El pasado 26 de agosto, el medio alemán "Taz" publicaba un artículo sobre la división en Cataluña entre los independentistas y quienes nos oponemos a la secesión. A continuación aporto una traducción del mismo, incluyendo también los links insertados en el artículo original.
Llamo la atención especialmente sobre el tratamiento que se hace del acoso a SCC en la UAB. En el artículo se recogen las agresiones sufridas y éstas se documentan con los vídeos que pueden encontrarse en Internet en relación a tales agresiones.
El periodista ha optado por estructuras el artículo a partir de la contraposición de los planteamientos de Anna Gabriel y los míos, aprovechando la circunstancia de que Anna Gabriel y yo coincidimos por primera vez en la Facultad de Derecho, yo como profesor y ella como alumna de Derecho internacional privado. A través del artículo me he enterado de alguna cosa que nunca me hubiera imaginado.
El referéndum de secesión en Cataluña
El sueño de la república de izquierdas
El terrorismo en España ha suspendido el
debate sobre la independencia solo de forma momentánea.
El referéndum divide a la izquierda
BARCELONA taz / Durante un par de horas
Anna Gabriel y Rafael Arenas estuvieron unidos –en el dolor. ¿Aún viven mis
parientes y amigos? ¿Están heridos? Estas son las preguntas que les asaltaron
tras los atentados islamistas de los días 17 y 18 de agosto en Cataluña. Por un
momento Gabriel –una diputada en el Parlamento de Cataluña- interrumpió su
campaña por la independencia de la región en el noreste de España, y Arenas –un
activista a favor de España- se preocupó por sus seres queridos y no por la
integridad territorial de la Nación española.
El sábado miles volverán a manifestarse
contra el terrorismo en Barcelona. “No tengo miedo”, gritarán en el Paseo de
Gracia, con sus espléndidos edificios estilo “art noveau”.
También el Rey de España estará. Pero los
atentados no habrán cambiado que Gabriel y Arenas están distanciados, tal y
como toda Cataluña está dividida. El Rey no debe acudir a la manifestación,
mantiene el partido de Gabriel, “Candidatura de Unidad Popular”, abreviado CUP.
Arenas piensa que el movimiento secesionista es corresponsable de que las
fuerzas de seguridad de la región y del gobierno central hubieran colaborado de
una manera inadecuada.
Gabriel y Arenas tienen sin embargo mucho
en común: ambos han estudiado Derecho. Como catedrático de Derecho
internacional privado, él fue su profesor. Ambos están a favor de introducir un
ingreso básico incondicionado y de admitir a más refugiados. Están en contra de
reducir los derechos de los trabajadores y de la privatización del sistema
sanitario. Anna Gabriel y Rafael Arenas se sitúan ambos en la izquierda.
Ningún consenso a la vista
Pero en el debate sobre la independencia
llevan meses luchando de forma implacable. La CUP de Gabriel prepara, junto con
el gobierno de Cataluña, de carácter conservador, un referéndum para el 1 de
octubre, en el que quieren preguntar al electorado de la región si Cataluñadebe convertirse en un Estado independiente. Si la mayoría así lo decide, dosdías después de conocerse el resultado se declarará la independencia de España,incluso contra la voluntad del gobierno central en Madrid.
Arenas ha argumentado en contra de esta
posibilidad, por ejemplo como comentarista invitado en el New York Times.
Durante un año fue presidente de la asociación “Sociedad Civil Catalana”, la
organización no partidista más importante contraria a la independencia.
El Ministerio Fiscal español amenaza a
los políticos y funcionarios que preparan el referéndum con penas de prisión o
pecuniarias. La policía ya ha comenzado a practicar interrogatorios. El
gobierno regional, sin embargo, mantiene su pulso y prepara las leyes que hande regular los detalles de la separación de Madrid. Si el referéndum, pese a
las presiones, finalmente tiene lugar, Madrid podría desplegar la Guardia
Civil, un cuerpo de policía organizado militarmente, para retirar las urnas.
Nadie sabe qué pasaría si se encuentran con resistencia.
Y eso en el centro de uno de los países
más grandes de la UE y en una de sus regiones más importantes económicamente,
con Barcelona y la Costa Brava, que los alemanes tan bien conocen como destino
de vacaciones. El conflicto en Cataluña afecta también a Alemania, ya que el
gobierno regional pretende que el nuevo Estado se integre en la Unión Europea y
en la Eurozona. Berlín tendría entonces derecho de veto.
