viernes, 15 de marzo de 2013

Sobre rigor y responsabilidad

Una de las muchas críticas que se hacen al actual sistema político español es que ha fracasado como mecanismo para conseguir que los puestos de mayor responsabilidad estén ocupados por las personas más capaces, preparadas y con mejores valores. Al revés, si uno mira a uno y otro Parlamento, Gobierno o Alta Institución se encuentra con un número elevado de imputados (falta de valores), gente sin la adecuadad formación para la tarea que desempeña (falta de preparación) y -a los hechos me remito- escasamente capaces, tal como sufrimos todos los ciudadanos un día sí y otro también.
Seguramente no es fácil encontrar una explicación a tamaño desastre; pero sí que existen algunas cosas que cada uno de nosotros, modestamente, puede hacer para intentar paliarlo. Una de ellas es denunciar aquello que se entiende que no se ajusta a lo que debería ser, y en eso estoy.
Una de las instituciones creadas por el Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006 es el Consell de Garanties Estatutàries. Este "Consell" está integrado por juristas de reconocida competencia (art. 77 del Estatuto de Autonomía de Cataluña) y tiene como función emitir dictámenes sobre la adecuación al Estatuto de Autonomía y a la Constitución de las reformas del Estatuto y de los proyectos de ley; así como de informar antes de que se interponga un recurso de inconstitucionalidad por el Parlamento de Cataluña o el Gobierno de la Generalitat (art. 76 del Estatuto de Autonomía).

(Miembros del Consell de Garanties Estatutàries siguiendo un pleno del Parlament de Catalunya)

Se supone que es un órgano reservado a juristas de reconocida competencia y prestigio que han de obrar con independencia de criterio. Son nombrados a propuesta del Parlamento de Cataluña y del Gobierno de la Generalitat (art. 77.1 del Estatuto de Autonomía). Para garantizar su adecuación al puesto se someten a una audiencia en el Parlamento de Cataluña en la que explican su curriculum y méritos y los diputados pueden requerir las aclaraciones que estimen oportunas; en la misma línea que los "hearings" en el Congreso o en el Senado de Estados Unidos que algunas veces hemos visto en las películas (maravillosa, por ejemplo, "Tempestasd sobre Washington").
La diferencia es que en Estados Unidos -hasta donde yo sé- a nadie se le ocurre presentar un candidato que no reúna méritos suficientes, porque los congresistas y senadores son duros y lo que allí pasa tiene transcendencia. Aquí, en cambio, con frecuencia nos encontramos ante un ejercicio patético en el que los méritos presentados no alcanzarían para un puesto de muchísimo menos relieve y responsabilidad que el pretendido y las intervenciones de los diputados, con frecuencia, carecen de profundidad alguna. Además, estas audiencias no encuentran eco en los medios de comunicación, de manera que es probable que hayamos tenido más noticia de una que ha tenido lugar en Washington que de las que se celebran en Madrid o Barcelona.
Por casualidad he tenido acceso a una de estas audiencias en las que se verificaba la adecuación de varios candidatos al Consell de Garanties Estatutaries al que antes me refería. Aquí puede verse la comparecencia al completo; pero quiero destacar la defensa del curriculum que hace uno de los candidatos y dejar que sea el lector quien juzgue si reúne méritos para aspirar al cargo que ocupa (interviene en catalán, pero creo que puede entenderse bastante bien). También dejo la intervención del único diputado que, a mi juicio, planteó objeciones de verdad al candidato. La intervención de este diputado es en castellano.



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