miércoles, 6 de mayo de 2009

Enigma



A la memoria de Juan Miquel

Oculta la ironía en el dictamen,
dormida tanta gracia que escondía,
perdíamos del verbo la alegría.
Sólo como materia de un examen
o de algún académico certamen
aquel árido texto se leía.
Real creían lo que parecía,
sin ver en tan sutil trama el ligamen.
Ni polvo eran ya los fríos restos
del romano doctor que con su genio
se rió de los juristas peripuestos,
cuando otro empeñó todo su ingenio
en ver los artificios interpuestos;
y al final el enigma mostró al Genio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los grandes hombres, como este docto Catedràtico en Derecho Romano, traspazan apenas las fronteras de lo visible, ya que permenecen vivos en los corazones y en el recuerdo.
Hermosos versos amigo mìo...

Rafael Arenas García dijo...

Cierto, Armida. Muy cierto. Saludos, amiga.