Si Cataluña con sus 7,4 millones dehabitantes llegara a ser independiente, otras minorías podrían sentirse
alentadas a seguir el mismo camino. Hay separatistas entre los vascos en España
y Francia, los escoceses en Gran Bretaña, los habitantes del Tirol del Sur en
Italia o entre los húngaros de Eslovaquia, Rumanía y Croacia. Volverían las
disputas sobre fronteras a Europa.
¿Por qué una izquierdista como Anna Gabriel apoya el movimiento nacionalista en Cataluña? Sonríe cuando oye la
pregunta. Con 41 años es portavoz del grupo de la CUP en el Parlamento. Este
grupo consiguió en las últimas elecciones solo un 8% de los votos y no es parte
del gobierno, pero solo gracias a los votos que salieron de sus escaños pudollegar a ser presidente el conservador Carles Puigdemont.
Gabriel se sienta –muy tiesa- en su
pequeño despacho en el sótano del Parlamento en Barcelona. En la pared tras
ella cuelga una placa con el lema “Free Kurdistan”. Lleva una camiseta negra,
un corto flequillo, un gran aro de metal en una oreja y cuatro anillos en la
otra.
“Vengo de una familia trabajadora”,
explica. Sus padres siempre tuvieron una gran conciencia de clase. Los
sindicatos, el anarquismo, el comunismo, eran temas habituales en su familia.
“Ya cuando era pequeña, hablábamos mucho de política. Y siempre con el espíritu
de buscar la justicia”.
Gabriel llega a la conclusión: “Es
imposible conseguir más derechos para las trabajadoras, más control sobre la
economía y más soberanía para el pueblo dentro del Estado español”
La secesión podría traer más justicia
social, porque en Cataluña hay una mayoría para ello –a diferencia de lo que
sucede en el resto de España. Esa es la esperanza de Gabriel. Para ella la
independencia de Cataluña es un medio para emprender “el camino hacia el socialismo”,
como se denomina en el programa electoral de la CUP.
Hace poco Gabriel presentó un cartel de la CUP de cara al referéndum que explica la estrategia sobre esta cuestión: en el cartel
se ve a una mujer de la limpieza con una gran escoba que barre al rey español,
los políticos acusados de corrupción, el presidente del gobierno central, un
torero y un cardenal de un mapa de Cataluña. “Barreremos el capitalismo, el
patriarcado, la corrupción y la monarquía”, dicen Gabriel y sus compañeros. “La
independencia es para cambiarlo todo”, promete.
Gabriel reprocha a la Casa Real y al
Gobierno Central una parte de la responsabilidad en el doble atentado en
Cataluña. España participó en la Guerra de Irak del año 2003, lo que contribuyó
a la aparición del “Estado Islámico”. Y el Rey mantiene buenas relaciones con
las monarquías del Golfo, que financian el terrorismo.
En el programa de la CUP figuran
propuestas tan radicales como la semana laboral de 30 horas o que no deba ser
pagada la deuda pública. La familia clásica es descrita por Gabriel como
“pobre”. Ella preferiría tener hijos de forma colectiva, sin que se
desarrollara ningún sentimiento de pertenencia respecto a los padres
biológicos.
El Parlamento de Cataluña se reúne dos
pisos por encima del despacho de Gabriel, en una sala pequeña pero espléndida
del siglo XVIII. Tres voluminosas lámparas esféricas cuelgan del techo y hay
dos columnas de mármol en los laterales. Los diputados se sientan en bancos con
tapicería roja.
A finales de julio de 2015 la mayoría delParlamento –incluida la CUP- presionó los botones verdes ante sus escaños. Se
decidió que las viviendas vacías de los bancos debían ser dadas en alquiler a
personas sin recursos. Gabriel está muy orgullosa de ello. Sin embargo, esa ley
ha sido suspendida por el Tribunal Constitucional español porque la regiónhabía sobrepasado sus competencias. Para Gabriel, este episodio muestra que con
España no puede realizarse ningún avance social.
Es indiscutible que el movimiento a favor
de la independencia ha crecido como consecuencia de la crisis económica de
2007, las protestas masivas de 2011 contra las medidas de austeridad, el
desempleo y la corrupción. Pero ¿qué posibilidades hay de que una política de
izquierdas sea posible en una Cataluña independiente?
Para comprobarlo viajemos desde Barcelona
por la costa 110 kilómetros hacia el oeste, cerca de la ciudad de Tarragona.
Aquí, en una superficie de más de 74 hectáreas, directamente sobre el mar,
surge un gigantesco complejo de casinos, hoteles y negocios –un Las Vegas del
Mediterráneo. El grupo del “Hard Rock Café”, de Estados Unidos quiere instalarallí 1200 máquinas y 100 mesas de juego para póker y similares. El gobierno
regional atrae a potenciales inversores con sustanciosas ventajas fiscales.
