Casi nada de lo anterior se puede aplicar a la carrera de hoy en Mónaco. La incertidumbre acerca del tiempo ha condicionado la carrera totalmente. Neumático de seco, neumático intermedio o neumático de lluvia. Esta duda ha pesado sobre los dos tercios de la carrera, antes de que el sol despejara en su útimo tramo las dudas. Antes de eso todos han intentado ser más listos que el vecino, dando como resultado el que encontráramos que, en algún momento, coincidieran en la pista coches que iban equipados con los tres tipos de neumáticos posibles (ya sin contar con que, dentro de los secos, se podía escoger entre blandos duros). Ver competir coches calzados con "full wet", intermedios y secos es apasionante. En unas zonas de la pista iban mejor unos, en otras, otros y los pilotos debían compensar en cada lugar las limitaciones del neumático. De ahí el rosario de accidentes que adornaron toda la carrera, desde luego más divertida que aquellas que se realizan solamente en seco.
El resultado es una carrera dramática y para los seguidores de Alonso (entre los que me cuento), frustrante. Una y otra vez vuelvo a ver la forma en que se llevó por delante a Heidfeld en Loewe. A mi me da la impresión de que el toque fue culpa de Alonso, que pretendió pasar por donde no había sitio. Desde luego, si fuera un accidente de tráfico pagaba la compañía del asturiano, seguro. La Fórmula 1 es más complicada y, a lo mejor, alguno que sepa más que yo llega a otra conclusión; pero, en fin, a falta de que alguien me ilumine no tengo más remedio que mantener que me parece el error de pilotaje más grave que he visto a Alonso en todos los años que le sigo. Un error que, además, le destrozó la carrera, porque le condenó a la parte de atrás del pelotón sin posibilidades de recuperar. Heidfeld, que resultó muy perjudicado por el golpe, debe de estar todavía acordándose de Alonso, y supongo que lo estará por mucho tiempo.
El colmo de la desdicha le correspondió a Sutil, que estaba haciendo la carrera de su vida. A mi me da la impresión de que es un muy buen piloto, tal como demostró ya el año pasado en condiciones difíciles, y me disgustó sobremanera que, casi al final, cuando iba cuarto, Raikkonen se lo llevara por delante en uno de esos errores que te pueden costar un Mundial. Ahí me recordó la primera carrera en Australia, donde su afán de atacar al máximo le hizo salirse y perder un montón de puntos.
Y el mejor, Hamilton, sin duda. Ganar en Mónaco es difícil, hacerlo un día como el de hoy, debiendo adaptarse permanentemente a los cambios del circuito supone que hay que colocar a este piloto entre los superclases. Parece que se ha recuperado del bache en el que pareció sumido en Bahrein y que podemos esperar de él y de McLaren grandes cosas esta temporada. Los Ferrari están fuertes, pero sus pilotos no acaban de rematar la faena y ahí McLaren puede sacar tajada. Tengo la impresión de que la lucha por el Mundial no tendrá más actores, porque BMW no acaba de dar el saltito que le colocaría en posición de pelear realmente por el título. Mónaco, de todas formas, no es el mejor lugar para sacar conclusiones. Siempre es una carrera un tanto extraña, y más con lluvia. Dentro de quince días tendremos en Canadá, presumiblemente, una carrera "normal" y ahí se podrá valorar mejor en qué condiciones se encuentra cada uno.