Nueva temporada en la Fórmula 1 y se mantiene la tendencia: hace cinco o seis años la Fórmula 1 era bastante previsible; unos pocos datos bastaban para poder predecir el resultado final de una carrera. Recuerdo una carrera en el 2005 o 2006 en Montmeló en que la gran preocupación para los seguidores de Alonso era que en un determinado momento de la carrera Raikonnen rodaba ¡dos décimas por vuelta más rápido que el asturiano! Aquellas dos décimas, multiplicadas por el número de vueltas que faltaban para el cambio de gomas permitían prever ya sin poco error cuál de los dos pilotos acabaría por delante del otro.
Desde hace unos años, en cambio, la Fórmula 1 es menos previsible. Se eliminó el V10 y los coches pasaron a usar motores V8 menos potentes, lo que igualó prestaciones entre unos y otros; se limitó la aerodinámica, se estableció un solo suministrador de neumáticos... todos cambios que han redundado en que, por una parte, los coches están más igualados que antes y, por otra parte, es fácil que durante la carrera existan grandes diferencias en el rendimiento del mismo coche (y aquí los neumáticos son los principales responsables de esta situación).
Esta primera carrera de la temporada ha dado muestra de ello. Los cuatro primeros han sido pilotos de equipos diferentes (Red Bull, McLaren, Renault y Ferrari), lo que parece augurar que serán varios los pilotos que estarán peleando por las victorias (aún habrá que ver, sin embrgo, cuál es el auténtico potencial de Red Bull, pero eso lo dejo para otra carrera). Durante la carrera se produjeron cambios significativos y variación en el rendimiento de los coches, lo que ha facilitado adelantamientos, a lo que contribuye también la normativa sobre el kers y el alerón móvil. Por último, el desgaste de los neumáticos ha introducido incerteza y emoción; y ha facilitado que se siguieran distintas estrategias (los tres primeros hicieron dos paradas; Alonso, cuarto, fue el primero entre los que hicieron tres paradas y, sorprendentemente, el séptimo clasificado fue un debutante, Sergio Pérez ¡que hizo una sola parada!).
El resultado es que tendremos una temporada muy divertida y, a la vez, difícil de analizar. Hay muchísimas cosas que no entiendo en la temporada actual; por ejemplo, por qué hay tanta diferencia entre los tiempos de clasificación y de carrera; por qué los Red Bull tienen mucho mejor rendimiento en la calificación que luego en la carrera; cómo es posible que un piloto haya hecho la carrera con solamente una parada cuando otros han tenido que hacer tres... en definitiva, incógnitas que, quizás, se vayan desvelando en las siguientes carreras.
En cualquier caso, a relajarse y a disfrutar de lo que parece que será una gran temporada.
Desde hace unos años, en cambio, la Fórmula 1 es menos previsible. Se eliminó el V10 y los coches pasaron a usar motores V8 menos potentes, lo que igualó prestaciones entre unos y otros; se limitó la aerodinámica, se estableció un solo suministrador de neumáticos... todos cambios que han redundado en que, por una parte, los coches están más igualados que antes y, por otra parte, es fácil que durante la carrera existan grandes diferencias en el rendimiento del mismo coche (y aquí los neumáticos son los principales responsables de esta situación).
Esta primera carrera de la temporada ha dado muestra de ello. Los cuatro primeros han sido pilotos de equipos diferentes (Red Bull, McLaren, Renault y Ferrari), lo que parece augurar que serán varios los pilotos que estarán peleando por las victorias (aún habrá que ver, sin embrgo, cuál es el auténtico potencial de Red Bull, pero eso lo dejo para otra carrera). Durante la carrera se produjeron cambios significativos y variación en el rendimiento de los coches, lo que ha facilitado adelantamientos, a lo que contribuye también la normativa sobre el kers y el alerón móvil. Por último, el desgaste de los neumáticos ha introducido incerteza y emoción; y ha facilitado que se siguieran distintas estrategias (los tres primeros hicieron dos paradas; Alonso, cuarto, fue el primero entre los que hicieron tres paradas y, sorprendentemente, el séptimo clasificado fue un debutante, Sergio Pérez ¡que hizo una sola parada!).
El resultado es que tendremos una temporada muy divertida y, a la vez, difícil de analizar. Hay muchísimas cosas que no entiendo en la temporada actual; por ejemplo, por qué hay tanta diferencia entre los tiempos de clasificación y de carrera; por qué los Red Bull tienen mucho mejor rendimiento en la calificación que luego en la carrera; cómo es posible que un piloto haya hecho la carrera con solamente una parada cuando otros han tenido que hacer tres... en definitiva, incógnitas que, quizás, se vayan desvelando en las siguientes carreras.
En cualquier caso, a relajarse y a disfrutar de lo que parece que será una gran temporada.