“Eso es lo contrario a una verdadera
política de izquierdas” dice Rafael Arenas, el antiguo profesor de Derecho de
Gabriel. El también quiere más justicia social, pero sus exigencias son más
moderadas. Tiene 50 años, es decir, casi 10 años más que Gabriel, lleva barba corta
y una camisa blanca recién planchada. Arenas tiene tres hijos –de la misma
mujer, con la que comparte el cuidado de los mismos.
Arenas explica que los separatistas no
han parado en el parlamento catalán el proyecto del Casino ni cortado las
exenciones fiscales. “En los ámbitos en los que Cataluña tiene competencia
legislativa los partidarios de la independencia no han hecho casi nada”.
Tampoco han revertido las participación de empresas privadas en la sanidad y en
la educación.
Pero ¿acaso no ha promulgado el
Parlamento de Cataluña leyes progresistas? “Ellos sabían que esas normas serías
suspendidas, porque no entran dentro de las competencias de la región”,
responde Arenas. Si pudieran ser realmente efectivas no hubieran podido ser
adoptadas a causa de la oposición del sector conservador en el gobierno.
“El movimiento independentista está
dirigido por la derecha”, dice Arenas. La parte más fuerte en el gobierno
catalán es el partido conservador PDCat. Su compañero de coalición más fuerte,
la socialdemócrata ERC, debe aceptar ciertos compromisos para alcanzar la
independencia.
Y si la república catalana no trae la
revolución ¿entonces qué? ¿Chauvinismo como tantos nacionalismos del pasado?
Anna Gabriel sonríe de nuevo. Su voz
permanece tranquila y clara: “El movimiento independentista en Cataluña “
–responde la política de la CUP- “es muy antifascista”.
A Gabriel le gusta remitirse a la
historia: bajo el régimen del dictador Francisco Franco se discriminó a la
cultura catalana. El general gobernó España con mano de hierro desde su golpe
de Estado en 1936 contra el gobierno republicano que había sido elegido hasta
su muerte en 1975. Franco derogó el Estatuto de Autonomia que había dado a
Cataluña, por ejemplo, un gobierno, un parlamento y competencias en materia
educativa.
El catalán es un idioma propio
El catalán, la lengua románica propia,
con una tradición literaria milenaria, dejó de ser lengua oficial y fue
prohibida en la administración pública. Es por ello que desde entonces el
nacionalismo catalán se posicionó contra Franco, que había sido apoyado por la
Italia fascista y la Alemania nazi. “No hay ningún discurso identitario ni
tampoco ninguna exclusión de las naciones”, afirma Gabriel.
Cuando Rafael Arenas se dirige hacia el
campus de su Universidad, cerca de Barcelona, desde la estación de tren su
mirada se detiene en el gigantesco grafitti que ocupa todo a lo largo la pared
del edificio de la "Mensa", que también acoge dependencias
administrativas. En el grafitti está pintada una bandera soviética roja y un
símbolo amarillo y rojo del movimiento independentista. En medio, un puño
negro. Bajo la pintada se puede leer: "Independencia, Socialismo,
Feminismo". La firma es del SEPC, las siglas de una organización
estudiantil financiada por la CUP de Gabriel y cuyos miembros practican, por logeneral enmascarados y con bengalas ardiendo, desfilan por el campus
En postes a lo largo del camino hay
peganitas con la inscripción "FCK SCC". SCC es la abreviatura para el
nombre de la organización pro-España de Arenas. "También lo han pegado en
la puerta de mi despacho", se queja el profesor.
En su despacho Arenas muestra fotos y
vídeos de actos de SCC en el campus. Unos 30 individuos, parcialmente
enmascarados bloquean de forma intimidante la entrada a un acto de SCC. Gritan "La Autónoma será siempre
nuestra" y "Fascistas"
En una ocasión una parada de SCC en el
campus fue atacada por los denominados antifascistas con un extintor de
incendios. Arrancaron una bandera española y la quemaron. Por lo general, los
actos de SCC en el campus tienen que ser protegidos por personal de seguridad
y, en ocasiones, también por la policía
Arenas ha traído a Laura Casado y María
Domingo. Ambas estudiantes colaboran con el grupo en la Universidad de SCC.
"Han recogido firmas para expulsarnos de la Universidad, explica Casado. "A
mí me escupieron en la biblioteca", dice Domingo. Al comienzo éramos 13
estudiantes, pero ahora solo somos 5 "a causa de las presiones"
"Reaccionarios e intolerantes"
- así califica Arenas a muchos separatistas
El ámbito universitario es una excepción.
