fue para Massa. Se aprecia que Ferrari ya es el primero de los perseguidores, y dado el potencial del equipo, es probable que aún conserven mejoras para introducir en Turquía y en el resto de carreras. Ahora mismo el título se les ha puesto muy cuesta arriba; pero podrían pasar a ser el equipo dominador en la segunda parte del campeonato. McLaren también ha mejorado, y deberemos esperar para ver si esa progresión se mantiene, mientras que Renault y Red Bull parecen haberse estancado; pero no puede descartarse que las cosas cambien. Turquía será, seguramente, la última oportunidad para la reacción de estos equipos. Si esta se produjera aún podríamos disfrutar de carreras disputadas.
La segunda circunstancia es la actitud de la FIA. Estamos acostumbrados a que a lo largo de la temporada se produzcan circunstancias que tienden a igualar el campeonato. Hace unos años, cuando Renault parecía que iba a arrasar, la FIA le obligó a quitar el Mass-Damper, y el campeonato se igualó. En 2007, cuando McLaren dominaba, estalla el escándalo del espionaje a Ferrari. En la temporada actual las dudas sobre la legalidad de algunos de los elementos del Brawn han estado presentes desde antes de arrancar la primera carrera. La FIA rechazó la reclamación sobre el doble difusor y parece que el resto de los equipos han asumido que quejarse no conducirá a nada. Ahora mismo, además, asistimos a un interesante debate acerca de las condiciones del campeonato del año que viene, en el que las posiciones de la FIA y de los grandes equipos se encuentran muy alejadas. Quizás, sin embargo, en caso de llegarse a un acuerdo entre Ferrari, McLaren, Renault, BMW, etc, por una parte; y la FIA, por otra; se abrieran nuevas perspectivas sobre la interpretación del reglamento vigente y su aplicación por los equipos, lo que podría conducir a un escrutinio detallado del Brawn. Se trata, por supuesto, tan solo de una especulación.
Bien, pues, de momento, dos de tres. En Barcelona los Brawn se mostraron insultantemente superiores a los demás y en Mónaco, donde pensaba que las cosas se igualarían (véase la entrada "Britannia rule the race"), Brawn ha vuelto a demostrar que su coche está claramente por delante de todos los demás. Bien es cierto que Raikkonen estuvo a punto de arrebatarle la pole a Button, y que la victoria de éste se vio favorecida por el tapón de Vettel en las primeras vueltas y por la poco lucida actuación de Barrichello. Pero hay que recordar que Barrichello, con todas y con esas ¡fue segundo! Dicen que el valor de un coche lo da el resultado de su segundo piloto; si esto es así hay que concluir que el Brawn es mejor que cualquier otro coche de la parrilla, condúzcalo quien lo conduzca.
De hecho, todos parecen empezar a rendirse al prodigio surgido del estudio de Ross Brawn, y esta temporada podría pasar a la Historia como la segunda en que un equipo nuevo en el campeonato se alza con el título de pilotos y de escuderías (la primera ocasión fue, obviamente, el año de creación del campeonato). No he comprobado el dato; pero no me extrañaría nada que así fuera, que hasta ahora ningún equipo haya sido capaz de ganar el Mundial en el año de su debut.
El que esto finalmente suceda o no depende -a mi juicio- de dos circunstancias. La primera de ellas es la reacción del resto de equipos. Ferrari ha tenido una progresión muy importante: En Mónaco Raikkonen perdió por la pole por 25 milésimas, con una carga de combustible no muy inferior a la de Button; y la vuelta rápida en carrera fue para Massa. Se aprecia que Ferrari ya es el primero de los perseguidores, y dado el potencial del equipo, es probable que aún conserven mejoras para introducir en Turquía y en el resto de carreras. Ahora mismo el título se les ha puesto muy cuesta arriba; pero podrían pasar a ser el equipo dominador en la segunda parte del campeonato. McLaren también ha mejorado, y deberemos esperar para ver si esa progresión se mantiene, mientras que Renault y Red Bull parecen haberse estancado; pero no puede descartarse que las cosas cambien. Turquía será, seguramente, la última oportunidad para la reacción de estos equipos. Si esta se produjera aún podríamos disfrutar de carreras disputadas.
La segunda circunstancia es la actitud de la FIA. Estamos acostumbrados a que a lo largo de la temporada se produzcan circunstancias que tienden a igualar el campeonato. Hace unos años, cuando Renault parecía que iba a arrasar, la FIA le obligó a quitar el Mass-Damper, y el campeonato se igualó. En 2007, cuando McLaren dominaba, estalla el escándalo del espionaje a Ferrari. En la temporada actual las dudas sobre la legalidad de algunos de los elementos del Brawn han estado presentes desde antes de arrancar la primera carrera. La FIA rechazó la reclamación sobre el doble difusor y parece que el resto de los equipos han asumido que quejarse no conducirá a nada. Ahora mismo, además, asistimos a un interesante debate acerca de las condiciones del campeonato del año que viene, en el que las posiciones de la FIA y de los grandes equipos se encuentran muy alejadas. Quizás, sin embargo, en caso de llegarse a un acuerdo entre Ferrari, McLaren, Renault, BMW, etc, por una parte; y la FIA, por otra; se abrieran nuevas perspectivas sobre la interpretación del reglamento vigente y su aplicación por los equipos, lo que podría conducir a un escrutinio detallado del Brawn. Se trata, por supuesto, tan solo de una especulación.
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