domingo, 15 de mayo de 2016

Ha nacido una estrella... otra vez

Hace mucho que no escribo sobre Fórmula 1, pero hoy es un día en el que toca hacerlo. El 18 de septiembre de 2008 redacté una entrada titulada "Ha nacido una estrella" con motivo de la primera victoria de Sebastian Vettel en un gran premio. Entonces decía que pasados muchos años, cuando Vettel hubiera ganado ya algún título mundial o estuviera retirado convertido en una leyenda del deporte, podríamos decir que habíamos sido testigos, aunque fuera por televisión, de su primera victoria. Hoy debo repetir discurso en relación a la victoria de Verstappen en el Gran Premio de España.
Decía entonces, y tengo que repetir ahora, que ganar una carrera de Fórmula 1 es muy difícil, mucho. Si tomamos esta temporada y las dos anteriores (2015 y 2014) veremos que tan solo han ganado alguna carrera aparte de Verstappen, Rosberg, Hamilton, Vettel y Ricciardo. Solo cinco vencedores en 43 carreras. Si añadimos la temporada 2013 y sus 19 carreras tan solo sumaremos otros dos nombres a esta lista de ganadores, los de Räikkönen y Alonso. Esto nos da idea de lo complicado que es conseguir ver en primer lugar la bandera a cuadros en una de las competiciones más selectas del mundo: El campeonato de Fórmula 1. ¡Cuántos pilotos excelentes habrán acabado su carrera deportiva sin haber ganado ni una sola carrera! Es claro que hacerlo es ya todo un logro. Pero es que en el caso de Verstappen se dan circunstancias que convierten el logro en excepcional.
En primer lugar su juventud. Es el piloto más joven en ganar un Gran Premio, con tan solo 18 años, quitándole el record precisamente a Vettel, que había conseguido su victoria del año 2008 con 21 años. Es impresionante esta precocidad y, probablemente será un record imposible de superar, puesto que tras la entrada de Verstappen en la Fórmula 1, cuando tan solo tenía 17 años, se introdujo una regla que fija los 18 años como edad mínima para pilotar un Fórmula 1. De esta forma la única posibilidad de que el record que ha obtenido le sea arrebatado es que un piloto gane un gran premio en su primera temporada en la Fórmula 1 y, además, que haya iniciado esa temporada con tan solo 18 años.
Lo más destacado de la victoria de Verstappen, sin embargo, es que la ha conseguido en su primera carrera con su nuevo equipo, Red Bull, habiéndose producido su incorporación, además, con la temporada ya iniciada, sin haber tenido la posibilidad de aclimatarse al coche durante la pretemporada. Esto es realmente impresionante.
Los coches de Fórmula 1 no son como los coches de calle, evidentemente. Por una parte su manejo varía de uno a otro, pues cada volante es diferente y las operaciones que el piloto tiene que hacer no se realizan de la misma manera en uno y otro coche. Es cierto que Red Bull y el equipo del que procede Verstappen, Toro Rosso, están integrados y, por tanto, algún conocimiento podría tener el piloto antes de su cambio de garaje acerca de las particularidades del Red Bull; pero este conocimiento no le habría permitido tener la familiaridad de la que goza el resto de la parrilla al haber podido entrenar durante meses en el simulador de su vehículo. Además, hemos de tener en cuenta que el piloto no tuvo tampoco la posibilidad de probar el coche antes del inicio del Gran Premio. En la Fórmula 1 no está permitido que los coches rueden fuera de los Grandes Premios más que en los reducidos entrenamientos que se producen, fundamentalmente, antes del inicio de la temporada. Esta limitación en los entrenamientos dificulta la evolución de los coches, pero, además, en un caso como el de Verstappen, le obliga a abordar la calificación y la carrera con tan solo la preparación que le ofrecen las tres tandas de entrenamientos libres. Es decir, antes de la calificación Verstappen había dado tan solo 70 vueltas completas con el coche que debería luego conducir en calificación y en carrera.
Que hubiera conseguido la victoria es extraordinario teniendo en cuenta lo anterior. Evidentemente, hay circunstancias que le han ayudado, en concreto, la estrategia seguida respecto a él por el equipo ya que la opción de dos paradas se demostró al final preferible a la teóricamente superior de tres. Los dos "segundos pilotos" de Red Bull y Ferrari a los que se adjudicó dicha estrategia (Verstappen y Räikkönen) acabaron al final favorecidos por ella frente a los teóricamente primeros pilotos (Ricciardo y Vettel), que siguieron una estrategia de tres paradas. Evidentemente el choque entre los dos Mercedes (¿qué le pasa a Hamilton?) también le vino de perlas al joven holandés; pero todo esto se olvidará, igual que se ha olvidado el error en la elección de neumáticos en calificación de Hamilton en Monza 2008 que propició que saliera retrasado lo que favoreció el triunfo de Vettel, porque lo único que cuenta es que un jovencillo de 18 años ha ganado su primera carrera de Fórmula 1 tras haber cambiado de equipo tan solo quince días antes y demostrando una madurez impropia de quien es todavía un adolescente.
Ha nacido una estrella, sin duda. Veremos si tiene un futuro tan brillante como el de Vettel. Veremos, en cualquier caso tiene muchos, muchos años por delante para hacernos disfrutar.


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