La amplia mayoría de los defensores de la independencia son pacíficos; pero hay
entre ellos hay corrientes de izquierdas que no se han distanciado de manera
clara de las agresiones contra SCC u otras organizaciones. ¿Qué opina Anna
Gabriel de estos ataques a la organización de su antiguo profesor?
Ante esta pregunta la sonrisa desaparece
del rostro de Gabriel de manera abrupta. Su mirada se vuelve fría. Bien, dice,
SCC niega al pueblo catalán el derecho a la autodeterminación, que está
reconocido en la Carta de las Naciones Unidas. Tienen vínculos con miembros de
grupos con ideología fascista. Por eso no es sorprendente que quienes quieren
más democracia en Cataluña, "reaccionen" cuando ven una parada de SCC
en la proximidad de miembros de la extrema derecha.
La mezcla con la derecha
En los vídeos de un acto de SCC pueden
apreciarse algunos skinheads; pero eso ocurrió en una ocasión y, en cambio, en
otros actos de SCC no hay presencia de elementos de la extrema derecha.
Arenas también explicó que él había
pedido a la policía presente que se interpusiera entre la gente de SCC y los
elementos de extrema derecha para aislarlos. Además, él y su organización sehan distanciado de los nazis y de los fascistas.
"Pero en el momento en el que te
posicionas contra la secesión, para muchos independentistas automáticamente
eres un fascista", se queja Arenas. El sudor cae de su frente. Hace calor
en su despacho pese a que el ventilador delante de su mesa está encendido. Y
vuelve el debate porque los frentes están firmemente establecidos.
“La reacción a los atentados ha mostrado
lo profunda que es la grieta en la sociedad catalana, explica. El gobierno
regional ha utilizado esta tragedia para mostrar al mundo que Cataluña funciona
como un Estado. La policía regional se dio cuenta demasiado tarde, tras la
explosión de la casa de los terroristas el día antes de los atentados, que allí
se estaba preparando los ataques. Y no permitieron a la Guardia Civil
investigarlo.
En la estantería de Arenas los libros de
Derecho se alinean uno junto a otro. Entre ellos, el “Schönfelder”, un
archivador de plástico rojo con leyes alemanas. “Como los españoles formamos
una sola comunidad política, los ciudadanos de Huelva, Madrid o Galicia, por
ejemplo, tienen el derecho de mudarse a Cataluña, vivir aquí y elegir el
Parlamento regional”, explica el jurista.
Ahora son automáticamente considerados
como nacionales. “Tras una secesión esos ciudadanos perderían estos derechos”.
Es por esto que deben decidir sobre si se produce la secesión. “No se puede
privar al conjunto de los españoles de un derecho sin consultárselo”.
En el escritorio de Arenas se acumulan
también obras de referencia sobre Derecho internacional público. Las necesita
para el debate sobre Cataluña. “La parte del derecho a la libre determinación
de los pueblos que conduce al derecho de secesión, de acuerdo con los tratados
internacionales y las resoluciones de las Naciones Unidas, solo se aplica a
situaciones coloniales o cuando hay una vulneración grave y sistemática de los
derechos fundamentales”, dice Arenas. Y al fin y al cabo los catalanes vivimos
en España, que es una democracia.
Los catalanes se sienten desfavorecidos
Sin embargo, muchos catalanes se
consideran oprimidos: "Cuando estás ante un tribunal o quieres comunicarte
con la justicia te encuentras con que menos de un 5% de los jueces en Cataluña
hablan catalán o dictan sus sentencias en catalán", dice Anna Gabriel.
Para muchos separatistas también hay una "opresión cultural" al
catalán por parte de las fuerzas policiales controladas por Madrid
"Me parto de risa cuando oigo
esto", responde Arenas. "Mis hijos tienen, como la mayoría de los
catalanes, el español como lengua materna. Pese a ellos, desde la guardería
solamente escuchan catalán, aparte de las horas de clase de español, que no
comienzan hasta que tienen seis años. ¿Dónde está la opresión? En la
administración de la región el español se ha reducido al mínimo. "Lo que
quieren es que se pierda el español, y eso lo encuentro perverso", dice
Arenas
Anna Gabriel ve esta posibilidad muy
lejana. Promete un "trato preferencial" al español por ser la lengua
materna de muchos catalanes
Pero trato preferencial no quiere decir
igualdad de trato. De todas formas, Gabriel sustituye con satisfacción en
ocasiones el español por gestos. Para ella el idioma es también un medio para
mostrar poder. Explica que Arenas daba siempre sus clases en la Universidad en
español, "yo le hacía preguntas en catalán y él siempre me respondía en
catalán. Eso me gustaba, porque me mostraba que era yo quien mandaba".
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