En 1951 muchos cinéfilos pensaban que el color en las películas era algo así como una atracción de feria destinada a atraer espectadores a las salas, pero que no aportaba nada (e incluso restaba) al cine como arte. Entonces Renoir creó "El Río" y ya nadie pudo decir que el color no era arte en las películas.
No es casual que todo sea significativo: Jean Renoir era hijo de Pierre-August Renoir, una de los pintores impresionistas más destacados. El color del padre pasa al hijo quien lo lleva de los lienzos a las pantallas. Por otro lado la película se desarrolla en la India; y ese mundo extraordinario que sirve de escenario al descubrimiento del color por el arte cinematográfico es también el que acoge al bautismo del 3D como verdadero componente del cine que pretende trascender lo meramente comercial. Porque "La vida de Pi", la película que vi ayer de Ang Lee, me causó casi el mismo impacto que en su día me produjo "El Río". Y digo casi porque en su conjunto la película no me produjo una conmoción tan profunda como "El Río" u otras películas del mismo Lee ("Deseo, Peligro" en primer lugar, una auténtica obra maestra); pero ya desde el primer minuto tuve la sensación de que aquí asistiría a una utilización del 3D creativa, puesta al servicio de la transmisión de sentimientos y de la creación de belleza; no ante un mero recurso técnico para apabullar al espectador en sus butacas.
En "La vida de Pi" el 3D permite, en primer lugar, trasladar al espectador a una India colorista y exuberante. Los títulos de crédito son de una belleza y originalidad inusitada. En segundo término permiten tratar el agua como un elemento completamente nuevo; desde la piscina de París que da nombre al protagonista hasta el mar embravecido de la tormenta o el calmo que se confunde con el firmamento nocturno; resumido todo ello en la maravillosa escena en el muelle en que Pi se despide de Anandi. Además, el 3D es también puesto al servicio de encuadres deslumbrantes, como el de la bodega del buque en la que se encuentran los animales del zoo y de algunos efectos más previsibles, pero igualmente efectivos, como el del momento en el que el tigre se acerca a Pi niño para comer la carne que le ofrece, la aparición de Richard Parker en el bote o el uso de un palo por parte de Pi para amaestrarlo.
Ang Lee es un gran artista y algunas de sus películas son, para mi, auténticos hitos. Como decía antes, "Deseo, peligro" es, a mi juicio, una de las mejores películas que se hayan rodado nunca
"Tigre y Dragón", mucho más que una película de aventuras y artes marciales
Y "Brokeback Mountain", una conmovedora película de amor ante la que es imposible permanecer indiferente
En todas ellas la belleza puramente cinematográfica está al servicio de una historia que tiene mucho que decir a cada uno de los espectadores. En "La vida de Pi" también es así; pero dentro de muchos años seguramente será recordada como el inicio verdadero del arte en el 3D.
Envidio a quienes hayan podido ver la película en 3D. Yo la he visto en formato digital y, por tanto, tan solo puedo intuir todas estas maravillas que, sin embargo, estoy convencido de que ahí están.
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