sábado, 8 de agosto de 2009

La lógica y la egiptología





El antiguo Egipto me fascina, como a muchos; y como les sucede a muchos, mis conocimientos sobre el Reino de los Faraones son más bien limitaditos. Por eso, seguramente, a continuación diré alguna tontería y espero que alguno de los lectores me haga el favor de corregirme. Pero bueno, para eso están los blogs (entre otras cosas) para poder decir cosas sin tener que ser excesivamente riguroso.
El caso es que desde hace tiempo me sorprenden algunos argumentos, afirmaciones o conclusiones sobre el Antiguo Egipto. Mi mosqueo empezó hace más de diez años, cuando leí un libro que se titulaba algo así como "El misterio de Orión". En ese libro se desarrollaba una teoría sobre la función de las pirámides que negaba que fueran tumbas de faraones. No entraré ahora en la teoría, una más de las muchas que se han lanzado sobre tan fascinantes construcciones; porque lo que me interesa es, en este caso la teoría "ortodoxa" sobre las pirámides y la forma en que se ridiculizaba en el libro. Veámoslo a través de un imaginario diálogo entre un egiptólogo (E) y un simple curioso (C):

C: Entonces ¿cuál era la función de las pirámides?
E: Tumbas de los faraones.
C: Y ¿en qué forma se enterraba a los faraones en las pirámides?
E: Bueno, no lo podemos saber exactamente...
C: ¿Y eso?
E: Es que no hemos encontrado el cadáver de ningún faraón en las pirámides.
C: ¿No hay cadáveres de faraones en las pirámides?
E: No
C: ¿Por qué no hay cadáveres de faraones en las pirámides?
E: Se los han llevado los ladrones de tumbas.
C: Y si no han encontrado cadáveres en las pirámides ¿cómo saben que son tumbas?
E: Ya le he dicho que no hay cadáveres porque se los han llevado.
C: ¿Quién se los ha llevado?
E: Los ladrones de tumbas.
C: ¿Tienen ustedes pruebas de ello?
E: Pues claro, si no fuera por los ladrones de tumbas los cadáveres de los faraones estarían en las pirámides.
C: Pero, si no hay cadáveres ¿cómo pueden saber que son tumbas?
E: Ya le he dicho que los cadáveres fueron saqueados hace muchos siglos...
C: Sí, ya sé, por los ladrones de tumbas.
E: ¡Exacto! Al fin lo ha entendido.
C: Así que sin los ladrones de tumbas la teoría (mejor digamos, hipótesis) de que las pirámides son tumbas de faraones se vendría abajo.
E: No le acabo de entender.
C: Quiero decir que sin tales ladrones desconocidos no podríamos sostener que las pirámides son tumbas de faraones. Si los ladrones de tumbas salen de la explicación la teoría se cae.
E: Bueno, sí.
C: Ya.

Nunca lo había visto desde esta perspectiva, pero leyendo ese libro pensé que es extraño que una teoría rigurosa descanse sobre unos ladrones de tumbas. Las pirámides son tumbas, no hay cadáver, pero si no está es porque lo han robado. Vamos, con ese argumento no vayas a juicio porque se carcajean en tu cara.

Me he acordado ahora de esto porque hace unos días estuve visitando una exposición en el Museo Marítimo de Barcelona donde se reproduce la tumba de Tutankamón. La exposición está realmente bien, muy bien montada y organizada, la recomiendo. Pero a lo que voy es a que en un par de momentos te explican que la tumba fue saqueada, lo que explicaría el desorden existente y que las puertas de la capilla donde se encontraba su sarcófago estuvieran abiertas. Esta explicación me dejó perplejo, porque cinco minutos antes nos habían dicho que Howard Carter, el descubridor de la tumba, había encontrado intactos los sellos de la entrada ¿cómo habían entrado, entonces los ladrones? De nuevo los ladrones de tumbas, cual deus ex machina salían en ayuda de los egiptólogos cuando se llegaba a un punto desconcertante.
A mi, en filosofía de COU me habían explicado algo así como que la explicación más sencilla ha de ser siempre preferida (creo que esto lo llamaban la Navaja de Ockam); en este caso, habiendo sellos intactos en la entrada de la tumba la hipótesis de que los ladrones son los causantes del desorden en la tumba no puede ser apoyada; de la misma forma que, mientras no aparezca el cadáver de un faraón en una pirámide (o encontremos e interroguemos a alguno de los famosos ladrones de tumbas que tanto parecían abundar en Egipto) no estaremos en condiciones de, con rigor, mantener que la función de tan extraordinarias construcciones fue servir de tumba a los faraones.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yò acabo de releer - despuès de varios años - el ya antiguo ( pues se escribiò en la dècada de los 70´s ) libro titulado Cuando las Piedras Hablan, los hombres Tiemblan, de R. Benavides, el contrariamente a los aburridos centìficos, que niegan todo lo que no pueden explicar - aunque ellos tampoco tengan la respuesta - nos da un paseo por Egipto y Amèrica, e incluso por las desaparecidas culturas como La Atlàntida o el Continente de Mu
Imagino que lo conoces

Yò amigo, prefiero mil veces esas teorìas...porque los otros...pues poco han dicho que no haya sido negado años despuès o corregido y aumentado, o totalmente descalificado...

abrazos

Rafael Arenas García dijo...

Hola Adelfa,
pues no lo conozco. Lo buscaré. No es que sea muy dado las teorías "heterodoxas"; pero me perturba bastante que el paradigma paralice el pensamiento o la investigación. Que se asuma que ciertas cosas "no pueden ser" y ya está. Esto sí que me parece profundamente acientífico.
Abrazos para ti también.

Anónimo dijo...

A mi entender, ni siquiera las construyeron los egipcios. Hay un detalle significativo: las que se creen más antiguas son las más perfectas.
EL pueblo egipcio habitó ese territorio y ya las pirámides estaban levantadas. Ellos imitaron mejor o peor esa arquitectura, pero no llegaron ni de lejos a igualarla.

Saludos.