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"El sistema educatiu
La Generalitat de Catalunya ha organitzat, a partir dels anys vuitanta, un sistema educatiu que garanteix la prioritat del català com a llengua pròpia de l’ensenyament, el coneixement de les dues llengües oficials al final de l’escolarització obligatòria, la cohesió social i, en darrer terme, el manteniment de la identitat lingüística dels catalans.
Aquesta política educativa s’ha concretat en el programa d’inmersió lingüística, mitjançant el qual els alumnes reben l’ensenyament en la llengua del país independentment de la seva llengua familiar, des de la seva incorporació a l’escola fins al final de l’escolarització obligatòria. La llengua castellana i l’anglesa s’introdueixen en un segon moment. Aquesta estratègia d’ensenyament ha rebut el suport pràcticament unànime de la població catalana i, en canvi, ha estat combatuda per diferents instàncies i opcions polítiques estatals" (p. 66)
Me quedé un tanto de pasta de boniato al leer esto. De hecho, creo que me voy a comprar el libro, porque algunas de las viñetas pretendídamente cómicas no tienen desperdicio y me gustaría poder dedicarles también algo de atención. Lo que transcribo, sin embargo, creo que es suficiente para darse cuenta de que este libro de texto, utilizado en el sistema público de educación en absoluto se limita a transmitir información con objetividad y a formar en el conocimiento, la crítica y la pluralidad. La idea de la nación construida en torno a un idioma no es ni mucho menos un consenso social, ni en España ni en otros países. No puede darse por sentado como si fuera indiscutible. La idea de que si no se habla más el catalán es culpa de Francia y España carece de apoyos y ni siquiera está argumentada. En lo que se refiere al sistema de inmersión lingüística la afirmación de que la práctica unanimidad de la sociedad catalana lo apoya requeriría algún contraste en cifras; práctica unanimidad significa que el apoyo está cercano al 100% ¿es esa la situación actual en Cataluña? Por otra parte, mantener que la inmersión es "combatida" por opciones políticas estatales supone ignorar que en el Parlamento de Catalunya (no en el Congreso de los Diputados de Madrid) se sientas unos cuantos diputados que respresentan a fuerzas catalanas y que tampoco están de acuerdo con el sistema de inmersión. De hecho, éste ha sido un punto de debate durante la reciente campaña electoral.
Creo que no podemos ser indiferentes a esta forma de "enseñar"; utilizar el sistema educativo como vehículo de construcción nacional es más viejo que el andar a pie; y, además, es eficaz; por eso hay que garantizar que los valores que se transmitan sean objetivos y compartidos por todos. De hecho, una presentación equilibrada de distintas posiciones y argumentos sería más acorde con el Estado democrático en el que vivimos. Libros como el que aquí comento son más propios de otras épocas, de otros regímenes, de otros educadores también imbuidos de una misión: construir una nación y enfrentarla a sus enemigos interiores y exteriores.