Me ha llamado la atención lo que ha dicho Helmut Kohl estos días en que se conmemoraba la caída del Muro de Berlín. Quien era canciller de la República Federal de Alemania cuando cayó el Muro (entonces había que distinguir entre la República Federal de Alemania, RFA, y la República Democrática de Alemania, RDA; o, como se veía en los chándals de sus deportistas, DDR) ha reconocido que el único que estuvo entonces incondicionalmente con Alemania fue Felipe González. A los más jóvenes les puede causar cierta sorpresa esta manifestación o, simplemente, parecerles que se trata de una batallita del abuelo; pero no quiero dejar pasar la ocasión de destacarlo.
jueves, 12 de noviembre de 2009
España y el Muro
Ahora todo parece natural y sencillo; pero en 1989 existían muchísimas dudas sobre la unificación de Alemania; lo "normal" hubiera sido mantener los dos Estados separados. La RFA era un país rico, muy rico; pero planteaba dudas que pudiera asumir los costes que suponía la reunificación; por otra parte, Francia, el Reino Unido, la Unión Soviética y Estados Unidos no estaban del todo convencidos de que la reunificación fuera conveniente. De hecho, en 1989 la RFA aún mantenía, en ciertos aspectos, su condición de país ocupado. No fue más que tras la reunificación cuando se puso fin formalmente a la ocupación de Alemania por parte de las potencias vencedoras de la II Guerra Mundial; y para ello Alemania tuvo que garantizar formalmente que no pretendería modificar su frontera con Polonia.
Todo esto puede sonar muy antiguo; pero fue muy real y con una gran influencia en el mundo en el que vivimos actualmente. Repito que ahora todo parece muy natural; pero en 1989 podría haber sucedido que la RDA no se hubiera integrado en la RFA y, a partir de ahí, probablemente la apertura al Este de la Unión Europea no hubiera sido lo que fue.
Y nada sería como fue si no hubiera sido por Helmut Kohl, quien apostó decididamente por hacer algo histórico en lugar de, simplemente, acompañar a los acontecimientos. Y Helmut Kohl se enfrentó a ese paso histórico sin contar más que con un apoyo firme en la Unión Europea (entonces todavía Comunidad Económica Europea), el de Felipe González. Me imagino que en momentos así se agradece la comprensión y solidaridad, y el hecho de que 20 años después Kohl lo haya reconocido dice mucho de lo importante que fue para él aquel apoyo.
Eran otros tiempos, sin duda. A veces me vienen a la cabeza las imágenes de González, Mitterand, Kohl, Delors y Tatcher caminando juntos en alguna reunión de la Comunidad Europea y tengo la sensación de que entonces existía un cierto sentido de lo que era la política a largo plazo. ¿Sería posible hoy la unidad de Alemania? lo dudo.
Quizá fuera bueno recuperar algún político de aquella época para esta Europa que se empezará a construir tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa. Felipe González aún está ahí, activo; y podría ser, seguramente, un excelente Presidente del Consejo Europeo; para mi gusto mucho mejor que Tony Blair.
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2 comentarios:
¡MUCHO MEJOR...QUE DUDA CABE!, de hecho en la España posfranquista nadie como Felipe Gonzàlez..hasta ahora...y ademas con su peso especìfico y su experiencia, serìa una imagen mas conciliadora, sin el lastre polìtico de Tony Blair, y definitivamente, con otros ideales...
maravillosa entrada...
abrazos
¡Gracias Adelfa! Me alegra que tú también lo veas así. No perdamos toda la esperanza...
Abrazos.
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