domingo, 26 de agosto de 2018

Vacaciones 2018. Unidad y diversidad

Hace unos meses dudábamos sobre si podríamos hacer vacaciones, y al final, si bien no salimos de España, fueron de lo más variadas.
A principios de julio estuvimos en Santander. Para mi no eran vacaciones, tenía un curso en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo; pero como mi mujer y mis hijos ya estaban de vacaciones y mi cuñada pudo cogerse unos días me acompañaron y pudimos pasear por la ciudad, comer juntos y pasarlo bien. Para mí fue una experiencia bonita, tanto por lo que compartí con mi familia como por el encuentro con los participantes en el curso. Me pude quedar solamente un día, pero aún así fue una experiencia intensa y enriquecedora.




Los últimos días de julio comenzaron las vacaciones de verdad. El primer destino, Asturias, el hogar, los amigos de siempre. Menos días que otros años, pero el tiempo se estira menos de lo que quisiéramos. De nuevo esa sensación de estar en casa, de que al llegar es como si me hubiera ido ayer.
Quizás no por casualidad allí escribí una cosa que se titulaba "la vida es muy hermosa".



Unos días en Barcelona y hacia Huesca, parando en Santes Creus




Y ya en el Pirinero de Huesca, y con base en Boltaña




hubo tiempo para visitar Ordesa y hacer la ruta entre la pradera de Ordesa y Cola de Caballo







Hacer rafting en el río Esera




Montar a caballo en Saravillo, en el valle del Gitaín





y visitar pueblos que parecen sacados de otro tiempo



Y tras unos días en Barcelona, la última etapa de las vacaciones, Almería. Una visita especial este año que nos trasladó a unos paisajes completamente diferentes. Del norte verde y brumoso al paisaje casi desértico en algunos lugares, al verde de los oasis y a las playas casi solitarias de Cabo de Gata





Un lugar en el que es posible encontrar camaleones por los caminos y disfrutar a la fresca de la noche





Mucha variedad como puede verse; y en esta ocasión sin salir de España, visitando puntos diferentes del país en los que se aprecia esa red de vínculos, relaciones y preocupaciones que nos convierte en una comunidad, en una unidad dentro de la diversidad.
Nos hace falta reflexionar sobre esa unidad. En todos los puntos que visité (en todos) advertí fuerzas centrífugas que pueden convertir esa diversidad en enfrentamiento. Es necesario ser conscientes de ello, y para conseguir que esa diversidad sea una riqueza debemos insistir en aquello que nos une, en aquellos proyectos que son comunes y en los que andaluces, aragoneses, valencianos, asturianos, catalanes... puedan identificarse para sentirse orgullosos de lo mucho que hemos conseguido juntos.

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