El señor Romeva es un mentiroso y un miserable y ha de dimitir.
En lo que se refiere a la mentira, es preciso tener en cuenta que para ser partícipe en el proceso secesionista alguna alergia a la verdad hay que tener, pues es preciso sostener cosas como que tras la secesión de Cataluña el nuevo Estado sería integrante sin solución de continuidad de la UE o que el Derecho internacional ampararía un referéndum de secesión en Cataluña o que existe una imaginaria decisión del Tribunal Internacional de La Haya que establece que el principio de legalidad cede ante el principio democrático; pero en el caso de Raül Romeva se va un paso más allá. Hace unos días comprobamos que un memorándum de su departamento del que, supongo, se hace responsable, hace decir al informe de la Comisión de Venecia sobre la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional justo lo contrario de lo que en realidad dice. Pretender que un documento mantiene que el Derecho español actual no cumple con los estándares exigidos por el Convenio europeo de Derechos humanos cuando dicho documento dice justa y expresamente lo contrario entra de lleno en la categoría de mentira vergonzante y este hecho, por sí solo, debería supone el cese o la dimisión del responsable. Aquí, sin embargo, esta mentira flagrante está pasando sin que nadie se lleve las manos a la cabeza ni se exijan responsabilidades.
Sin salir del terreno de la mentira, esta mañana, en el Parlamento, el señor Romeva ha tenido una intervención deplorable. Dejo el vídeo para que se pueda verificar lo que dijo:
El consejero de asuntos exteriores, relaciones institucionales y transparencia de la Generalitat se refiere a la manifestación del domingo pasado, convocada por Societat Civil Catalana con el lema "Aturem el cop separatista. Por la libertad, la democracia y la convivencia". Una manifestación que reunió a 15.000 personas para reclamar que el gobierno de la Generalitat dejara de actuar al margen de la ley y se respetara el Estado de Derecho (aquí puede leerse el manifiesto de la convocatoria).
Miles de ciudadanos manifestándose pacíficamente, haciendo ondear banderas catalanas, españolas (algunas republicanas) y europeas, ciudadanos congregados por un lema muy claro: "Por la libertad, la democracia y la convivencia"
A estos ciudadanos es a los que el señor Romeva llama falangistas, y lo hace porque desde siempre la táctica del nacionalismo ha sido la de colocar a quienes no comparten sus planteamientos fuera del ámbito legítimo del debate. Los que no comparten sus ideas pasan a ser "fachas", "franquistas", "antidemocráticos"; y eso pese a que hagan expreso su compromiso con los valores democráticos o, como pasa en el caso de Societat Civil Catalana, pese a que esta asociación haya recibido el prestigioso premio "Ciudadano Europeo" que concede el Parlamento Europeo.
Todo esto es igual para los nacionalistas, que no saben dialogar, sino que lo que pretenden es estigmatizar a quienes no comulgan con sus planteamientos.
Evidentemente lo que dijo Raül Romeva es falso, da apuro hasta tener que explicarlo y no pretende justificarlo porque me parece denigrante tener, a estas alturas, que explicar que no soy un fascista. Quien quiera puede leer todo lo que he escrito, repasar mis intervenciones públicas y verá cuál es mi pensamiento. No haré cuestión de debate de lo que, para mí, es un insulto miserable.
Y lo que digo para mí lo digo para los muchos amigos con los que compartí manifestación, diputados como Sonia Sierra, Susana Beltrán, Carlos Carrizosa, David Pérez, Fernando Sánchez Costa, María José García Cuevas, Segio Sanz.. intelectuales como Félix Ovejero o Francesc de Carreras, voluntarios y amigos de SCC a los que conozco bien y de los que sé su espíritu democrático, jóvenes de los que padecen el acoso de los intolerantes en la UAB...
Y aquí llega la segunda parte, porque lo que ha dicho Romeva no carece de consecuencias. El constante señalamiento del discrepante que con tanta soltura practican los nacionalistas acaba afectando a la capacidad de expresarse que tienen quienes no comparten los planteamientos secesionistas.
Precisamente hace pocas horas sabíamos que en la vivienda que figura como sede de SCC en Vilanova i la Geltrú había aparecido esta pintada:
En la UAB cada carpa que coloca el colectivo de "Joves SCC-UAB" ha sido boicoteada, cuando no atacada por una plafaforma que, de forma expresa, tiene como objetivo expulsar a SCC del campus. En el vídeo que sigue puede verse el último ataque padecido
Si los líderes políticos no dudan en, miserablemente, señalar a quienes piensan diferente, como fascistas, no deberían extrañarse de que haya quien reaccione ante estos pretendidos "nazis" con actitudes intolerantes como las que acabo de reseñar. Si, además, estas actitudes violentas no son condenadas cuando se producen, los violentos se sentirán cada vez más legitimados para seguir coartando la libertad y amenazando la seguridad de quienes no comparten el credo nacionalista.
Esta es la situación que padecemos. Una quiebra democrática profunda de la que las irresponsables, mentirosas y miserables palabras de Raül Romeva son una muestra palpable.
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